Jóvenes defensores del género compartieron escenario con las consagradas boleristas Emilia Morales y Anairis Blanco, en un espacio que enaltece el valor del bolero, que forma parte de lo más autóctono de nuestras tradiciones musicales.
Para Rodulfo Vaillant, titular del Comité Provincial de la UNEAC en el territorio, el Festival en cada uno de sus espacios estimula la espiritualidad y el entusiasmo de indómitos y foráneos, además de contribuir a resaltar la tradición musical santiaguera.
Bastaría un poema para abrazarnos el alma, o una Big Band de Flautas Gigantes que honre aquellas melodías consideradas hitos musicales en Cuba, como el fonograma que promueve dese este 29 de noviembre Orlando “Maraca” Valle, otro virtuoso de los aerófonos.
El primer bolero conocido es la canción Tristeza, compuesta en 1883 por el cubano José Vivanco Sánchez Hecheverría.
La emblemática sala Villena acogió este miércoles la conferencia “La educación estético-musical de la ciudadanía”, como parte del espacio Contracanto que organiza la sección de musicología de la UNEAC. En esta ocasión el debate estuvo dirigido a la atención que debe recibir la formación musical en todas las enseñanzas y el valor e influencia de géneros autóctonos de nuestra tradición e identidad nacional.
