Creado en: junio 27, 2021 a las 08:10 am.

Palabras a los Intelectuales: el llamado a defender la cultura y la soberanía nacionales

El histórico discurso conocido como «Palabras a los Intelectuales», pronunciado en 1961 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz (1926-2016), devino plataforma de pensamiento de la política cultural de la Revolución.

En el intercambio se instó a la vanguardia artística a unirse a favor de una cultura autóctona y en defensa del patrimonio y la identidad de la nación.

Constituyó una trascendental declaración final del encuentro de Fidel con la intelectualidad de la isla, después de tres días de análisis (16, 23 y 30 de junio de 1961), en la Biblioteca Nacional José Martí de La Habana.

El diálogo fue y es mucho más que la frase manida de que «dentro de la revolución todo, contra la revolución nada», sino las reflexiones del Comandante en Jefe, a partir de las anotaciones de las intervenciones del encuentro, las que escuchaba pacientemente y solo realizaba breves preguntas e interrupciones.

Se establecieron los vínculos y acciones entre la cultura y la dirección política de la Revolución, como consecuencia de la incertidumbre que provocó en el gremio intelectual la censura, por parte de la Comisión de Estudio y Clasificación de Películas del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, del cortometraje PM (Pasado Meridiano).

Aunque el material audiovisual, de menos de 15 minutos de duración, recibió elogios y críticas positivas, fue cuestionado por extemporáneo y nocivo a los intereses del pueblo cubano y su Revolución.

Fidel puntualizaba: «Si a los revolucionarios nos preguntan qué es lo que más nos importa, nosotros decimos: el pueblo. Y siempre diremos: el pueblo. El pueblo en su sentido real, es decir, esa mayoría del pueblo que ha tenido que vivir en la explotación y en el olvido más cruel. Nuestra preocupación fundamental siempre serán las grandes mayorías del pueblo, es decir, las clases oprimidas y explotadas del pueblo. El prisma a través del cual nosotros lo miramos todo es ese: para nosotros será bueno lo que sea bueno para ellos; para nosotros será noble, será bello y será útil todo lo que sea noble, sea útil y sea bello para ellos».

En su condición de Primer Ministro entonces, Fidel Castro, que se caracterizó por su sentido de la urgencia y disposición al diálogo, enfatizó en la responsabilidad de los artistas, intelectuales, políticos y de su arte dentro de la Revolución, ante una poderosa guerra cultural que pretendía, como ahora, aniquilar el pensamiento.

«Permítanme decirles, en primer lugar, que la Revolución defiende la libertad; que la Revolución ha traído al país una suma muy grande de libertades; que la Revolución no puede ser por esencia enemiga de las libertades; que, si la preocupación de algunos es que la Revolución va a asfixiar su espíritu creador, que esa preocupación es innecesaria, que esa preocupación no tiene razón de ser».[1]

A la reunión concurrieron prestigiosos artistas y escritores, entre ellos Alfredo Guevara, Roberto Fernández Retamar, Graziella Pogolotti, Lisandro Otero, José Lezama Lima, Virgilio Piñera y Pablo Armando Fernández, el cual caracterizó por una visión democrática e inclusiva, a decir del etnólogo Miguel Barnet (hoy Presidente de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba), el más joven, entonces, de los asistentes.

En el contexto del diálogo de Fidel y los intelectuales, ya el Gobierno de Estados Unidos desarrollaba acciones para derrocar a la Revolución cubana. La administración de John F. Kennedy y la Agencia Central de Inteligencia, en particular, promovían y financiaban las bandas contrarrevolucionarias en la Isla. Además, desataban actos terroristas contra objetivos económicos y sociales.

Transcurrido 60 años «Palabras a los Intelectuales» mantiene su vigencia y más aún en el contexto actual que el imperialismo estadounidense incrementa su agresividad contra la Revolución cubana y desata una guerra cultural para debilitar todo proyecto alternativo a su hegemonía en el escenario internacional.

Un ejemplo vivo, corresponde a la denuncia reciente ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, cuando al presentar el Proyecto de Resolución Necesidad de poner fin al Bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, expresó como muestra de esa guerra de asfixia que se nos hace:

«El Presidente Donald Trump, aplicó 243 medidas coercitivas unilaterales para restringir el arribo de viajeros estadounidenses y perjudicar terceros mercados turísticos; adoptó medidas  propias de tiempo de guerra para privarnos de suministros de combustible; persiguió los servicios de salud que prestamos en numerosos países; incrementó el acoso a las transacciones comerciales y financieras en otros mercados, y se propuso amedrentar, con la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton, a inversionistas y entidades comerciales extranjeras…»


[1] Isabel Monal, “Fidel y la Cultura”, en: Hacia una cultura del debate. Espacio Dialogar, dialogar de la AHS, (compilador: Elier Ramírez Cañedo), Casa Editora Abril, La Habana, p.457.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *