Creado en: marzo 27, 2022 a las 09:35 am.
Regresa Fuerza y Compás al Teatro Nacional de Cuba
El Ballet Lizt Alfonso tiene madera y calidad […].
Tony Piñera
El Ballet Lizt Alfonso Dance Cuba llevó a la Sala «Avellaneda» del Teatro Nacional la reposición del aplaudido espectáculo Fuerza y Compás, con coreografía de la primera bailarina, maître y directora general,Lizt Alfonso, y música del maestro Denis Peralta.
Fuerza y Compás es un espectáculo que integra diferentes escenas y cuadros, rediseñados desde una renovada óptica estético-artística, en la que prevalece —sobre todo— el buen gusto, y caracterizados —en lo fundamental— por la brillantez y la emoción, ya que van desde lo clásico y el flamenco hasta llegar a la fusión, o sea, mezclar disimiles géneros danzarios y musicales; carta de presentación de la emblemática compañía, tan cubana como universal.
Constituye una verdadera fiesta para el intelecto y el espíritu humanos disfrutar de las magistrales actuaciones de los bailarines, ya que combinan —con talento y creatividad, dignos del más cálido elogio— la técnica académica y la interpretación teatral, y al mismo tiempo, intelectualizan y espiritualizan esos dos indicadores sobre los cuales se estructura el estilo fusión, que identifica —desde hace más de dos décadas— a la popular agrupación.
Por otra parte, los integrantes del Ballet Lizt Alfonso Dance Cuba son legítimos exponentes de la acendrada cubanía que signa a ese conjunto músico-danzario, en cualquier escenario nacional o foráneo, donde ha actuado y cosechado grandes éxitos de público y de crítica durante sus 30 años de fecunda vida artística.
Los bailarines dominan —con precisión y seguridad— los presupuestos teórico-prácticos en que se sustenta el estilo único e irrepetible de danzar que caracteriza a la compañía, y además, les aportan a esos ritmos «reyoyos», al decir del escritor y etnólogo Rogelio Martínez Furé, Premio Nacional de Literatura, la dosis exacta de virtuosismo técnico-interpretativo, gracejo criollo, sensualidad, y demás características psicológicas que configuran la personalidad básica de la población mestiza que vive, ama, crea y sueña en la mayor isla de las Antillas, y que —según el sabio don Fernando Ortiz (1881-1969)— deviene el resultado del «ajiaco» multi-étnico-cultural que nos distingue como nación y como pueblo.
El Ballet Lizt Alfonso Dance Cuba «proyecta [sobre las tablas] un lenguaje inusual, al asimilar la sobriedad del drama hispánico, el pulso popular y la histórica magnitud del hecho cultural […]. Esa plural resonancia nutre su esencia del arte teatral, conjuga la elegancia del gesto con la búsqueda de novedosas estructuras, y enriquece el placer [estético-artístico y] estilístico, a partir de un contenido intelectual [y espiritual] profundo».
Con apoyo en esa valoración crítica realizada por la Dra. Sahily Tabares, el auditorio y los colegas de la prensa especializada que cubrieron esas funciones de lujo pudieron apreciar, con meridiana claridad, la excelencia artístico–profesional que singulariza a los bailarines, quienes —sin duda alguna— llevan la danza afro-hispano-cubana en los genes y en el alma.
