Creado en: mayo 9, 2023 a las 08:42 am.

La impronta de Alicia Valdés Cantero en la UNEAC

Para la científica y estudiosa de la música cubana Alicia Valdés Cantero (La Habana, 1951), «todos los momentos de nuestras vidas son significativos. Yo tengo algunos que tienen que ver con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC): mi entrada como uno de sus miembros, en 1989, y mi ascenso posterior por diferentes cargos y responsabilidades a partir de 1995. En esa travesía me marcó por siempre la designación para dirigir la Sección de Musicología de la Asociación de Músicos porque era la oportunidad de encontrarme e intercambiar con el gremio, fortalecer nuestros enfoques y hallar opciones de perfeccionamiento para nuestro trabajo artístico-profesional».

Me siento satisfecha

«Me siento satisfecha —dijo— por lo que ha realizado la Sección, porque nunca hemos dejado de trabajar y de alcanzar significativos logros, aunque soy la primera persona que sabe lo que aún  falta por hacer. La asamblea de balance efectuada el 19 de enero último, en la que se informó sobre el funcionamiento de la Sección de Musicología durante la etapa 2019-2022, dejó claro que ésta nunca  detuvo sus pasos, y entre las efímeras pausas que esos años dejaban y  con las herramientas a su alcance, supo hibridar la dureza del período con la responsabilidad.

»Hoy  la  Sección se expande no solo por la entrada de  nuevos miembros sino por los aportes que, segura estoy, realizarán. Si algo tengo que lamentar es que los  escenarios no fueron siempre los mismos, ni las condiciones, ni el apoyo, ni el interés de algunos miembros quienes son, en definitiva, la fuerza motriz de los logros y retrocesos de la Sección, los pilares de su crecimiento.

»El paso del tiempo va borrando los detalles de mucho de lo que hacemos, y aprovechando que este año celebraremos una nueva edición del Premio Uneac de Musicología, una de las más importantes acciones de nuestra Sección, quiero recordar algunos de los caminos transitados». 

En tal sentido recordó que durante 1993 y 1995  la vida del Premio, gestado en 1991,  tuvo que recesar porque fueron años complejos para la economía y la sociedad cubana que tuvieron  que enfrentar problemas acumulados y otros surgidos por las dificultades en las relaciones internacionales del país. Pero su segunda edición en 1996 —desde entonces conmigo al frente—, y las siguientes, sí se efectuaron cada dos años porque alterna con  el Premio de Musicología Casa de las Américas.

Un alto en el camino

A partir de la edición del año 2002 —explicó— y en las que llegaron después, los musicólogos de la UNEAC decidieron fortalecer el trabajo de la Sección. El Encuentro Nacional de Musicología, auspiciado por el Instituto Cubano de la Música en el 2001, resultó un alto en el camino para meditar y evaluar el accionar de los escenarios de diálogo y acción de la disciplina.

Indicó, asimismo, que «la evolución de los Premios continuó  y en la edición del 2015 concebí el Premio de Ensayo Danilo Orozco para los estudiantes de  musicología de la Universidad de las Artes (ISA), en recordación al entrañable musicólogo. El Concurso Zoila Gómez quedó desde entonces sólo para los estudiantes de nivel medio».

También encargada de trazar las  estrategias organizativas y académicas de los coloquios internacionales Danzón Habana y Boleros de Oro, paralelos a sus festivales homónimos, igualmente destacó la creación del sello editorial ContraCanto. Su gestación fue larga, azarosa y atiborrada  de obstáculos, pero culminó felizmente.

La Sección de Musicología seguirá construyendo  nuevos caminos.

Apuntó que en este año 2023 «la Sección de Musicología seguirá construyendo  nuevos caminos que impulsarán los cambios necesarios que nos hemos propuesto. Tiene ante sí el enorme desafío de transformar su dinámica de actuación, en correspondencia con los escenarios actuales y con las demandas de sus miembros. Con ese fin, acordamos crear un Plan de Acción o Agenda de los musicólogos 2023-2024 que se propone la proyección de una dinámica participativa superior de los  miembros de la Sección.

 »No me cansaré de decir que con la Uneac he crecido profesional e intelectualmente  y que ésta me ha dado la posibilidad de trabajar al lado de artistas que han sido ejemplo para mí. Figuras como Harold Gramatges, María Teresa Linares, Jesús Ortega, Roberto Valera y Abel Prieto, entre otras, las he visto obrar fervientemente en momentos en que, no obstante parecer  infranqueables las dificultades, nunca dejaron de estar al lado de la organización que agrupa a la vanguardia artística cubana. Son nombres que guardo con celo en mi memoria».

Una Bella Cubana en la UNEAC

En 1999 Alicia le propuso al maestro Gramatges, quien en esa etapa presidía la Asociación de Músicos de la UNEAC, fundar un proyecto para promocionar la labor de las mujeres dedicadas a la música. Poco después, el 30 de abril de ese mismo año, en esa institución nació La Bella Cubana, con la cual “también se me identifica y me enorgullezco, porque bajo ese nombre se desarrolla una idea que genera acciones de reflexión  en torno al quehacer musical que la mujer ha tenido a través de la historia.

La Bella Cubana tuvo lugar los terceros sábados de cada mes hasta febrero de 2020, en la Sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC. En la actualidad espero por su reanudación que no depende de mí.

En 2005 vio la luz el valioso Diccionario de mujeres notables en la música cubana, de Alicia Valdés Cantero, volumen que constituye el estudio más completo sobre la labor desarrollada por las féminas en este sector de nuestra cultura.  Incluye datos de la vida de 371 biografiadas, redactadas concisamente hasta el año 2002. Este libro obtuvo el Primer Premio UNEAC de Musicología Argeliers León 2000 y posee dos ediciones.

Además de las labores propias de la UNEAC al frente de la Sección de Musicología, “que me han ocupado  no solo en estos momentos de mi vida sino desde hace veintiocho años, me encuentro inmersa en la redacción de una biografía histórico-social sobre la  compositora Gisela Hernández Gonzalo (1909-1971), y no quito los ojos de la Editorial Nuevo Milenio a quien le entregué en el 2019 un estudio sobre el danzón que explora diversas perspectivas del género desde las miradas de investigadores cubanos, mexicanos y colombianos.

Alicia se formó en el sistema de enseñanza artística  concebido por la Revolución; del que igualmente emergió como  musicóloga, historiadora del arte,  y hábil promotora y dirigente cultural; amén de ser miembro fundador del staff de especialistas del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC) e integrante  de su Consejo Científico y del Consejo editorial de la Revista Clave, del Instituto Cubano de la Música (ICM). Igualmente dejó su impronta en la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem).

Ostenta  la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla 23 de agosto que otorga la FMC y el Sello conmemorativo  Aniversario 60 de la UNEAC. Igualmente colabora con el Museo Nacional de la Música. También gestora del programa cultural Presencia simplemente,  que promueve la canción trovadoresca y autora de cinco libros  que revelan el legado cultural de géneros y figuras imprescindibles de nuestra historiografía musical; en 2021 fue coautora, junto al Doctor José Loyola Fernández, del texto que fundamenta la nominación del bolero como Patrimonio Cultural de la nación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *