Creado en: marzo 19, 2021 a las 09:09 am.

Revela Reinaldo Cedeño confesiones sobre Miguel Matamoros

Por Alain Amador Pardo

Uno de los platos fuertes del Festival de la Trova Pepe Sánchez, que transcurre desde el pasado miércoles y hasta este viernes 19 de manera virtual, es el Evento Teórico, que ha sido rebautizado como Lino Betancourt in Memoriam.

Disponible en streaming Cuba desde las dos de la tarde durante los tres días del encuentro, para esta segunda jornada significará aspectos trascendentales del creador de Son de la Loma, gracias a la ponencia “En busca de Miguel Matamoros: confesiones cercanas”, a cargo del periodista Reinaldo Cedeño.

En exclusiva a la ACN, el también destacado poeta y crítico, dijo que en la conferencia evocará un doble encuentro con la viuda y la hija de don Miguel Matamoros (1894-1971), donde le hacen confesiones únicas.

Referirá el encuentro con Mercedes Cuevas, viuda del líder del celebérrimo trío, en su casa del callejón Santiago de El Tivolí, quien le contó, entre otras cosas, sobre el surgimiento de uno de los grandes temas, Reclamo Místico, dedicado a su esposa.

Cedeño, con su decir poético hasta en la más coloquial conversación, narrará cómo ese “reclamo” –según Cuevas- fue el fruto del “no más” que los distanció durante un tiempo ante la insaciable necesidad de amar más allá del hogar.

Hasta que una tarde, llegó, se acercó, la miró fijamente y le cantó al oído: “dime que ya eres libre como es el viento. Dime que no me quieres que ya me olvidas”. Después de eso, la inevitable reconciliación, resaltó.

Además, se referirá a la entrevista que le concediera en el restaurante Don Giovanni en La Habana Seve Matamoros, la hija más pequeña del célebre compositor, quien habló entonces (1994) de cómo era el ambiente doméstico siempre rodeado de artistas, y la génesis de algunos de sus temas.

El acucioso periodista obtuvo confesiones más que cercanas de su relación tan entrañable, porque siendo tan niña no podía ver al gigantesco músico y compositor, sino a su papá.

Dice que Seve nunca comprendió la verdadera grandeza de Miguel hasta que, durante un viaje a España, en un teatro donde concurrió, la ovación se hizo interminable cuando el público descubrió que allí estaba la hija de Matamoros.

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