Creado en: mayo 11, 2021 a las 08:39 am.

Pedro de la Hoz: «El racismo es bárbaro y antinatural…»

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) creó en el año 2010 la Comisión José Antonio Aponte contra la Discriminación Racial, un espacio de diálogo y reflexión donde un grupo de creadores, representantes de la Vanguardia Artística insular, acomete ingentes programas para enfrentar los vestigios que sobre este flagelo aún existen en nuestro país; asunto sobre el que conversamos con el presidente de este proyecto, Pedro de la Hoz González (Cienfuegos, 1953), quien además de escritor es uno de los críticos más respetados de nuestro país.

Al referirse a los principales objetivos de trabajo de esta entidad encargada de  asesorar los esfuerzos del país contra el deplorable rezago del colonialismo esclavista, el también vicepresidente de la Uneac expresó que “para los escritores y artistas fue fecundo y revelador el debate suscitado en una de las sesiones del VI Congreso de la Uneac, en el cual intervino el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Destacados creadores y artistas se refirieron a manifestaciones de discriminación y prejuicios relacionados con el color de la piel, acentuadas durante la crisis de los 90.

“Hago una distinción —dijo— entre discriminación y prejuicios en aras de ser fiel a una escala de sucesos que van desde ciertas actitudes inocultablemente racistas hasta resortes mentales que se activan en personas que se declaran antirracistas. En Cuba, lo sabemos, el racismo es contra el negro”, expresó el también fundador, en 1986, del Suplemento Cultural Huella y primer director de la revista ArteCubano.

“Fidel —agregó Pedro— no solo reconoció deudas tanto en el análisis y debate sobre el tema, sino convocó a desarrollar acciones encaminadas a la erradicación de un flagelo que lacera la dignidad humana. Habló de factores objetivos y subjetivos en la pervivencia y reproducción del fenómeno; acerca de la necesidad de diseñar políticas públicas y desarrollar acciones que acortaran y en una perspectiva mediata eliminaran vulnerabilidades y brechas sociales, en tanto era menester una batalla desde la educación y la cultura”. 

En tal sentido, añadió que “desde entonces, la Uneac ha ido perfilando una labor orientada a contribuir mediante el pensamiento, la creación artística y literaria y, sobre todo, desde la vocación social y participativa de sus miembros, a que más temprano que tarde el racismo sea un mal recuerdo.

En la primera década de la actual centuria, auspició el proyecto Color Cubano, liderado por Gisela Arandia, y a partir de 2009 creó la Comisión José Antonio Aponte, que agrupa a escritores y artistas de todo el país.

“Al escritor Heriberto Feraudy, primer presidente de la Comisión, que contó  con el apoyo y la activa participación del poeta Miguel Barnet, se le debe haber colocado la memoria del precursor de las luchas  independentistas y decidido abolicionista como guía inspiradora de su gestión. En 1812 Aponte encabezó un movimiento revolucionario anticolonial y antiesclavista y las autoridades coloniales lo ejecutaron y exhibieron su cabeza en una jaula”, enfatizó de la Hoz. 

Sobre la labor de la Comisión precisó que esta “ha hecho aportes a la visibilidad del tema a escala nacional, e interactuado con las autoridades políticas y gubernamentales para trasladar preocupaciones, proponer análisis y desbrozar el camino hacia la búsqueda de soluciones. También ha estimulado el desarrollo de una cultura antirracista y jerarquizado la promoción del legado africano en la cultura cubana.  Imprescindibles han sido las alianzas con otras instancias de la sociedad civil como las fundaciones Nicolás Guillén y Fernando Ortiz. En nuestras sesiones participan asimismo académicos que no son miembros de la Uneac y activistas destacados”. 

Al respecto subrayó que “el poeta Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernando Ortiz destacó cómo la orientación educativa debe articular –desde su condición de principio-, con la relación entre el pensamiento antirracista de Martí y el de Fidel, y puso a disposición de los organismos formadores la obra del autor de El engaño de las razas. Lo propio hizo la Fundación Nicolás Guillén, al ofrecer el volumen Presencia negra en la cultura cubana y el ciclo de conferencias sobre el tema grabado para la TV Cubana”.

El primer secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha reiterado el compromiso de los cubanos con la eliminación de todos los rastros de discriminación en nuestra sociedad; para lo cual encabeza el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, fundado por el Estado en  noviembre de 2019, sobre el cual el reconocido colega acreedor de los premios Nacional de Periodismo José Martí (2017)  y de la Prensa Escrita Jorge Enrique Mendoza (2009), ambos concedidos por la Unión de Periodistas de Cuba, apuntó: “No se puede enfrentar seriamente un problema si no se le conoce a fondo ni se involucran diversos actores políticos, sociales y estatales. El Programa es gubernamental pero integra no solo a organismos de la administración central del Estado sino también a organizaciones de la sociedad civil. La Uneac es una de estas.

“Lo primero —indicó—, aún en fase de revisión y profundización, fue diagnosticar cómo se manifiesta el racismo y la discriminación en nuestra sociedad. Se trata de una tarea compleja, por el alcance transversal del asunto y el entrecruzamiento entre condiciones socioeconómicas y culturales. El racismo es una construcción cultural en el que inciden herencias históricas, carencias materiales, desigualdades objetivas, y otros factores no menos importantes”.

“Nos encontramos —acentuó— con una dispersión y falta de integración sistemática de investigaciones precedentes, muchas de ellas de enorme valor y agudeza pero no siempre tomadas en cuenta en su justa medida. No pocos científicos sociales habían venido trabajando el tema con resultados apreciables y sus aportes debían ser considerados e incorporados al diagnóstico”.

“Por otra parte, en unos cuantos abordajes, por ejemplo y para decirlo en lenguaje figurado, se tocaba de oído, sin precisiones estadísticas, por lo que hubo que apelar a fuentes confiables como la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. De igual modo era necesario, y lo es más aún en la actualidad, analizar las experiencias del activismo antirracista que desde los años 90 del pasado siglo se había hecho sentir. El diagnóstico necesariamente tenía que ser una construcción colectiva, sobre bases científicas serias y una perspectiva equilibrada y objetiva, a la que a su vez no faltara pasión y voluntad política”.

“Solo así se ha podido establecer una hoja crítica para abordar paso a paso, concienzudamente, los problemas y condiciones que gravitan en la pervivencia de discriminaciones y actitudes racistas”, subrayó el autor del libro África en la Revolución Cubana (Editorial Letras Cubanas, 2004), entre otros muchos volúmenes publicados por diferentes editoriales nacionales.

Este programa que forma parte de la agenda de trabajo del Gobierno, está integrado, según de la Hoz, por “18 organismos estatales e igual número de organizaciones de masas, sociales y fundaciones, o sea, de nuestra sociedad civil socialista. Funciona un equipo coordinador, encabezado por el Ministerio de Cultura en el cual intervienen los ministerios de Relaciones Exteriores, y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y la Uneac”.

“Es decisivo —enfatizó— el papel que le corresponden a las organizaciones de masas. A las juveniles toca empeñarse en las acciones de los organismos formadores; a la FMC en la interrelación con el activismo femenino; y al movimiento sindical en  el curso de los análisis y propuestas que se llevarán a cabo este año en cuanto a la política de empleo en varios sectores incluida la esfera de la gestión no estatal”.

“No obstante, aún es mucho lo que queda por hacer para que sea más dinámica y decisiva la participación de las organizaciones de masas. Las acciones del Programa se han ralentizado debido a la pandemia. Por ejemplo, no se han podido crear las comisiones territoriales. Es en la base donde se hallarán las soluciones duraderas”.

Con el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959, mediante la institucionalización de la igualdad de todos los cubanos, se pretendió eliminar el flagelo de la discriminación en Cuba radicado aquí desde los tiempos de la colonización española. Sin embargo,   a más de 60 años de la construcción del Socialismo, en nuestro país aún existen deplorables manifestaciones de este tipo, a las que se unen, además, evidentes expresiones de regionalismo y de otras acentuadas diferencias étnicas.

En torno a esta situación, el prestigioso colega resaltó que “la esclavitud en el régimen colonial marcó pautas de comportamiento cultural, que se prolongaron en la etapa republicana. Negros y mulatos ocuparon básicamente una posición subordinada en la sociedad. Cuando se cruzan las relaciones entre poder económico, clases sociales y color de la piel asoman desigualdades racializadas”.

“La Revolución desmontó gran parte del entramado estructural objetivo sobre el cual se sustentaba el racismo en épocas pretéritas. En el orden legal ni en el moral el racismo y la discriminación no tienen cabida entre nosotros.  La igualdad de oportunidades quedó consagrada en el proceso iniciado tras el triunfo de enero de 1959”.

En tal sentido aseguró que “la igualdad de oportunidades por sí misma no resuelve el problema si no se observan las desventajas de los puntos de partida. Como tampoco la norma legal garantiza el cumplimiento de la ley. Como tampoco las políticas sociales universalistas –salud, acceso a la educación y la cultura, oportunidades de empleo y muchas más-  que ha llevado con un gran sentido de la justicia la Revolución, eliminan automáticamente vulnerabilidades. Por demás está, como ya dije, la subjetividad, el prejuicio acendrado en la memoria cultural, en la psicología social. Si a esto se añade la crisis de los 90, que laceró en unos cuantos cubanos valores éticos y conductas humanas, puede dibujarse un rápido aunque no exhaustivo panorama de factores que influyeron en la reemergencia y reproducción de actitudes discriminatorias y manifestaciones racistas.

“Uno de los más lúcidos intelectuales cubanos de nuestra época, quien fue miembro de la Comisión Aponte, Fernando Martínez Heredia, dijo que el socialismo por principio tiene que ser antirracista. Pero a ello no se llega desde la espontaneidad. Se requieren activar a conciencia instrumentos políticos, ideológicos, educativos y culturales”, dijo el asimismo acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional.

A pesar de la fuerte herencia africana en nuestra cultura, desde los ancestrales bailes y cantos yorubas hasta la rumba, cuando se trata de un género eminentemente folklórico aún es frecuente escuchar entre algunas personas de piel blanca: “eso es cosa de negros”.

Sobre este asunto el destacado intelectual señaló: “Fernando Ortiz nos mostró, como nadie antes, que Cuba no estaría completa sin África. Somos un pueblo culturalmente mestizo. Ignorarlo es una muestra de incultura. No creo haya escritor ni artista cubano que se respete al margen de esta verdad. No se trata de que la refleje en su obra, pero sí en sus actos y en la concepción de nuestro mundo. De manera particular honramos el pensamiento antirracista de Martí, Fidel y Raúl, el legado de nuestro Nicolás Guillén, la obra de Ortiz, y damos el lugar que merecen las culturas populares.

“El racismo es bárbaro y antinatural en cualquier caso, aunque me hablas de un fenómeno que yo llamo racismo reactivo. Derivado de la subcultura del gheto y la marginación, que son obras de distorsiones sociales racializadas que tienen raíces históricas como las que hemos señalado. Solo te llamo la atención sobre algo: el racismo antinegro es el que hemos padecido y pervive en unos cuantos. Hay negros y mulatos racistas y no solo enfilado contra las pieles más blanquecinas sino incluso contra otros negros y mulatos, pero como corriente no hay racismo antiblanco en Cuba”.

La Comisión Aponte potencia el legado cultural africano a través de proyectos concretos, muchos de estos concebidos para el trabajo con las nuevas generaciones. En tal sentido, de la Hoz expresó: “La Comisión posee agenda propia y aporta al Programa acciones compartidas, dirigidas a resaltar el legado africano en nuestra cultura. Publicaciones, encuentros de debate y reflexión, talleres, conciertos, veladas, jornadas rumberas y, en estos  tiempos, actividades conmemorativas en las redes sociales.

“Ahora mismo, y esto es de interés para el movimiento sindical y Trabajadores, estamos organizando, junto al Ministerio de Cultura y la Fundación Nicolás Guillén, la conmemoración del Aniversario 70 de la publicación de la Elegía a Jesús Menéndez, de Nicolás Guillén, el próximo 14 de julio. 

Entre las acciones de este proyecto, el también merecedor del Premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (1999), destacó “dos de suma importancia: la articulación de las proyecciones de los organismos formadores, dígase Educación, Educación Superior, Cultura, el Inder y Salud Pública; y la estrategia de comunicación.

Una apunta a la imprescindible formación y desarrollo de valores antirracistas, identitarios, solidarios e inclusivos en las nuevas generaciones, cuestión que transita por supuesto por la formación de los formadores; otra a crear conciencia sobre el problema e incentivar acciones que lo superen y erradiquen. Con esta última, debo aclarar, no estamos satisfechos; falta mucho para que de manera orgánica, consistente y coordinada  haya una expresión mediática desde múltiples plataformas que responda a las expectativas y necesidades de la estrategia”.    

Pedro ha sido invitado, como escritor, a las Ferias Internacionales del Libro de Santo Domingo, Caracas, La Paz y Bogotá y, como parte del Capítulo Cubano de la Red En Defensa de la Humanidad, ha participado en foros realizados en Roma, Caracas, Salvador de Bahía y Sao Paulo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *