Creado en: marzo 8, 2022 a las 10:15 am.
Una mujer es una perla herida y sanada por el amor
¡Qué hermosas son las mujeres, al igual que las perlas! Unas y otras son resultado del dolor. Toda mujer o toda perla es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un grano de arena que ha entrado en su interior.
Una mujer que no ha sido herida no puede amar o una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas. En el mundo subjetivo femenino hay una gran capacidad para amar, mientras que, en la parte interna de la ostra, se encuentra una sustancia llamada nácar, y cuando un grano de arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse. Cuando el yo íntimo de la mujer es lastimado por una decepción o desengaño se protege mediante el amor, la dulzura y la ternura; rasgos esenciales en que se estructura la personalidad femenina.
Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla ¿Una mujer se ha sentido herida por las palabras o actitudes de alguien? ¿Ha sido acusada de decir cosas que nunca ha dicho? ¿Han sido sus ideas rechazadas o ridiculizadas?
¿La han culpado de haber hecho algo que jamás hizo?
¿La han herido precisamente aquellas personas que menos esperaba?
¿No la valoran como realmente lo merece?
Entonces, ella ama y perdona y hace que su herida se convierta —como por arte de magia— en una perla; por consiguiente, cubre sus heridas con varias capas de amor. Recuerde que cuánto más cubierta esté la herida infligida a la flor más bella de la creación, menos dolor sentirá.
Por el contrario, si no la cubre de amor y perdón, esa herida permanecerá abierta, le dolerá más y más cada día, se infectará con el resentimiento y la amargura, y peor aún, nunca cicatrizará.
En nuestra sociedad, podemos ver muchas mujeres vacías no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar el dolor en una perla, porque una mujer es una perla herida y sanada por el amor y el perdón.