Creado en: septiembre 16, 2022 a las 02:44 pm.

El amor y la poesía como salvación

Foto: Portada del libro

Por Emmanuel Tornés 

Nuestro tiempo precisa de amor. A diario en el mundo se exacerban sus contrarios: el odio, la mentira y la violencia. Por falta de amor, la humanidad sigue enfrascada en guerras absurdas. También la naturaleza, enojada, nos castiga con furia. Solo el amor fortalece, solo el amor nos permite sobrevivir. A ello siempre ha apostado la buena literatura.

Amor de toda especie, en particular del que nos ennoblece como pareja, tal y como lo han visto los poetas en todos los tiempos, entre ellos tres líricos memorables: Gustavo Adolfo Bécquer, Pablo Neruda y Vicente Aleixandre.

Con Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1871), la poesía amorosa alcanza una flexibilidad, exquisitez y visualidad inexistentes en los poetas coetáneos. Él enaltece la vida. Por su originalidad, refinamiento, sencillez y visualidad, llega a ser el poeta del amor más leído de Iberoamérica. Es poeta de lo sensible, la precisión y sobriedad. No es él «un romántico típico, sino una figura de transición (…) con un pie situado en el romanticismo y otro en el modernismo», a decir de Manuel Díaz Martínez.

Quién no recuerda la delicadeza de sus rimas: Mientras haya unos ojos que reflejen / Los ojos que los miran; / Mientras responda el labio suspirando / Al labio que suspira; / Mientras sentirse puedan en un beso / Dos almas confundidas; / Mientras exista una mujer hermosa, / ¡Habrá poesía! (Rima IV). O las que siguen, siempre celebradas: ¿Qué es poesía? –dices mientras clavas / En mi pupila tu pupila azul– / ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía… eres tú. (XXI). Por una mirada, un mundo; /Por una sonrisa, un cielo; /Por un beso… ¡Yo no sé / Qué te diera por un beso! (XXIII).

Si Bécquer deviene mito universal del amor, otro tanto sucede con el poeta chileno Pablo Neruda (Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973). Su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) fascina a los lectores de todas las edades. Son textos de gran lirismo, de imágenes imborrables. Los registros de los poemas los colocan a las puertas del vanguardismo: Me gustas cuando callas porque estás como ausente, / y me oyes desde lejos y mi voz no te toca. / Parece que los ojos se te hubieran volado / y parece que un beso te cerrara la boca. (…) // Déjame que te hable también con tu silencio / claro como una lámpara, simple como un anillo. / Eres como la noche, callada y constelada. / Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo (Poema 15). En el poema 20 declara: Puedo escribir los versos más tristes esta noche. // Escribir, por ejemplo: (…) // En las noches como esta la tuve entre mis brazos. /La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971.

Grande entre los grandes, Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-Madrid, 1984), se impone a su limitación física y se erige como el poeta del amor de la Generación del 27. La belleza de sus creaciones es reconocida en 1977 con el Nobel de Literatura. Aleixandre cantó al amor y a la vida con fineza impar, con exquisito erotismo: Volcado sobre ti, / volcado sobre tu imagen derramada bajo los altos álamos inocentes, / tu desnudez se ofrece como un río escapando, / espuma dulce de tu cuerpo crujiente, / frío y fuego de amor que en mis brazos salpica. (Cuerpo de amor).

Bécquer, Neruda y Aleixandre, como tantos otros bardos, hablan del amor con pureza. Sus páginas son una celebración de la vida. Volver a ellas, quizá no sea demasiado tarde.

(Tomado de Granma)

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