Creado en: febrero 23, 2022 a las 10:47 am.

Nueva zarzuela a la vista, ¿el fin de la decadencia?

Verónica Lynn e Hilda Oates en la obra Santa Camila de La Habana Vieja, por Teatro Estudio. Foto: Pedro Beruvides

Una noticia prometedora ha circulado en los últimos días: el estreno absoluto de la zarzuela Santa Camila de La Habana Vieja, en el Teatro Nacional, los días viernes 25 y sábado 26 de febrero a las 7:00 de la noche, y el domingo 27 a las 5:00 de la tarde.

Bajo la dirección artística del infatigable promotor y productor radiofónico Helson Hernández, la obra, basada en la célebre pieza teatral homónima de José R. Brene, cuenta con música de la compositora y pianista cubana Eralys Fernández, radicada actualmente en Inglaterra, y un libreto de la joven dramaturga Isabela Pérez de Morales Monné. La dirección musical será asumida por el maestro Miguel Patterson, al frente de la Orquesta de la Radio y la Televisión Cubana.

En sí mismo, el estreno es todo un acontecimiento. Se trata de la primera zarzuela cubana que subirá a escena en el siglo XXI, y fíjense a qué altura.

Debemos admitir que el género escénico musical, tan cultivado en los siglos XIX y XX en España y en otras tierras iberoamericanas, con Cuba entre sus principales plazas, ha dejado de interesar a compositores y libretistas, no así a músicos y cantantes que en sus repertorios de concierto, y cada vez que pueden sobre la escena, rememoran las páginas más brillantes del género.

Aún con espacios tan representativos como el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela, apenas tres o cuatro títulos nuevos aparecieron en España durante la década pasada. En Cuba, cero.

Una explicación posible de la sequía pasa por la inclinación, tampoco muy nutrida pero más atractiva, de los compositores a escribir óperas y no zarzuelas. Otra a que la zarzuela es vista bajo el prisma de un costumbrismo reacio a ponerse al día en medio de las transformaciones de la vida social y cultural de tiempos recientes, que incluyen la perspectiva globalizadora, el predominio de los códigos audiovisuales generados por la industria cultural hegemónica, y la irrupción de las nuevas tecnologías de la información.

La decadencia de la zarzuela en Cuba, en la que ha sido evidente la falta de renovación de los códigos estéticos, se acentúa por la desvinculación entre colectivos escénicos musicales y directores teatrales de la vanguardia (algo se ha hecho en la ópera, pero insuficiente e intermitente), la desarticulación entre compositores, orquestadores y el movimiento lírico nacional, y carencias en la formación integral y actualizada en torno a la historia real y las perspectivas del lenguaje escénico musical de las nuevas generaciones de cantantes, actores, músicos, directores de orquesta, diseñadores y teatristas, lo cual genera vacíos vocacionales y modorra intelectual.

Pero, sobre todo a la falta de un programa institucional que jerarquice, como es debido, la zarzuela cubana, tanto en un plano histórico (rescate y revisión de títulos) como en el estímulo para nuevas producciones.

Lanzada está la bengala de alerta, mientras el público aguarda por Santa Camila…  cuyo origen se halla en la obra de Brene estrenada en 1962. Su salida al mundo, reverenciada desde entonces como uno de los textos fundamentales de la dramaturgia cubana contemporánea, llevó la marca del director Adolfo de Luis; el impulso del argentino Osvaldo Dragún, maestro de Brene; y la inolvidable interpretación de Verónica Lynn, quien llegó al papel por sugerencia de otra imprescindible, Gilda Hernández.   

Tomado de: https://www.granma.cu/cultura/2022-02-22/nueva-zarzuela-a-la-vista-el-fin-de-la-decadencia-22-02-2022-22-02-37

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *