Creado en: marzo 27, 2021 a las 08:05 am.

Poema forja

Los valores líricos y patrióticos del poema registrado en los días fundacionales de la nación, resaltan a 170 años de la interpretación de la reconocida como primera canción romántica y trovadoresca del patrimonio musical cubano, hecho ocurrido en Bayamo en la noche del 27 de marzo de 1851.

Junto al grito de libertad o muerte dado en Demajagua por Carlos Manuel de Céspedes, la quema de Bayamo y el fusilamiento de Amado Oscar, la escritura e interpretación de La Bayamesa, figuran entre los sucesos relevantes en la vida del Padre de la Patria y por ende de la nación.

Razones por las cuales, un verso de La Bayamesa escrita por José Fornaris, con música de Carlos Manuel, es uno de los 4 sucesos que se reflejan como imperecederos baluartes de la Patria, estampados en la base de la estatua de Céspedes ubicada en la Plaza de la Revolución de la capital granmense.

Convertida en himno de amor que trasciende espacios físicos y tiempo, aquella letra y su música hablan desde la medianía del siglo XIX, y de cómo se van tejiendo en la misma red Patria y arte, independentismo y cultura cubana.

Bayamo era una región más que ciudad con gran prosperidad en lo económico pero también en lo artístico. Desde 1840 habían fundado los lugareños una escuela de música, de donde salieron y ejercieron el magisterio eminentes intérpretes. Con el pecunio familiar de criollos se erigieron sociedades culturales: La Filarmónica, la biblioteca y el Teatro Bayamo, aporte este último del patricio Francisco Vicente Aguilera, a quién rendimos homenaje especial en 2021 en el bicentenario de su natalicio.

Lo cierto es que aquella canción, fruto del esfuerzo por reconquistar a una esposa herida, se convierte en un símbolo de cubanía, al emerger del pentagrama códigos sonoros que si bien no niegan la ascendencia de las penínsulas ibérica e itálica, según experto emerge de ella una autenticidad incuestionable.

Varios mitos rondan a la canción aún. Acerca de la exclusividad de Fornaris como autor, el estatus de los protagonistas, la fecha y lugar, y muchos otros que se envuelven y entremezclan con sucesos posteriores sin esclarecer del todo.

Lo cierto es que Fornaris reconoce la autoría de la canción en la habanera  Revista Floresta Cubana, ante la amenaza de plagio y usurpación de la firma, no solo en Cuba, también en España ya los romanceros o romeros se la adjudicaban.

María de la Luz Vázquez Moreno  y Francisco del Castillo Moreno, primos por línea materna eran esposos. Matrimonio reconocido y estimado por sus valores y participación en la vida pública y cultural. Ella cuñada del abogado Pedro Figueredo y él tío materno de Céspedes, cierran el círculo que confirma el alumbramiento de ideas independentistas en hombres y mujeres de alta sensibilidad artística.

Como pólvora esparcida en certero disparo se esparcen los versos que tendrán su versión mambisa, e inspirarán a poetas, compositores, artistas de la plástica y realizadores audiovisuales hasta hoy.

Canción de culto que entonaron y cantan aún las abuelas y padres cubanos, dentro y fuera de Cuba, para adormecer a los seres queridos, a la vez que se les inocula la esencia de la cubanía expresada en esa canción poema que es y seguirá siendo un símbolo.

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