Creado en: abril 16, 2022 a las 08:39 am.

Lázaro García: la trova está de luto

Por Joaquín Borjes-Triana

Ha muerto Lázaro García. Aunque desde hace rato se esperaba esa noticia, siempre duele saber que alguien tan querido como él fallece. No fuimos lo que se dice amigos. Conversamos unas cuantas veces, allá en su natal Cienfuegos o aquí en La Habana, sobre todo cuando el trovador dirigía Producciones Abdala.

Para cualquier persona que haya seguido el devenir de la Nueva Trova, está claro que el cienfueguero Lázaro García pertenece a esa estirpe de creadores que no hacen concesiones a fin de gozar de algo tan efímero como la popularidad. Por años, él se mantuvo afincado en su tierra natal y lo que resulta aún más importante, fue fiel a un credo estético a la hora de concebir su cancionística, lo cual lo llevó a nunca figurar entre los artistas de moda en Cuba.

Su obra como autor, que fue algo conocida en los años ochenta gracias a haber resultado premiada en varias emisiones del concurso “Adolfo Guzmán”, tiene como fuentes nutricias el bolero, el feeling y los postulados de la nueva trova, movimiento del cual este cantautor fuese uno de sus fundadores. Por si todo lo anterior no fuese más que suficiente, en una etapa de su vida también hay que agradecerle su desempeño como promotor cultural a propósito de la responsabilidad que ocupó al frente de los estudios de grabación Eusebio Delfín, ubicados en la perla del sur, o de Producciones Abdala, aquí en la capital.

Para dicha de quienes continuamos apostando por la canción que nos haga pensar, durante su carrera nos entregó discos formidables como el titulado Carta de provincia, que viene a ser una suerte de antología de los principales temas escritos por Lázaro García y que en el álbum aparecen interpretados por varios de sus mejores amigos.

Producido por el sello Bis Music, el CD reúne en torno al trovador cienfueguero a nombres tan reconocidos como los de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, junto a otros muchos menos promocionados como los de Paula Ferré y Maureen García. En este material hay una alternancia entre piezas acompañadas tan sólo por guitarras y otras revestidas con diferentes sonoridades pero sin caer jamás en una sobrecarga de las orquestaciones. El hurgar entre distintos timbres proporciona a la grabación un encanto que la hace que en ningún momento se vuelva monótona o aburrida en su audición íntegra.

Entre los cortes más sobresalientes, según mi parecer, en primerísimo orden está “Carretón”, un muy sentido tema recreado aquí por Silvio Rodríguez y donde el trabajo guitarrístico desarrollado por Rey Guerra le otorga una distinción especial a la pieza. Otra versión en extremo lograda es “Pequeñín”, a cargo de Liuba María Hevia, quien consigue adaptar la composición a su peculiar estilo. También se destacan las propuestas de Santiago Feliú en “Hay que saber que la vida”, “Sigue el sueño rumbo al sol” (Maureen Iznaga), “Dardos de miel” (Pablo Milanés), “Si de tanto soñarte” (Miriam Ramos) y “Retrato de Lázaro”, una hermosa obra instrumental para piano, compuesta e interpretada por Frank Fernández como homenaje al cantautor.

El propio Lázaro García interviene como vocalista en varias piezas del CD. De ellas merecen particular mención “Siempre será el amor” y sobre todo la mordaz “Carta de provincia”, muestra de un delicioso manejo de la ironía. Confieso que no resisto la tentación de compartir con ustedes, amigos lectores, el -para mí- excelente texto de esta canción:

¿Qué tal están? / Aquí me ven / pescando una canción / meciéndole el sillón / a un tiempo que se fue. / Rompí el reloj / pues todo marcha igual / el tren pasa puntual / sólo que la estación se está al caer.

No sé qué más pueda decir / la vieja sigue bien / mi tío y la mujer / se van a dividir. / Y aquel señor / con úlcera se fue / buscando un aire que / alivie su dolor. / ¡Ah!, dejé el café.

Hay reunión emulación / sanciones al ladrón / sorbetos culturales. / Di de ti, La Habana / ¡Qué país! Lo quiero conocer / pero qué hacer / Yo aquí paso la vida / entre sexo y comida / hay ron, buenas gentes / y un cálido ambiente / que me han hecho sentir / aunque inédito y gris / un viejo feliz.

Siempre recordaré temas de Lázaro como “Vuela sueño y canta” o “Tejiendo un rostro en la canción”, con las interpretaciones originales de dichas piezas llevadas a cabo en los ochenta por Maureen Iznaga y Argelia Fragoso. También en un momento como este, evoco su última producción fonográfica, el disco denominado Como si fuese ayer, un trabajo hecho solo a guitarra y voz, dentro de la más auténtica tradición de la Nueva Trova pero que, para no perder la costumbre, ha sido olímpicamente ignorado entre nosotros.

De ese hermoso material, me vienen a la cabeza cortes como el que le da nombre, es decir, “Como si fuese ayer” y otras joyitas como “Vamos a hacer el amor”, “Sigue el sueño rumbo al sol”, (conocidas desde hace años), “Nana del abuelo”, “Soneto a Sara”, “Fe de erratas” o “Sobremuriendo”.

Así pues, ante la muerte de Lázaro García, alguien que en virtud de esos sorbetos culturales (como él los definiese) que nos rodean por los cuatro costados nunca recibió la promoción que merecía su obra, los que sí somos conscientes de la trascendencia de su quehacer sabemos que hoy la trova y nuestra cultura están de luto. Por ello, aunque el gran público en Cuba no pueda tararear ni una sola de sus composiciones ni tenga idea de quién ha sido este cienfueguero, nadie dude que él es un autor imprescindible siempre que se vaya a hablar de la buena canción cubana de ayer, de hoy y de siempre.

Tomado del Caimán Barbudo: https://medium.com/el-caim%C3%A1n-barbudo/l%C3%A1zaro-garc%C3%ADa-la-trova-est%C3%A1-de-luto-566537431a78

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