Creado en: agosto 23, 2021 a las 08:01 am.

Mi compromiso con la UNEAC es irrevocable

Por Javier Grass

Vine a Cuba y me he quedado. Llegué a esta isla en los años 90 cuando algunos en el mundo pensaban que aquí se estaba escribiendo la última página de la utopía, mientras yo sentía, que en medio de las enormes dificultades y desafíos, el país resistía y salía adelante.

Hasta entonces, como todavía hoy, me movía en la órbita musical del pop. De hecho mi primer disco dado a conocer en Cuba, Solo sin ti, perteneciente al catálogo de un sello catalán, era portador de ese estilo, que se fue enriqueciendo en mis contactos con la realidad de esta isla.

Para que esos contactos fructificaran, necesitaba un asidero y ese fue el que me proporcionó la UNEAC. Me acerqué a la organización y hallé acogida y estímulo. Ella ha sido garante de mi larga estadía en Cuba, facilitándome la oportunidad de trabajar por la cultura cubana, identificarme con los principios de una sociedad que aspira a coronar la justicia social y compartir los bienes culturales con todos.

Si en un principio fueron canciones y discos, como el que me acercó a la obra de Compay Segundo, en la última década la Asociación de Músicos de la UNEAC ha sido pilar para que haya podido desarrollar mis intereses hacia la investigación, en áreas que tienen que ver con las idas y vueltas de las músicas entre España y Cuba y la raíz y fecundidad de la rumba.

Si en un principio fue Harold Gramatges quien me abrió puertas y caminos, luego he hallado la comprensión de Guido López Gavilán. A muchos más pudiera nombrar, pero en Harold y Guido simbolizo mi relación con verdaderos horcones de la vanguardia artística cubana a quienes me honro haber conocido.

Mi compromiso con la UNEAC es irrevocable. Siento que en pensamiento y acción representan la mejor manera de conjuntar creación artística y defensa de los valores éticos y humanistas de la Revolución.

Con lo que ha venido haciendo la UNEAC en el tiempo, y lo que hace ahora, Cuba sigue siendo un espejo de que la cultura es la base para eso que llamó Martí mejoramiento humano. Y a la vez una demostración de que los escritores y artistas cubanos, mayoritaria y abrumadoramente, están al lado de su pueblo, acompañándolo en los procesos más complejos y desafiantes.

Creo, como ha dicho el poeta Miguel Barnet, que la respuesta de la UNEAC a los retos actuales pasa por trabajar cada día con más grandeza, que la producción tenga la dignidad que merecen los nombres de los fundadores y de la organización. Ese impulso lo siento en la labor que lleva a cabo la actual directiva, encabezada por Luis Morlote, promotor, comunicador y activista como pocos.

En el 60 aniversario de la UNEAC sigan contando conmigo.

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