Creado en: julio 3, 2023 a las 11:19 am.

La cultura comunitaria como antídoto frente a la oleada colonizadora global

Por Jesús Ismael Írsula

Foto: Liesther Amador

(Palabras de Jesús Ismael Írsula, presidente de la Comisión Permanente de Cultura Comunitaria, Patrimonio y Tradiciones de la UNEAC, durante la Sesión Plenaria del Consejo Nacional de la organización, en la que se debatió sobre la cultura como energía transformadora frente a la oleada colonizadora global)

Todos recibieron un amplio informe de lo que hemos hecho en el terreno de la cultura comunitaria en el último periodo. Inspirado en el tema de hoy me voy a concentrar en el aporte y lo que significa la cultura en la comunidad y con la comunidad para que esta sea realmente UNA ENERGÍA TRANSFORMADORA FRENTE A LA OLEADA COLONIZADORA GLOBAL, así como en el papel de los escritores y artistas en esa batalla.

Una breve frase, un llamado, aparece al final del informe: “Es hora de trascender los diagnósticos y pasar a la acción”. Estoy convencido, como lo están cientos de miembros de la vanguardia artística y cultural que están librando la batalla contra la colonización cultural en sus proyectos comunitarios, que el principal escenario y la principal trinchera es la comunidad, es el barrio y sus familias.

Hay que mencionar desde un inicio que esta cruzada tiene lugar en los momentos más difíciles que ha vivido nuestro país, motivados por un férreo bloqueo, que no es el único culpable, pero sí el causante fundamental de las penurias que vive la familia cubana, unido a otras crisis que vive el mundo y tienen también su repercusión sobre nosotros.

Los enemigos de siempre propagan por todos los medios que esta situación es el resultado de un estado fallido y promueven un estallido social. Es difícil en esta situación material hacer cultura, es difícil pero no imposible desarrollar la vida espiritual. Es difícil mantener viva la esperanza. He ahí la oportunidad y el deber que tenemos los escritores y artistas de sembrar y cultivar la esperanza a través de la cultura.

En el informe presentado al consejo sobre la cultura comunitaria podrán leer que a pesar de todas las dificultades y aun en tiempos de pandemia no hemos tenido apagón cultural, más bien hemos tenido avances. Sin embargo, la lucha contra la colonización cultural continua y necesitamos aunar más fuerzas.

La UNEAC tiene varios miles de miembros en todas las manifestaciones artísticas que viven en esas comunidades, en esos barrios. No basta con que los vecinos digan ahí vive el músico, el actor, el escritor, el pintor, el cineasta. En esta batalla necesitamos que nuestros vecinos no solo nos identifiquen por nuestra presencia en los medios, sino que conozcan nuestra obra.

Necesitamos que más artistas jóvenes se incorporen a la labor cultural comunitaria. Hoy líderes de esta labor ya no están con nosotros y no puedo dejar de mencionar a Cecilio Avilés, quien dirigió durante varios años la comisión permanente de cultura comunitaria de la UNEAC. Compartir el arte, compartir nuestra obra con la comunidad debe ser un compromiso social de cada artista, de cada miembro de la UNEAC.

Si has hecho mucho debes continuar, si has hecho poco debes hacer más y si no has hecho nada, este es el momento de empezar. Entre las instituciones comunitarias, las instituciones que requiere la presencia de los escritores y artistas están además de las casas de la cultura, las escuelas.

La educación junto a la salud pública es una de las conquistas más importantes de la Revolución. Sabemos los problemas que enfrenta la enseñanza cubana en la actualidad. Este tema fue objeto de intercambio entre los escritores miembros del Consejo Nacional. Sobre todo, el deficitario conocimiento de la historia y la literatura.

En alianza con el Instituto del Libro podemos hacer mucho en la campaña nacional por desarrollar el hábito de lectura, que por cierto es un fenómeno universal. Podemos hacer mucho más en la atención a las 3000 bibliotecas escolares y en el movimiento de las bibliocasas que ya son 500 y deben seguir expandiéndose por todo el país.

En esos espacios podemos retomar los talleres literarios donde se formaron muchos de los escritores de hoy y realizar presentaciones de libros con estudiantes y vecinos y la presencia de los autores.

En el Fanguito vamos a inaugurar, en el palacio de los Pioneros, el 12 septiembre, fecha de la desaparición física de Dionisio San Roman, líder del levantamiento del 5 de septiembre en Cienfuegos, la biblioteca del fallecido historiador, Premio Nacional de Historia, Juan Valdés Paz.

La actividad cultural en los barrios en transformación o barrios vulnerables continuará. No todos los barrios en transformación han tenido el suficiente acompañamiento cultural. Reducir las transformaciones a lo netamente material es una obra incompleta y una tarea pendiente.

En la cultura comunitaria se involucran otros factores y otras fuerzas, los representantes del Poder Popular y su aparato administrativo, los instructores de arte, los artistas aficionados, los trabajadores de la cultura, los promotores culturales, los trabajadores sociales y las organizaciones creadas por la Revolución; los CDR, la FMC, la Asociación de combatientes y los núcleos zonales del partido.

Si sumamos todas esas fuerzas es un batallón que nos haría invencible en la batalla contra la colonización cultural. Sin embargo, tenemos que trabajar por lograr una mayor articulación y dejar a un lado todo tipo de protagonismo, atrincheramiento burocrático y anarquía.  Si se trata de salvar la cultura como energía transformadora hay que tener y mantener la unidad y trabajar como un sistema mancomunado.

Pienso que en los momentos actuales donde los municipios adquieren una mayor autonomía deben contar con los escritores y artistas de sus comunidades. Estoy seguro que la inmensa mayoría estaría dispuesta a contribuir junto a los dirigentes municipales a la conducción de las comunidades hacia una vida espiritualmente más rica, donde la conducta cívica y la solidaridad ciudadana caractericen la convivencia. Una comunidad nutrida espiritualmente, una comunidad alegre, una comunidad que conozca su historia y su literatura, estará en mejores condiciones de enfrentar los desafíos del momento y de salvaguardar la identidad nacional, la patria, la justicia social y la Revolución.

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