Creado en: marzo 4, 2024 a las 09:27 am.

El buen gusto, siempre de moda

Yaíma Sáez y Roberto Valera./ Foto: Valiente, Rafael. Tomada de Granma

Por Guille Vilar

Puede haber muchas corrientes musicales en boga, pero lo que sí está claro es que el buen gusto jamás pasará de moda.

Para nada ha sido casual que la presentación del disco Doce Joyas. Yaíma Sáez le canta a Roberto Valera, fonograma licenciado por el sello BisMusic, haya tenido lugar el pasado 28 de febrero, en el natalicio de Elena Burque, la Señora Sentimiento.

Y como ocurre en pocas ocasiones, todas las matrices comprometidas en este proceso de franco arraigo cultural se inclinaron hacia una sola dirección: la de apostar por la plena vigencia de la canción cubana de siempre, desde el mayor esplendor de la creatividad. Se trata de un disco concebido para adentrarnos en una sorpresa tras otra.

Quizá la mayor es la de encontrarnos con el maestro Roberto Valera, premio nacional de Música, enfrascado en el abordaje de un género con el cual no lo relacionábamos, como es el de la cancionística. 

Hablar de Valera es hacer referencia a un profesor que durante toda su vida ha estado al servicio de la enseñanza en diferentes conservatorios, e incluso como decano del Instituto Superior de Arte. Si lo personalizamos en su desenvolvimiento como compositor, ha musicalizado poemas de Nicolás Guillén y Mirta Aguirre para agrupaciones vocales, pero sin lugar a duda la pieza con la cual se le identifica universalmente es el criollo Iré a Santiago, poema de Federico García Lorca, una obra maestra imprescindible en el repertorio habitual del avalado Orfeón Santiago.

Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de conocerlo como el autor de la letra y música de las canciones que conforman Doce Joyas…

La sorpresa inicial se ha diluido rápidamente debido a la certeza de estar ante la presencia de un profesional de primer orden que, como ser humano, es capaz de manifestarse con los más profundos y cálidos sentimientos.

 Por esa misma capacidad de saber cómo se puede materializar el mayor rigor artístico de su propuesta, Valera ha escogido a la cantante Yaíma Sáez como su carta de triunfo. Aunque los principales eventos musicales de nuestro país conocen del alto vuelo de la intérprete, con este disco, Yaíma se posiciona para ubicarse mucho más cerca del reconocimiento que se merece. De escuchar nada más las canciones Ibas tan feliz y Nunca más esa mirada, nos percatamos de cómo el legado de un hito de nuestra cultura como la Burque, ha calado profundamente en la sensibilidad expresiva de Yaíma.

La fructífera unión de los talentos de Roberto Valera y Yaíma Sáez ha sido un bienvenido aliento de frescor que revitaliza la belleza propia de la mejor canción de amor, esa que se ha quedado para siempre.

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