Creado en: agosto 4, 2021 a las 07:24 am.

Guillén: activista por la libertad y la justicia social (+Video)

Guillén fue desde muy temprano un activista por la justicia social, la libertad y la igualdad. En su poesía hay evidencia de su preocupación por estos ideales, unida al desencanto que tenía por los asuntos políticos, ya que vivía en una república donde la política no tenía como finalidad el bienestar de las personas, sino servir a los intereses de los grupos de élite. Ya en 1934 escribe poesía antimperialista en la que de alguna manera comienza a asentarse un humanismo caribeño y la necesidad de eliminar los males que azotan a Cuba como parte del Caribe. Su nieto, Nicolás Hernández, preside la Fundación encargada de preservar y promover el patrimonio literario de nuestro poeta nacional. Respecto a la poesía y el compromiso político de su abuelo comentó:

Su poesía se va radicalizando y en 1937 se va a España a participar en el segundo Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura. Guillén había tomado partido por la justicia y en medio de la guerra civil española va a los frentes, habla con los combatientes y los anima, reporta lo que allí ocurre para que el mundo sepa.

Allí ingresa al Partido Comunista Español y adquiere un compromiso con ese ideal de justicia, solidaridad y relaciones de otra naturaleza entre los seres humanos y las naciones. Ese compromiso lo expresó de manera permanente, no solo desde la cultura, porque también se involucró mucho en la política.

Estuve revisando los artículos que publicó en el periódico “Hoy”, agrupados en “Prosas de Prisa”, la compilación más importante de su obra no poética, y me di cuenta con cuánto empeño se dedicó a crear una conciencia para que sus lectores tuvieran una comprensión mejor de la política.

Guillén se vio obligado a marchar al exilio a inicios de 1953 y no logró regresar hasta el triunfo de la revolución. Al volver, comprende que todo lo que ha deseado para la nación cubana está camino a realizarse y se incorpora casi frenéticamente. Inmediatamente se percató que con Fidel estaba frente a un líder extraordinario al que decidió apoyar desde su trabajo periodístico y su labor como poeta.

En aquellos tiempos ofreció recitales de poesía en muchos lugares. Creo que el primero fue en La Cabaña, invitado por Ernesto Guevara. Fue a las universidades, centros de trabajo y a todos lados a hablar con las personas, para explicarles qué significaba para él esa revolución y por qué había que apoyarla. Es crucial también su labor para propiciar la unidad de los escritores y artistas. Hay una crónica inédita de 1959 en la que ya Guillén está hablando de la necesidad de que se construya una organización que una a los escritores y artistas para discutir los problemas que les concernían.

Cuando tiene lugar la icónica reunión de Fidel con los intelectuales y artistas a inicios de la revolución, Guillén fue electo para dirigir la UNEAC, sobre la base del extraordinario reconocimiento que tenía su obra en Cuba y el mundo, además de las cualidades que poseía para unir a la gente. Creo que luego la vida se encargó de dar muestras de que tenía la capacidad de defender la unión de los artistas y una visión inclusiva de la cultura.

Elegía a Jesús Menéndez

Jesús Menéndez fue un extraordinario líder obrero, que, aunque no tuvo un alto grado de escolaridad, pero llegó a un nivel en que se sentaba con los altos empresarios a conversar concepciones importantes a favor de los obreros azucareros. Mi abuelo, Nicolás Guillén, fue amigo de Jesús Menéndez y eso está en el origen de la elegía. Esa obra no fue un encargo político del partido, fue el sentimiento que necesitó expresar de alguna manera. Mi abuelo estaba en Brasil en 1948 cuando se produce el asesinato de Jesús Menéndez en la estación de trenes de Manzanillo. Aquello lo conmocionó y empezó a trabajar durante tres años para rendirle homenaje.

El poema fue aclamado por la crítica como un extraordinario logro artístico por la cantidad de innovaciones, hallazgos formales y la manera en que Guillén convoca todos los recursos poéticos en ese empeño. Es prácticamente una sinfonía poética en la que logró expresar el enorme significado de Jesús para la nación y la certeza de que su obra realizaría de vuelta convertida en justicia social.

La elegía es un género literario asociado a la sensación de pérdida o de ausencia y ese poema logra transmitir esperanza. Es importante que los que quieren un mundo más justo recordemos el ejemplo de Jesús y el enorme poeta que es Guillén y su contribución, no solo a la cultura nacional, sino a la vida social y política de Cuba.

“El color definitivo”

Mi abuelo fue un lector voraz y, aunque no había realizado estudios académicos de antropología, sí había leído mucho del tema y comprendía que éramos una nación uniétnica y que el etnos cubano nos dotaba de nuestros rasgos fundamentales, por eso es que dice en el prólogo de Sóngoro cosongo: “Del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá color cubano”. En Cuba se vivían grandes discriminaciones por el color de la piel, que él sintió en carne propia, pero sabía que alguna vez eso cambiaría. Esa frase podría interpretarse como un programa que plantó para llegar a vernos como cubanos más allá de nuestro color de la piel.

La Fundación Nicolás Guillén ha contribuido desde su labor académica y teniendo la gran ventaja de partir de la obra de Guillén, a visibilizar y cómo persistían en la nación elementos de prejuicios y desigualdades asociadas al color de la piel. En 2013 impartimos un curso televisivo con “Universidad para todos”, titulado “Presencia negra en la cultura cubana”, fueron 52 conferencias sobre el tema. Luego se publicó un texto que en el 2015 obtuvo el Premio Nacional de la Crítica.

Posteriormente, organizamos junto a la “Comisión Aponte” de la UNEAC, un ciclo de conferencias tituladas “Color cubano hoy”, para intentar actualizar cómo estábamos en el camino a esa igualdad y justicia que queríamos conquistar. A partir de esas experiencias tuvimos un programa en Radio Rebelde, en el que participaron los especialistas e intercambiaron con los oyentes.

La Fundación atiende, además, proyectos socioculturales en toda Cuba que buscan desarrollar valores orientados a la apreciación de la diversidad y rechazo a la inequidad, que puede expresarse no solo en el color de la piel, sino también en relación con el género o las preferencias sociales. Se trata de inequidades que en una nación que lleva a cabo una revolución como la nuestra, no deberían existir. Trabajamos, además, en la preservación de valores culturales y tradiciones.

Como fundación debemos hacer mucho más y ser capaces de interactuar con todos aquellos que se encargan de transmitir ideas o de crear, para que los que realizan estas labores conozcan la obra de Guillén y vuelvan a ella con visiones contemporáneas. Es importante que esos problemas que motivaron a mi abuelo, sigan comprometiendo a los artistas para reflexionar y hacer sus propuestas.

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