Creado en: mayo 31, 2021 a las 12:54 pm.
La era del streaming

Como consecuencia de la pandemia, la taquilla cinematográfica mundial descendió el pasado calendario en más del 70 por ciento, con 30 mil millones de dólares de ingresos menos en relación con el año precedente. Por supuesto, tan colosal nicho de mercado no iba a desaprovecharse por nuevos o ya no tan nuevos gigantes corporativos, a la manera de Netflix, la plataforma de televisión a la carta erigida en monarca de la llamada era del streaming. Tampoco desperdiciaron el momento Amazon Prime Video, HBO, Disney+ o Filmin, entre otros.
El pasado 17 de marzo la Asociación Mundial de Cinematografía (Motion Picture Association) daba a conocer interesantes datos, de escasa o nula difusión en Cuba, relacionados con la sustancial modificación de los hábitos de consumo de la recepción audiovisual tradicional hacia el streaming. O sea, el disfrute, mediante diversos dispositivos, anclados o móviles, de contenidos que se emiten en internet y en tiempo real: películas, series, documentales, conciertos o eventos artísticos o sociales en vivo, programas, maratones, encuentros con influencers, torneos de videojuegos, podcasts, webcasts, premiere de video clips…
Entonces, la referida estructura reveló que, en 2020, las plataformas de streaming alcanzaron los 1 100 millones de abonados en el planeta (de los cuales 308,6 millones se registraron en los Estados Unidos, para un incremento del 32% respecto a 2019. Otra cifra significativa la cubrió América Latina, de acuerdo con la firma Sherlock Communications).
Otro análisis de Global X ETF señalaba que “en el ámbito global, el mercado de vídeo streaming alcanzó los 72 mil millones de dólares en 2020. A finales de 2025 se espera que sean 127 mil millones. China es el mercado con mayor crecimiento potencial; se espera que los ingresos se incrementen de 10 mil millones en 2020 a 23 mil en 2025. EE UU ya es un mercado mucho más grande, de unos 31 mil millones el año pasado. Para 2025 puede crecer hasta los 51 mil millones”.
La transmisión televisiva en directo por internet acapara ya el 70 por ciento del tráfico de la Red y existen más de 850 millones de hogares conectados en el orbe. La mayoritaria readecuación de los universos de recepción dentro de casa ha significado el apogeo económico fulminante de un grupo de entidades convertidas ahora en francos emporios (algunas ya habían labrado un camino antes de la llegada del nuevo coronavirus, elemento desencadenante pero no actor central en el decurso del streaming) a las cuales intentan sumársele, de modo constante, otras más pequeñas también interesadas en obtener alguna pizca del fabuloso botín.
“Tras el lanzamiento de Discovery+ el 4 de enero y el cambio de marca de CBS All Access en Paramount+ a comienzos de año, las líneas del frente en la guerra del streaming han quedado definidas. Si 2020 fue el año de los grandes lanzamientos OTT [over the top, servicios de streaming por Internet], 2021 podría ser aquel en el que empecemos a conocer a los ganadores y perdedores de esta carrera. Pocos esperan que haya docenas de ganadores, pero sí creemos que puede haber cinco grandes líderes”. Lo anterior lo consignaba un informe de J.P. Morgan distribuido a inicios de este año.
Con independencia de cuáles puedan continuar, consolidar o emerger como ejes dominantes (hoy en su inmensa parte, compañías norteamericanas, con todo cuanto ello implica aún más tras su dominio del universo mediático digital en la proyección de la imagen construida y vendida bajo la narrativa hegemónica), según los expertos, la tendencia al auge del streaming debe mantenerse incluso tras un posible fin del virus. Si a esta altura de 2021 un 35 por ciento del consumo universal de contenidos se registra a través de plataformas de streaming, a inicios de la próxima década el rango debe trepar a más del 80 por ciento, de atender a sus vaticinios.
La tajada en el negocio no solo se consigue por la suscripción pagada al canal gestor o emisor de contenidos, lo cual de hecho a todas luces genera pingües dividendos; sino además por conducto de la compra por parte del consumidor de servicios añadidos, en pos de completar una experiencia de recepción más completa y venturosa. Tal filón también está siendo controlado por las casas matrices.
Smartme Analytics indica que en naciones como España, el vídeo streaming tiene una penetración del 49,8% en la web y del 42,2% entre las aplicaciones móviles. En estas últimas, Netflix domina el sector con el 64,4% de penetración, seguida a buena distancia de Amazon Prime Video con el 32,1%, Movistar+ (12,1%), HBO (10,5%) y Disney+ (10,2%).
Un informe de la entidad alemana Deustche Bank sobre Netflix considera que la compañía estadounidense debe añadir unos 29 millones de suscriptores a lo largo de todo el mundo en cuanto resta del año en curso. Estos se añadirían a los más de 200 millones de abonados con que cuenta en los cinco continentes. Solo en los Estados Unidos la mitad de los hogares de la nación paga su servicio, pisándole casi los talones a cuantos acceden a la televisión por cable.