Creado en: junio 27, 2023 a las 11:37 am.

Pensamiento y acción crítica desde el arte, para seguir sembrando ideas y conciencia, por el bien común de la nación

Foto: Liesther Amador

La emblemática sala Che Guevara de la Casa de las Américas sirvió de sede a la Sesión Plenaria del Consejo Nacional de la UNEAC, donde escritores y artistas debatieron sobre la cultura como energía transformadora frente a la oleada colonizadora global.

En tiempos donde la guerra mediática arrecia como método hegemónico de dominación, tiene la Isla una verdad que enorgullece desde el mismo inicio de las luchas por la independencia, y es el tener en su vanguardia artística y cultural, una experiencia de lucha contra las artimañas imperiales que persiguen borrar y apagar la verdadera identidad de la nación.

Con esta convicción legítima, lo más orgánico del pensamiento intelectual cubano, debatió sobre una realidad que nos acecha, en cita presidida por el Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, Rogelio Polanco Fuentes; la Vice primera ministra de la República de Cuba, Inés María Chapman; el Ministro de Cultura; Alpidio Alonso Grau; el Presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez y Luis Morlote Rivas, actual presidente de la UNEAC, quien pidió un minuto de silencio para grandes de nuestra cultura que ya no están.

Foto: Liesther Amador

Porque seguimos doblemente amenazados en el campo de la cultura, por los proyectos subversivos y la oleada colonizadora global, como nos alertara el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército, Raúl Castro Ruz, el 22 de agosto de 2016, urge la consolidación y el aporte de los artistas y escritores al continuo desarrollo de nuestra Política Cultural, definida desde los históricos encuentros del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con los intelectuales de la Isla.

Como ratificó, entonces, el actual Consejo Nacional de la UNEAC, hay mucho más talento, consagración, inteligencia e innovación que aportar, desde el Programa Nacional “Sembrar ideas, sembrar conciencia”, dirigido a salvaguardar, desde una ciudadanía participativa, nuestra soberanía e identidad, frente a campañas y acciones que persiguen desmantelar nuestros símbolos, erosionar los valores y descalificar el tejido institucional.

Rogelio Polanco Fuentes, Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido y Luis Morlote Rivas, presidente de la UNEAC/Foto: Liesther Amador

Rogelio Polanco Fuentes, Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, llamó a multiplicar los encuentros con la calidad de pensamiento crítico que distinguió la sesión plenaria del Consejo Nacional de la UNEAC, por ser la batalla descolonizadora la principal lucha de la Revolución en la actualidad.

«Lo que ha hecho que este pueblo resista y venza todos los intentos de ahogarnos por hambre y desesperación es la cubanía en su rebeldía, el sentido emancipatorio de nuestra identidad. Por eso atacan nuestros fundamentos éticos e históricos, porque la batalla es por la supervivencia humana».

Reflexionó sobre el sentido de la urgencia que falta todavía impregnar en la conciencia colectiva, frente a la colonización cultural externa e interna que nos corroe nuestros valores fundacionales, como diseño hegemónico para quebrar la voluntad nacional y presentar a Cuba como inviable.

«Por tanto, la batalla es de toda la sociedad, de todas las fuerzas revolucionarias, de la institucionalidad, con nuestros intelectuales, artistas y creadores a la vanguardia».

Al centro, Inés María Chapman, Vice primera ministra de la República de Cuba, durante su intervención ./Foto: Liesther Amador.

«Dentro del colonialismo cultural están tratando de distanciar las instituciones, al gobierno y como buenos cubanos tenemos que permanecer unidos, sembrando ideas y conciencia, porque la fortaleza más grande que ha tenido la Revolución Cubana en todos los tiempos es la unidad».

«Tenemos que buscar el cómo realizar propuestas que transformen las problemáticas que permanecen en el tiempo y las nuevas que surgen, a partir de proyectos basados en el mismo pilar de gobierno que prioriza la ciencia y la innovación, y de sistemas que evalúen su impacto y pertinencia».

Por eso sí hay que reunirse, debatir, llegar a acuerdos y consensos, enfatizó la Vice primera ministra, Inés María Chapman, para que se involucren todos los actores a nivel social y de estado, en busca de las mejores alternativas y opciones.

Israel Rojas, músico./Foto: Liesther Amador

La urgencia de articular una política que pondere el consumo de la música nacional en nuestro país, fue punto inicial del reconocido cantautor cubano, para poner los recursos allí donde realmente se necesitan. Reconoció que, aunque frente a la maquinaria cultural industrial globalizada no será fácil dar esa batalla, nuestra fortaleza sí está en lo que tenemos: «un sistema de radio y televisión aún en poder de la Revolución, recursos de difusión locales, llámense los audios particulares, las casas de la música, las empresas, la UNEAC y la AHS».

Por eso lo que nos falta, añadió, es una plataforma digital vigorosa que se articule con todo lo demás, porque cada día que pasa se complejiza el escenario. «Los valores que se ponen de moda son los peores, los maestros de los niños normalizan lo que no es más nutritivo para nuestros hijos, los artistas que tratan de hacer algo distinto pierden la fe. Y la economía, busca lo que vende. Y lo que vende no engaña por dónde andan los gustos de los demás. Y la creación artística encuentra estímulo más afuera que adentro. Y la Revolución deja de tener sentido, justo donde podría ser más fuerte. Porque los medios de difusión son de aquí. Los músicos son de aquí. Los que ponen la música en los hoteles, las plazas públicas, los escenarios sonoros de los cubanos… todos estamos aquí. Que falta, las tres C: Cabeza, Cohesión y Coraje. ¡Intentémoslo!».

Luis Carlos Suárez, poeta y narrador granmense/Foto: Liesther Amador.

Para uno de los autores más prolíficos y respetados de la literatura para niños en Cuba, la Política Cultural de la Revolución, en términos descolonizadores, debe ser indispensable en el consumo de nuestras escuelas, de la enseñanza artística, para que el trabajo que realizan no niegue lo que ampara y defiende la política a nivel de nación, de ahí la importancia de fortalecer las relaciones.

«Necesitamos, también, una crítica no solo artística-literaria; sino una que evalúe los procesos culturales y el fomento de una lectura evocadora, por ser ella misma herramienta contra la dominación colonialista».

Víctor Fowler./Foto: Liesther Amador.

El ensayista, poeta y crítico literario destacó la descolonización cultural como el principal tema de Cuba hoy, en tanto -reflexionó-, «si los diseños hegemónicos de dominación, logran los objetivos para los cuales fueron creados, nada de lo que proyectáramos cobraría valor. Es por eso que hablamos de la supervivencia de la nación, ante un asunto que no solo engloba el universo de la literatura artístico-creativa, sino también estilos de vida, identidad nacional y los proyectos sociopolíticos del país».

«Implica que todos nos involucremos desde nuestra inteligencia colectiva porque no existe descolonización cultural si el trabajo de preservación de la identidad nacional, no viene acompañado del conocimiento del otro que es igual a nosotros, en el campo de la producción intelectual de pensamiento, como pasa hoy en Asia, África y otras regiones».

Se refirió también a disminuir la grieta comunicativa que existe actualmente con algunos sectores de la juventud, donde a lo interno prevalecen causas de reacción-pensamiento, que responden a las proyecciones teóricas de la contemporaneidad, las cuales nos exige aprender de ese cambio para poder transformar nuestra mentalidad.

Fátima Patterson/Foto: Liesther Amador

La reconocida artista cubana, Premio Nacional de Teatro 2017, centró su mirada en el Teatro Popular, como probada herramienta contra procesos hegemónicos y colonizadores. «Es un teatro volcado hacia los problemas de género, volcados hacia los problemas de la discriminación, volcado a todo lo que se invisibiliza».

De ahí que en esta gran batalla, agregó, nosotros necesitamos el apoyo de todo el mundo, no solo para cuantificar las actividades que se hacen sino para evaluar y reflexionar sobre lo que pasa con la manifestación, allí donde constituye arraigo, identidad e historia.

«Por eso siento todavía que falta más diálogo para discutir por dónde vamos, desde los múltiples enfoques que se tienen de nuestra cotidianidad».

Norge Espinosa./Foto: Liesther Amador

Para el dramaturgo cubano la batalla por la descolonización cultural tiene que tener un rol más activo y dinámico de todos los actores a intervenir, que dialogue con la realidad concreta del complejo escenario que vive Cuba hoy y mucho más apegada a lo que la gente tiene y puede necesitar.

Comenta que estamos viviendo, lamentablemente, una cultura que se quema sobre sí misma, de manera muy rápida, y se corre el riesgo de perder memoria, registros, referentes que han constituido para nosotros inspiración, base y línea de creación permanente.

Espinosa compartió, además, su reflexión de que ante el contexto actual, mientras más transparente seamos, mientras más capaces seamos de organizar espacios de diálogo y debate, seremos muchos más capaces de combatir las campañas que se nos hacen con sustento en las falsas noticias y en los mitos de los problemas que supuestamente nunca tendrán solución en nuestro país…».

Agustín Villafaña./Foto: Liesther Amador

Para el coordinador de la comunidad artística Yeti, la colonización hay que sentirla de los pies a la cabeza y de la cabeza a los pies. Por eso enfatizó en el trabajo con los niños, los jóvenes, los vecinos, el barrio, la comunidad…

«Con nuestra labor y sentimiento demostramos que somos artistas, combatientes y defensores de esto que estamos viviendo. No puede haber apagón cultural en el barrio, de ahí la mucha comprensión y ayuda que se necesita, porque es una manera directa de que los niños y jóvenes encuentren una posibilidad de enriquecer sus valores espirituales, artísticos…y acercarlos a una apreciación crítica de nuestras principales manifestaciones, sin olvidarnos de lo que podemos hacer desde nuestras escuelas, centros laborales e instituciones».

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