Creado en: febrero 28, 2021 a las 08:23 am.

Santiago es todo para mí

En este mes de febrero, un apasionado hijo de Santiago de Cuba y ferviente defensor de su cultura, se despidió físicamente de la ciudad. Solo 45 años bastaron para el legado de una hermosa hoja de servicios en numerosos proyectos artísticos, con el sello distintivo de Alcides Carlos González Díaz.

Conocido artísticamente como “Titi”, este profesional emprendedor, fungía como actor y director de Teatro, además de dirigir el grupo de estatuas vivientes de Ojos Teatro, un colectivo que lo acompañó en sus recorridos por las calles santiagueras, así como por numerosas plazas en todo el país, incluyendo los eventos culturales.

“Yo soy santiaguero reyoyo, como dicen Fátima y Lescay, y me gusta mucho ir por toda Cuba diciendo que soy santiaguero, reafirmaría Titi”, al expresar que medio enfermo, sintió siempre el apoyo de sus compatriotas dándolo todo, “compartiendo lo que tienen y partiendo un boniato a la mitad, como decía mi mamá. Esa es mi ciudad, y eso yo. No lo cambio por nada”.

“La energía de los santiagueros la he tenido todo el tiempo con su brazo en mi hombro, siempre como bastón, como lazarillo; y yo digo”, aseveraba Titi, que lo que nos toca a todos es ser guerrilleros de nuestra: “en la danza, la música, la literatura, y la única forma de hacerlo es que la gente se sienta bien, que lea un libro, asista a un buen concierto, eso es lo que nos toca”.

Durante este diálogo con Titi, en su casa del barrio Vista Alegre, ponderó a la naturaleza como representación de todo lo hecho por Dios. “Lo que hacemos en tantos años la naturaleza te lo puede quitar en un minuto o te lo puede engrandecer también en un minuto”. Por cierto, argumentó, “la vida es el alimento diario que tienes que mantener con mucha fe, mientras la muerte es algo que la gente le teme, pero a la vez es una puerta que te proporciona la misma vida, por lo tanto, no le tememos”.

En esa ocasión, confesó igualmente, que le gustaría quedar en el recuerdo de sus compañeros como lo que fue: un hombre sencillo, alegre, a lo mejor gordo, de nuevo con drelos, y ayudando a la gente en todos los sentidos, quitándose todo lo que tenía para entregárselo a los demás. “Le pido a todo el santiaguero que tenga fe que esta es una ciudad bella, mira los mismos dirigentes Lázaro y Beatriz al frente del combate por la Covid-19. Cuando te guían personas de esa estirpe y esa fuerza, que más te puede quedar”.   

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