Creado en: mayo 24, 2022 a las 08:30 am.

Farándula: ¿obra para reír o pensar?

En Farándula «se ocultan las verdades y se gritan las mentiras». Buen gancho periodístico para que los amantes del buen teatro insular no se pierdan las peripecias en que se ven involucrados los personajes que intervienen en esa deliciosa comedia, que, en una nueva temporada, la agrupación Jazz Vilá presenta en el capitalino cine La Rampa.

La obra está  dirigida —fundamentalmente—a los jóvenes, a quienes desea enamorar con la forma sui generis que posee dicha compañía teatral, para atraer —al igual que las flores a las mariposas— el interés de los bisoños espectadores hacia el arte de las tablas.

Esa puesta en escena —rediseñada desde una nueva concepción estético-artística— deviene una divertida comedia, cuyo principal conflicto es la incomunicación entre los seres humanos; uno de los flagelos que azota —hoy día— a quienes viven, aman, crean y sueñan, no solo en el archipiélago cubano, sino también en todo el orbe.

El elenco artístico está integrado por carismáticos actores y actrices que proceden de las tablas y de los medios audiovisuales, fundamentalmente.

Farándula, con más de una hora de duración, se destaca por la espontaneidad, la lozanía, la frescura y el marcado interés por establecer contacto con el público juvenil, pero —sobre todo— por focalizar la atención del espectador e incitarlo a meditar (hacer silencio interior para escuchar los sonidos que emite nuestro yo, el auténtico, el verdadero), acerca de temas tan escabrosos como la migración, la soledad, la corrupción, pero, ¡ojo!, siempre enfocados desde una óptica humorística por excelencia.

Para materializar en el proscenio tan loables objetivos, se apela a la utilización del flashbackcomo recurso dramatúrgico, así como al empleo de la economía y la sencillez que sirven para identificar los elementos escenográficos, en los cuales un vetusto mueble (sofá) se convierte —por derecho propio— en eje principal  que centraliza la acción dramática.

Por otra parte, se aprecia una bien dosificada selección de colores para ilustrar la imagen de cada uno de los personajes que participan en la puesta, así como la inclusión de obras pictóricas de talentosos artistas de la plástica. Esos recursos cromáticos y estéticos desempeñan una función básica indispensable en ese contexto eminentemente dramatúrgico: generar en el público el pleno disfrute del desempeño artístico de los versátiles actores, cuya profesionalidad se evidencia a través del uso inteligente que hacen de los conocimientos técnico-interpretativos adquiridos en la academia, y consolidados en la praxis teatral (y en otros medios), así como del lenguaje verbal y gestual; indicadores fundamentales en que se estructuran las artes escénicas.

El mágico mundo de las corcheas y las semicorcheas no queda relegado —en modo alguno— a un plano secundario en esa puesta, y por ende, acaricia la mente y nutre el alma de quienes decidan deleitarse con Farándula, obra que hace reír, pero también pensar. La agrupación Jazz Vilá espera por usted.

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