Creado en: septiembre 16, 2022 a las 02:49 pm.

Cosme Proenza, de Tacajó al mundo (+ Video)

Obra Los dioses escuchan. Cosme Proenza

Por Virginia Alberdi Benítez

El maestro Cosme Proenza regresará a Tacajó, un pueblito del municipio holguinero de Báguanos, como nunca lo hubiéramos querido. Allí nació hace 74 años y allí reposarán sus cenizas. Mucho duele la muerte de un extraordinario artista que legó una huella muy personal a las artes plásticas cubanas de nuestro tiempo.

Se graduó en la Escuela Nacional de Arte, y obtuvo una beca para perfeccionar estudios, el máster en el Instituto de Bellas Artes de Kiev, Ucrania.  Regresó a Holguín, y desde esa urbe oriental entregó en el tiempo imágenes estremecedoras.

Su principal línea de trabajo consistió en reapropiarse de las técnicas y composiciones

de los clásicos del arte universal. Muchos recordarán el impacto de la exposición que, a mediados de los 70, desplegó en una galería de arte holguinera, en la cual recreó la impronta de Goya y Da Vinci.

Hizo suyos los códigos del barroco y el expresionismo; descifró los misterios de los mitos y las alucinaciones religiosas; pero siempre transitó por las coordenadas de la luz de su tierra. El mundo del arte universal entró en sus pinturas, dibujos, murales e ilustraciones como si se tratara de un territorio propio, a lo Cosme Proenza, sin lugar a equívocos.

Entre sus exposiciones personales más significativas figuran las series Manipulaciones, que expuso en México y España entre 1992 y 1993, sus Boscomanías (I y II), vistas en La Habana, Maracaibo y San José de Costa Rica; la Antología personal que llevó al convento de San Francisco de Asís en 1998 y Voces del silencio al Museo Nacional de Bellas Artes en 2002. Participó en numerosas exposiciones colectivas. En el proyecto de 2003, dedicado a José Martí, participó con su obra Cultivo una rosa blanca, de su colección personal.

Los murales holguineros forman parte de la memoria visual de la ciudad, como los que ambientan el hotel El Bosque, el hotel Sol del Atlántico, en Guardalavaca, el de la Delegación Provincial del Ministerio de Comunicaciones y Tele Cristal, y el que dedicó a Celia Sánchez, en la Escuela de Trabajadores Sociales.

Miembro de la Uneac, su obra halló cabida en la galería Villa Manuela con la exposición Divertimentos (2008). Al presentar el libro, Cosme Proenza; obras 1993-2004, el poeta Miguel Barnet expresó: «Pocas obras de arte cubano muestran un virtuosismo tan

inusual, pocos libros caen en las manos como un regalo de Zeus y Afrodita, rociados del agua pura y celestial que es fuente de la obra de Cosme Proenza».

Cosme y su obra tienen un bien ganado lugar en el arte. Una obra suya le fue obsequiada al Papa Juan Pablo en su visita a Cuba.

Tal como referí en 1996, en el citado libro, lo despido con estos apuntes: «La capacidad de fabulación del pintor holguinero resiste la más exigente observación: es pulcro, depuradamente técnico en los detalles, pero eso es únicamente el soporte para el tejido de metáforas visuales de increíble fuerza expresiva, tanto que más que un viaje a los orígenes de la pintura, estas obras parecen adelantar los atribulados sueños de una zona del futuro».

(Tomado de Granma)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *