Creado en: mayo 1, 2022 a las 08:38 am.
Festeja Danza Contemporánea de Cuba Día Mundial de la Danza
La emblemática compañía Danza Contemporánea de Cuba (DCC), que jerarquiza el maestro Miguel Iglesias, Premio Nacional de Danza, llevó a la sala «Avellaneda» del Teatro Nacional un espectáculo de lujo, para celebrar dignamenteel «Día Mundial de la Danza»,que desde 1982 se celebra en todo el orbe para evocar el natalicio del eminente bailarín, coreógrafo y maestro, Jean-Marie Noverre (1727-1810), el padre de la danza moderna.
El programa artístico incluyó la reposición de las obras Consagración, de los coreógrafos franceses Chistophe Beránger y Jonathan Pranlas–Descours, y María Etnocentra, del laureado artista George Céspedes.
Los amantes de la danza contemporánea que asistieron a esas puestas en escena, signadas —en lo fundamental— por la buena factura estético-artística que las caracteriza, tuvieron el privilegio de ver actuar, una vez más, a los carismáticos bailarines que la integran, y por ende, ovacionar no solo el dominio de la técnica académica y la interpretación teatral, sino también la excelencia artístico profesional que los identifica en cualquier escenario nacional o foráneo, ya que convierten —con naturalidad y seguridad dignas del más cálido elogio— las emociones, sentimientos u otros estados subjetivos del yo, en movimientos corporales, en los cuales se estructura el arte danzario en general, y la danza contemporánea, en particular.
Los bailarines conocen al dedillo no solo los «secretos» del cuerpo, sino también los del alma, ya que están conscientes de que danzar no es otra cosa que fundir en cálido abrazo cuerpo, mente y espíritu…, o si se quiere emplear el lenguaje técnico-psicológico: las tres grandes esferas (cognitiva, afectivo-espiritual y conativa), que configuran la personalidad del «soberano de la creación»
Con disímiles componentes expresivos y gran libertad interpretativa, enfocaron —a través del movimiento físico— temas puntuales: la angustia y el espacio, lo cual constituye uno de los retos fundamentales acerca de cómo los bailarines pueden —en el caso específico de Consagración— danzar con el rostro oculto por un velo.
DCC festejó el Día Mundial de la Danza con dos obras, en las cuales se destacan los movimientos de hombros, torso y caderas, así como la soltura y sensualidad, apoyados en una sólida técnica en que se estructura la danza contemporánea y la interpretación.
La tropicalidad de la mayor isla de las Antillas se convirtió en coreografías sui generis, donde la cubanía fue la mejor motivación para darles a los bailarines flexibilidad, movimiento, fuerza, y además, mostrar en el proscenio disciplina, versatilidad y energía; carta de presentación que distingue a los miembros de una de las mejores compañías de danza contemporánea a escala mundial.