Creado en: febrero 7, 2022 a las 11:24 am.

Hitos escénicos de la holguineridad

Foto/ Wilker López

Dos reconocidas compañías holguineras celebran aniversarios cerrados este año: el Teatro Lírico Rodrigo Prats rememora las seis décadas de aquel mítico 16 de noviembre de 1962, cuando un grupo de soñadores, con dirección del maestro Raúl Camayd, llevó a escenala zarzuela Los Gavilanes. Treinta años después,el 25 de septiembre de 1992, surgió la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, dirigida por la maestra Maricel Godoy, momento que marcó un antes y un después en nuestra vida cultural.

“A menos de una hora del estreno, era extraordinaria la cola ante la taquilla del Teatro Infante. Así fue como a las ocho y treinta se escucharon los primeros compases del hermosísimo preludio orquestal de Los Gavilanes. Allí estaban Latzis Méndez, Náyade Proenza, María Esther Aguilera, Sergio Ochoa, Gloria Herce, Romárico Leyva, Zenaida Cardet, Ramón Brito, Armando Díaz, Juan Luis Gerbet, Aramís Infanzón, Cruz Hernández, y en el papel de Juan el indiano el maestro Raúl Camayd, quien terminaba casi de ajustarse el vestuario justamente cuando ya el telón se descorría. Aquella memorable puesta contó con coreografía de Mercedes del Forn, dirección coral de Graciela Morales, orquestal de Carlos Avilés y artística de Raúl Rabert. Muy pocos de los miles de holguineros que aplaudieron con júbilo a sus conterráneos en las tres funciones de la joven compañía, podían imaginar que más de medio siglo después aquel colectivo llegaría a consolidarse como una de las instituciones más prestigiosas del género, dentro y fuera del país”, recuerda Martín Garrido, uno de los protagonistas del suceso.

Foto/ Wilker López

Desde entonces, el “Rodrigo Prats” se ha consolidado como una de las más importantes compañías de su tipo en el país. Ha trabajado con valiosos directores artísticos y realizado giras a numerosos países. Está integrada por un centenar de artistas, cuenta con un amplio repertorio entre zarzuelas, óperas, operetas, comedias, sainetes, conciertos y revistas musicales; y cuenta con escuelas de Nivel Medio y Superior de canto, lo que permite que se revitalice continuamente y enriquezca sus canteras conmuchas de las mejores voces del lírico cubano. Su más reciente estreno es la opereta La viuda alegre, dirigidapor María Dolores Rodríguez Cabrera, cuya fallecimiento el pasado año, víctima de la Covid-19, constituyó un duro golpe para el la escena lírica. Actualmente está dirigida por la soprano Liudmila Pérez, y trabajan para celebrar su aniversario conla primera zarzuela holguinera,La leyenda, con la firma de Alfredo Más.

Por su parte, Codanza celebra sus tres décadas en la escena con varios proyectos de estrenos y reposiciones de piezas emblemáticas de la compañía. Este año será nuevamente anfitriona del Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, pospuestopor la situación de epidemiológica causada por la Covid-19.

La compañía –escribe Ana Lourdes Estrada Fernández en su libro Codanza. Espíritu vivo del fuego, publicado por Ediciones Holguín en 2010– es la precursora del movimiento danzario profesional en el territorio, “pues con la excepción del cuerpo de baile del Teatro Lírico, cuyo trabajo –como es de suponer– no se dedicaba solamente a la danza, la provincia no contaba con ninguna compañía profesional de ballet, danza o folklore”. Fundada por un grupo de jóvenes bailarines graduados de la Escuela Nacional de Arte y liderados por la bailarina, maestra y coreógrafa Maricel Godoy, se lanzaron a la creación escénica a propósito de la edición XIII del Festival Internacional de Ballet de La Habana, pues Holguín sería nuevamente subsede del evento. La pieza fundacional fue Tridireccional y estuvo interpretada por Rosario Arencibia, Gilberto Pérez, Rosario Hernández y Wilber Pérez. Aunque la obra no llegó a presentarse en el Festival, fue la primera coreografía de un grupo de jóvenes que fueron el embrión de Codanza.

Foto/ Wilker López

Con el apoyo del Consejo Provincial de las Artes Escénicas (CPAE) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), Codanza surgía con el objetivo de la “aprehensión e interpretación contemporánea de las aspiraciones más sublimes y nobles de cuanto mueve y concierne al ser humano a través de la danza, utilizando la validez de la actuación ya en la expresión, la palabra o la acción física”, añade Ana Lourdes, quien subraya que cuando es aprobada por el CPAE en 1994 ya tenían unas quince obras creadas.

Ese fue el origen del “mito Codanza”, un colectivo que es considerado por la crítica especializada como una de las mejores compañías escénicas del país y que ha realizado múltiples giras internacionales en España, México, Venezuela, Alemania, Suiza y Austria.

Importantes premios de interpretación y coreografía avalan también el trabajo de la compañía, entre ellos el Premio de la Ciudad de Holguín en varias ocasiones; en el Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación Danzandos, en Matanzas; el Concurso Nacional Solamente Solos; el Festival Internacional “Un Desierto para la Danza”, en México; y el Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos, en La Habana.

Ninguna de sus obras –herederas del estilo cubano de danza moderna, unido a conceptos proporcionados por Pina Bausch, Merce Cunningham, el body contact, enriquecidos mediante lo que le aporta el trabajo con creadores de compañías nacionales y extranjeras, y entre las que podemos mencionar las siguientes: Ritual, Año cero, Pasajera la lluvia, Muerte prevista en el guion, El banco que murió de amor, La fuente de agua salá, Memoria fragmentada, Casita, Árbol de fuego, Tráiler, El segundo sexo y Ofrenda de Toro– busca ser complaciente, ni con el público ni con la crítica, ni mucho menos con un colectivo que ha asumido los riesgos como parte de su concepción fundacional. Solo lo difícil, aseguraba el escritor José Lezama Lima, resulta estimulante. Y uno de sus principales logros es la osadía conceptual en la que articulan sus discursos. En la mezcla de múltiples significados y aleaciones culturales propios de la danza contemporánea, encontramos uno de sus principales atractivos: la complejidad con que asumen la belleza para entregárnosla palpable en cada una de las piezas.Codanza, en su 30 aniversario,sigue celebrando cada día la fuerza, la vitalidad y la destreza que la ha caracterizado –como reza su lema– en el escenario de la danza insular.

Foto/ Wilker López

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