Creado en: enero 3, 2021 a las 12:21 pm.

De un mentor sin ética, un discípulo amoral

Roy Cohn, quien apadrinó a tremendo pupilo

“Ojalá que Roy pudiera ver este momento. ¡Lo extrañamos!”.

Donald Trump, al asumir la presidencia.

Casi todo el mundo está convencido de que él implantó records en cuanto a desvergüenza.

Roy Marcus Cohn (1927 – 1986) fue un prominente abogado estadounidense. Alguien que, sin sonrojarse, sin que temblara un músculo de la cara, vociferaba: “No quiero saber cuál es la ley. ¡Quiero saber quién es el juez!”. Y agregaba: “¡Nunca te defiendas, contraataca; jamás te disculpes; cualquier publicidad, por mala que sea, es buena!”.  O “No amenaces si no vas a cumplir”.

Era capaz, en la mañana, de asistir a un mitin de campaña de los demócratas y, en la tarde, a un banquete de los republicanos.

Fue el hombre de confianza del senador Joseph McCarthy, quien encabezó la salvaje cacería de brujas, ésa que persiguió hasta al mismísimo Charlie Chaplin, en los años ’50.

Tuvo protagonismo apoyando a la fiscalía hasta lograr el asesinato, en la silla eléctrica de Sing Sing, de los esposos Rosenberg.

Aunque públicamente antihomosexual, eran muy conocidas sus privadas francachelas con mancebos y con cierta dama llamada Cocaína. (Eso hace recordar a John Edgar Hoover, el fundador del FBI, gay, pero perseguidor de homosexuales).

Otra doblez en el personaje: aunque nacido en una familia judía de El Bronx –practicante de ese culto–, no le importó actuar como antisemita. No en vano fue calificado como “el campeón mundial de la doble moral”.

Entre sus clientes estuvieron desde la agencia de modelos Ford, Aristóteles Onassis y la arquidiócesis de Nueva York, hasta el dueño de los New York Yankees y jefes de familias mafiosas.

Aunque lo mismo poseía yates que jets, legalmente no aparecía como dueño de nada. Ni siquiera tuvo jamás una cuenta bancaria.

Murió consumido por una enfermedad venérea, ya oficialmente separado de su profesión, por conducta antiética y antiprofesional. (Entre otros detalles, se probó que años antes había guiado la mano de un multimillonario comatoso para que firmase un testamento a su favor).

Aquel ser, quien parecía haber borrado de su diccionario la palabra “escrúpulos”, ni siquiera en medio de los estertores, mostró señal alguna de arrepentimiento.

Quién sabe si partió tranquilo, sabiendo que dejaba tras sí a un aventajado discípulo, un alter ego.

Una noche de 1973…

Cierta familia millonaria norteamericana, poseedora de un emporio inmobiliario, ha sido acusada de no aceptar negros como inquilinos en sus instalaciones.

Una noche, en cierto club nocturno neoyorquino, un joven se acerca al abogado. Es miembro del clan que ha sido llevado ante los tribunales. Cohn le suelta a boca de jarro: “Diles que se vayan al infierno y pelea el asunto en los tribunales”.  Pero se hace cargo del caso, y le saca las castañas del fuego a los encausados. Hasta el punto de plantearle al gobierno una demanda, de cien millones de dólares, por difamación.

Pero hace más. Toma bajo su maléfica ala protectora a quien hasta hace poco era para él un desconocido.

Y lo entrena en todas las malas artes imaginables. El desprecio al derecho del prójimo. La capacidad para exhibir el descaro a la vista de todos. El ultraje a la mujer, la más vulgar misoginia. Actuar como un camaleón, acercándose oportunísimamente al lado que más provechos le rendían. Y el ejercicio de la irresponsabilidad peligrosamente total.

Gracias a sus oscuros poderes, Cohn logró que la hermana mayor del protegido se convirtiera en jueza por el Estado de Nueva Jersey.

Su seguidor lo escuchaba embelesado.  Reverencialmente, lo obsequió con un par de gemelos diamantinos, para que adornasen los puños de su camisa. Y hasta hoy sigue nombrándolo como “mi mentor”.

Pero, ¿quién era el discípulo?

Ah, pues nada menos que Donald Trump.

Ya lo dice el refranero, ese evangelio del saber popular: “De casta le viene al galgo”. O “de tal palo, tal astilla”.

Baste con esta declaración: “Trump es lo más parecido a un genio que vi en mi vida”, opinó Cohn.

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