Pregúntaselo a Dios, en Estatuas de Sal
Pregúntaselo a Dios, en Estatuas de Sal
Pregúntaselo a Dios es uno de los relatos que conforman la antología Estatuas de Sal, publicada por Ediciones Unión, 1996. La selección y recopilación corresponden a las escritoras Mirta Yañez y Marilyn Bobes.
Pertenece a Marilyn la autoría de este cuento que refleja de manera amena uno de los conflictos de los años noventa: la prostitución. Rasgo que caracteriza la literatura de este periodo, y que es un referente de la realidad social del momento.
Mediante una estructura epistolar, la protagonista, Iluminada Peña, devela desde Francia el conflicto a su amiga en Cuba.
Atrapada en un matrimonio por conveniencia económica, cuenta sus frustraciones, nostalgias y las dificultades para adaptarse a una sociedad aunque próspera, muy diferente a la suya. Así le expresa Iluminada a la amiga, en sus cartas:
“paso muchos aprietos con los cubiertos y la finura de esos franceses”.
Su situación es más complicada aún por ser una mujer marginal, de poca instrucción, enamorada de otro hombre de igual condición que ella y por el que siente añoranza. Este personaje está delineado con características que tipificaron a las “jineteras” en aquel entonces, se trata de una mulata, y de esta manera lo describe la autora:
“era un vestido especial: el color amarillo resaltaba los tonos cobrizos de su piel y el cabello negrísimo y ensortijado”.
Además es santera, lo que también coincide con el brote o boom religioso de la época, que coincide con la eclosión literaria del momento.
Sus prácticas de la santería van a dar un toque humorístico a la historia, al mismo tiempo que muestra la presencia en la literatura de la santería, que vuelve a mencionarse en las letras después de un largo silencio. Y este relato, es uno de los primeros de este período que hace alusión al tema.
La condescendencia con la que Marilyn describe a su personaje, expresa además, el punto de vista de la autora. No hay denuncia a la prostitución sino compasión.
Una lectura hoy a esta antología nos permite (re)vivir una época y su literatura. También recordar a algunas escritoras y sus cuentos. Es un compendio de historicidad que siempre se agradece.