Creado en: mayo 21, 2021 a las 07:47 am.

Osvaldo Waite Osvorne y la pasión de un amor casi perfecto

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La familia cubana, su cotidianidad, costumbres, identidad y espíritu, tanto como el ser humano en movimiento con sus penas y alegrías, constituyen temas en la obra del artesano artista Osvaldo Waite Osvorne (1961), egresado de profesor de Historia del Arte del Instituto Superior Pedagógico «Enrique José Varona» de La Habana en 1989.

«Mi obra es un canto de la vida: al hombre. Es un reflejo de las distintas facetas del entorno vivencial de este, en el cual se mezclan en singular antítesis, el dolor y la alegría, con la pasión de un amor casi perfecto», apuntó el artista.

Recuerda que les enseñaba a sus alumnos a trabajar la arcilla. «Siempre me gustó la pintura y en una ocasión me llevé un pedazo de barro para mi casa para intentar también modelar una pieza. Descubrí que sí. Le mostré la pieza a Casanova, en el reparto el Modelo donde yo residía. Consideró que sí, que la obra tenia calidad. Le gustó, me dijo que iba bien y desde 1996 comenzó mi interés por modelar el barro y me convertí en ceramista tras ingresar en ese año a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas».

Siempre intento realizar una reducción en las piezas para obtener ese color oscuro. Me gusta trabajar el tema de la raza negra, la familia negra cubana porque siempre me he sentido cómodo para modelar. Entonces aplico una reducción en la pieza para darle esa característica oscura. Es decir, utilizo capas de pátinas para darle el color y la textura a las piezas, al igual que la Terracota o tierra cocida [1]..Nunca he trabajado los esmaltes.

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El maestro Nazario Salazar calificó el proyecto expositivo de Waite Osvorne «El Suspiro de la Tierra» (1998), que los espectadores pudieron disfrutar en la Galería Orígenes, de los Salones del Gran Teatro de La Habana: «[…] de la obra de un poeta de las formas tridimensionales que nos atrapa a partir de su personal código de un registro estilístico capaz de transmitir, en un lenguaje sarcástico-caricaturesco, de manera perfectamente inteligente».

A Nazario le parecía escuchar «[…] el rítmico acento de la percusión que acompaña cantos, loas o lamentos entremezclados con fuertes carcajadas y el acre olor de sudorosos cuerpos. Elementos que conforman una vital colección de estampas excelentemente elaboradas a través de un proceso que nos puede resultar hasta novedoso por lo «cuasi» olvidado o en desuso».

El artesano artista Osvaldo Waite Osvorne[2]  considera que la cerámica es un material versátil y de grandes posibilidades plástica. «Modelar el barro con creatividad permite lograr proyectos de calidad y descubres que con barro cocido se pueden hacer hermosas obras de arte».

Con la personalidad y la originalidad de la plástica Waite Osvorne regresa a La Habana, en marzo de 1999 con la exposición colectiva «Tengo» para representar (junto a Martha Jiménez, Noel León y Guillermo López), a Camagüey.

El artista jamás detiene su labor creadora: participa en diversas exposiciones colectivas y personales. Destaca su presencia en el V Salón Provincial de Artes Aplicadas Artesanía 2003. La Galería Alejo Carpentier exhibe «Espectros», calificado por el Doctor en Ciencias y crítico de arte Eduardo Albert Santos como una síntesis de «[…] una observación privilegiada que el mismo ha hecho de todo el rico espectro de conductas exhibidas en el barrio, en el vecindario, en la pequeña «aldea» que nos circunda y marca. Se conjugan así el tiempo y el espacio. O con más exactitud: el empleo diverso del tiempo su curso diferenciado en la vida de sus «vecinos», captado a través de sus respectivas ocupaciones, de sus singulares comportamientos, que se despliegan sincrónicamente en un mismo hábitat, de específicas connotaciones. Una vez más se aprecian aquí las reconocidas cualidades de un artesano conocedor de su técnica».

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Entre los proyectos más recientes de este creador está la exposición personal «Cuando una mujer», en la que deleita su papel en la sociedad cubana, abordado desde diferentes esferas de las ciencias sociales.

En «Cuando una mujer»[3], son muy recurrentes las costumbres y tradiciones de los pueblos y donde la jocosidad del cubano impera en el proyecto del creador.

El curador Alberto Jesús Chio Rojas opinó que Osvaldo Waite Osvorne realza en sus piezas los colores de la piel y el rostro de sus personajes con pinturas de aceite, pero en los vestuarios conserva el color del barro, donde solo aplica una pátina.

Considera como trabajo de maestría los rasgos antropomórficos de la mujer cubana reflejados en las piezas, al menos, los que en la imaginación popular perviven, recalcó el investigador.

En el proyecto Cuando una mujer, se destaca, a decir Alberto Jesús Chio Rojas, la carga que en la sociedad llevan las mismas en sus hombros, lo que obliga a enaltecerlas y a reconocer su infinito amor.

Sobresale asimismo la exposición «En busca de respuestas». Se trata de la recreación artística de la composición étnica del continente americano y de los primeros habitantes de la región, al igual que el encuentro con los «barbados» del Viejo Mundo.

Son trece cerámicas, que a decir de Alberto Jesús Chio Rojas, el creador rompe esquema y se proyecta «hacia una obra donde van a influir inquietudes filosóficas, existenciales, religiosas y culturales de todo tipo, nunca antes exploradas por él…»

Abunda el especialista que Waite Osvorne busca respuestas que se complejizan al intentar revelar el mundo interior de los protagonistas de su proyecto, «comprenderlos, conocer sus maneras de pensar y actuar para poder representar lo más fidedignamente posible a estos hombres tan diferentes, envueltos por la historia en situaciones tan inverosímiles».

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La exposición «En busca de respuestas», incluye vasijas y figuras humanas que aparecen en igualdad de condiciones y «forman parte de las posibles lecturas de cada pieza. Una y otras se integran con fidelidad».

Apuntó Chio Rojas que la textura en las obras también asume un rol protagónico e incorporan niveles otros de lecturas, lo que, acompañado de un buen empleo de la pátina, logra brindar a las piezas las luces necesarias para resaltar su esencia.

En tanto Osvaldo explicó que se trata de un proyecto muy experimental porque rompe con sus creaciones anteriores para introducirse en la búsqueda de nuevos códigos y nuevas lecturas trabajadas con el barro en la exploración de una obra más profunda.

Mucha razón tiene el maestro Nazario Salazar al definir la obra de Osvaldo Waite Osvorne entre la más representativa de la artesanía-artística contemporánea en Camagüey.


[1] Según la Enciclopedia Cubana (Ecured): Terracota. Barro cocido: “tierra cocida”, del latín cocta terra). Es una arcilla sin esmaltar basado en cerámica, aunque el término también puede ser aplicado a la cerámica vidriada, donde el cuerpo despedido es poroso y de color rojo. https://www.ecured.cu/Terracota.

[2] En 1998 un jurado integrado entre otros, por la arquitecta y artesana artista Ana Elia Gutiérrez y el maestro Nazario Salazar, otorgaba a la obra «Más sabe el Diablo por viejo que por diablo», de Waite el Premio del ACAA por reunir conceptualmente y formalmente los parámetros establecidas, para una calificación consecuente, basándose primordialmente en el rescate de nuestra cubanía, donde se refleja no solo la excelente calidad técnica sino los rasgos característicos de la nacionalidad mestiza de nuestra cultura caribeña.

[3] Cuando una mujer se inauguró el 18 de noviembre de 2017 hoy en la Galería Midas, auspiciada por la filial agramontina de la Asociación Cubana de Artesanos Artista (ACAA. https://camaguebaxcuba.wordpress.com/2017/11/18/proyecto-artesanal-camagueyano-resalta-papel-de-la-mujer-en-la-sociedad/

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