Creado en: julio 25, 2021 a las 07:39 am.
Reflexiones sobre la actualidad cubana

Sin lugar a dudas, la explosión social ocurrida en nuestro país el 11 de julio del año en curso, nos sorprendió a todos y no por falta de evidencias e indicios. Las redes sociales en maratón olímpico propagaban a los “cuatro vientos” consignas, orientaciones, noticias falsas, fotos trucadas etc., dirigidas a manipular, confundir, engañar a la opinión pública nacional e internacional sobre la situación socio política cubana.
El objetivo era claro, aprovechar las dramáticas circunstancias de penurias y necesidades producidas por la asfixia del bloqueo multilateral decretado por Estados Unidos, sumado a eventos circunstanciales, tales como el incremento exponencial de la pandemia de Covid y la rotura de la principal fábrica de electricidad (Guiteras, de Matanzas), que no solo afecto la energía sino también el abasto de agua.
A ello habría añadir las dificultades en el abastecimiento de alimentos y medicamentos con las consabidas largas colas, una “mafia” de “mercado negro” nacida a consecuencia de ello, y a los errores cometidos en la tardía implementación de medidas económicas aprobadas desde hace ya algunos años, entre ellas la producción de alimentos.
La operación subversiva de magnitudes golpistas, al menos por lo que se conoce públicamente, no fue descubierta y desenmascarada, ni -al menos- advertida a la población por todos los medios disponibles. Un solitario y excelente documental, “La dictadura del algoritmo” expuesto por la TV cubana, consistió en el alerta más sobresaliente de estas semanas, que, sin embargo, al no estar concebida con una campaña mediática, bien organizada, dirigida a explotar las informaciones brindadas, no alcanzó los efectos sicológicos, políticos y de influencia en la conciencia social, que eran necesarios y debían proyectarse, ante la inminencia de la agresión en marcha.
La Cuba -y el mundo- de hoy es diferente a la de ayer, y más diferente aún a la de los primeros años de la Revolución, razones que imposibilitan utilizar los mismos métodos de análisis o de manejo de crisis antes recurridos. Existe un sector poblacional joven, despolitizado, (por nuestro ineficiente trabajo político y patriotico) que no comprende la necesidad de la resistencia a las políticas imperiales y desean mejorar sus condiciones de vida y no encuentran una salida inmediata a sus expectativas.
Los días han transcurridos desde los sucesos relatados y como sucede, muchas interpretaciones surgen a la luz pública, mientras las campañas mediáticas en Estados Unidos y sus aliados continua machaconamente acusando a Cuba de violación de derechos humanos y otras atrocidades, con la abierta intención de crear las condiciones para una intervención militar norteamericana.
Los revolucionarios tenemos que meditar y sacar experiencias sobre los hechos sucedidos. Estados Unidos y su gobierno fascista es el principal responsable, pero -y este pero es importante-, nosotros también tenemos responsabilidades por los errores cometidos, que exigen un análisis AUTOCRITICO, no solo referencias marginales, es necesario profundizar en el porqué de ellos, cuáles fueron sus causas y cómo vamos a solucionarlos. Eso fue lo que FIDEL nos enseñó y advirtió en noviembre del 2005 al afirmar en un discurso en la Universidad habanera que solo la Revolución podía autodestruirse.
El llamado a los revolucionarios y a los comunistas ha de ser pasar a la ofensiva, a la primera línea: combate a los elementos contrarrevolucionarios de adentro y de afuera, combate a la corrupción, a la burocracia, la desidia: combate a lo mal hecho, combate a la decepción y a la desconfianza, a la falta o ausencia de control administrativo y político, combate a las orientaciones “huecas, formales”, en dos palabras, generar ideas, defender conceptos y conquistas.