Creado en: abril 29, 2023 a las 12:00 pm.

Celebra Danza Contemporánea de Cuba Día Mundial de la Danza

Foto: CubaSí

La emblemática compañía Danza Contemporánea de Cuba (DCC), dirigida por el maestro Miguel Iglesias, Premio Nacional de Danza 2018, llevó a la sala «Avellaneda» del Teatro Nacional durante dos fines de semana un espectáculo de lujo, para festejar el «Día Mundial de la Danza», que —desde hace más de cuatro décadas— se celebra en todo el orbe para evocar el natalicio del eminente bailarín, coreógrafo y maestro, Jean-Marie Noverre (1727-1810), el «Padre de la Danza Moderna».

El programa artístico incluyó el estreno de Hands On, con coreografía del artista griego Yannis Mantsis y la reposición de Polvo, palabras, sombras, nada, con coreografía del laureado artista George Céspedes, Premio del Concurso Iberoamericano de Coreografía (CIC) «Alicia Alonso»

La obra de Mantsis desarrolla los procesos naturales de cambio y resignificación que adopta el ser humano a partir de la voluntad y el empeño que ponga en ello, desde la idea, o mejor, la convicción de que el futuro lo construye el hombre genérico sin intervención divina. En ese contexto coreográfico-dramatúrgico, el artista heleno recrea un interesante entramado plástico que le otorga un «toque distintivo» a su labor coreográfica en el seno de la compañía cubana.

En Polvo, palabras…, el también coreógrafo residente de DCC propone una metáfora acerca de la comunicación interpersonal y otras relaciones humanas, con apoyo en partituras del compositor francés Camille Saint-Sáenz.

Los amantes de la danza contemporánea que asistieron a esas puestas en escena, signadas —en lo fundamental— por la buena factura estético-artística que las caracteriza, tuvieron el privilegio de ver actuar, una vez más, a los carismáticos bailarines que la cultivan, y por ende, ovacionar no solo el dominio de la técnica académica y la interpretación teatral, sino también la excelencia artístico profesional que los identifica en cualquier escenario nacional o foráneo, ya que convierten —con naturalidad y seguridad yoica dignas del más cálido elogio— las emociones, sentimientos u otros estados subjetivos del yo, en movimientos corporales, en los cuales se estructura el arte danzario en general, y la danza contemporánea, en particular.

Los bailarines conocen «al dedillo» no solo los «secretos» del cuerpo, sino también los del alma, ya que están conscientes de que danzar no es otra cosa que fundir en cálido abrazo cuerpo, mente y espíritu…, o si se quiere emplear el lenguaje técnico-psicológico: las tres grandes esferas (cognitiva, afectivo-espiritual y conativa), que configuran la personalidad del «soberano de la creación»    

Con disímiles componentes expresivos, gran libertad interpretativa, y a través del movimiento físico muy bien sincronizado, los integrantes de la agrupación ícono de la danza contemporánea insular y de mucho más allá de nuestras fronteras geográfico-culturales llevaron al proscenio del coliseo capitalino obras con implicaciones filosófico-antropogénicas, que no solo suscitaron en el público el goce estético-artístico que dicha disciplina provoca, sino también incitaron al «respetable» a la reflexión serena y profunda acerca de esos temas puntuales    

DCC festejó el «Día Mundial de la Danza» con dos obras caracterizadas, esencialmente, por los movimientos de hombros, torso y caderas, así como por la soltura y sensualidad, sustentados en una sólida técnica en que se estructura tanto la danza contemporánea como la interpretación y proyección escénica.

La tropicalidad de la mayor isla de las Antillas se convirtió en coreografías sui generis, donde la cubanía fue la mejor motivación para proporcionarles a los bailarines flexibilidad, movimiento, fuerza, y además, mostrar disciplina, versatilidad y energía; triunfal carta de presentación que distingue a los miembros de una de las mejores compañías de danza contemporánea, a escala mundial.

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