Creado en: enero 22, 2021 a las 02:46 pm.

Un libro merecido por la Perla del Sur

Portada de libro Cienfuegos. La Perla del Sur

Desde los tiempos casi protohistóricos de Pedro Oliver y Bravo (1846) y más tarde los de Enrique Edo Llop (1882 y 1888), Pablo Díaz de Villega/Pablo Rousseau (1919) o Luis Bustamante y Fernández (1931), la ciudad de Cienfuegos, a diferencia del coronel garciamarquiano, siempre ha tenido quien le escriba.

Y no solo aproximaciones historiográficas similares, epístolas, artículos, monografías, poemas o canciones; también ensayos y galerías fotográficas como los unidos en el volumen Cienfuegos, la Perla de Cuba, que ahora el Centro Provincial del Libro y la Literatura pone a disposición de los lectores en su red de librerías del territorio. 

Estamos frente a una obra singular, en el contenido de sus cerca de 300 folios, pero además en continente. Y es que se trata de una edición de lujo, impresa en España, en caja de almacenamiento (empaquetada) y encuadernación en tapa dura: destinada esta última a diccionarios, manuales, atlas, enciclopedias o libros de gran formato como el que nos ocupa.

Tales características dotan a la pieza de marras de gran durabilidad, por ende capaz de resistir quizá otros 200 años más de la Perla del Sur, pues fue elaborada en ocasión del Bicentenario de la otrora Colonia Fernandina de Jagua y resultó originalmente presentada (aunque no comercializada, lo cual acontece ahora) el pasado año.

Lo anterior constituye uno de los elementos justificantes de los 250 pesos de su precio de venta, gravamen que, pese al monto en apariencia alto, aún entraña margen considerable de subsidio, dado el muy elevado costo de producción de un trabajo inusual en el ámbito doméstico y que, por regla, a escala mundial también sobrepasa los estándares de pago de los textos tradicionales.

La otra razón justificante está dada en los materiales de investigación de excelencia incorporados –lo cual abordaremos más adelante-, si bien tampoco puede soslayarse el encomio al quehacer profesional convergente para echar adelante tamaña empresa literaria.

Verbigracia, la edición, exquisita, corre a cargo de Silvana Garriga Caballero, Editora Jefa de Ediciones Boloña y reconocida especialista merecedora del Premio Nacional de Edición en 2010, entre cuyos trabajos figuran Cuba colonial: Músicos, compositores e intérpretes, de Zoila Lapique Becali (Premio de la Crítica y  Premio de la Academia Cubana de la Lengua); Fiñes, de Eusebio Leal Spengler y Los árabes en Cuba, de Rigoberto Menéndez Paredes (Premio Catauro de la Fundación Don Fernando Ortiz).

Ediciones Polymita S.A., de Ciudad de Guatemala –responsabilizada previamente con materiales literarios nacionales dirigidos a un mercado internacional, de la guisa de La religión en Cuba, de Juan Padrón; Vallas y carteles de Cuba, escrito por José Antonio Martínez Coronel; o El cartel de la Revolución, de la autoría de José Menéndez, hasta sumar más de cuarenta volúmenes–  es el sello detrás de este texto pletórico de copioso arsenal iconográfico e instantáneas de alta calidad pertenecientes al artista de la lente Julio A. Larramendi. Él también funge como director editorial de un trabajo diseñado por Jorge Méndez, con vehemencia y celo.

Al libro, fruto de quehacer integrado investigativo de varios años, lo componen diversos estudios o ensayos con la rúbrica de especialistas locales. Prestigia sus páginas el material Cienfuegos, una perla ilustrada y moderna, firmado por la Doctora en Ciencias sobre Arte, Lilia Martín Brito, entre las fuentes obligadas -junto a Orlando García Martínez-, a la hora de focalizar nuestra identidad, habida cuenta de su profuso número de investigaciones al respecto.

Cual apunta el poeta, ensayista, investigador, editor, profesor y antologador Juan Nicolás Padrón en artículo sobre el libro, “apoyándose en hallazgos de la Arqueología, planos, mapas, grabados, documentos, incluida el acta de la fundación por el francés Louis de Clouet Favrot, la autora rastrea el origen y desarrollo de la ciudad hasta el presente, detalla sus símbolos —el Escudo concebido por Agustín de Santa Cruz y de Castilla y la Bandera que exhibe ese mismo escudo en su centro—, registra construcciones emblemáticas como la Casa de los Leones, el Cementerio de Reina, la estación de pasajeros, la Sociedad Filarmónica…, y se detiene además en los principales íconos culturales de la ciudad o del territorio que comprende hoy la provincia, entre ellos la poetisa Mercedes Matamoros y, ya en el siglo XX, Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo, inmortalizado en la escultura de José Villa Soberón que lo pone a pasear por el famoso Paseo del Prado”.

El propio reseñista opina que “uno de los ensayos más completos sobre la vivienda del siglo XIX en Cuba es el de la Dra. Alicia García Santana, que toma como ejemplo el desarrollo urbanístico de Cienfuegos, ciudad marítima que trazó muy pronto el extenso Paseo del Prado como cinta de unidad comunicativa. La formación de casas-tipos; el origen y adaptaciones de singulares decoraciones; los detalles de aleros, arcos, fachadas, columnas, corredores, galerías, patios… que componen la casa burguesa del siglo XIX, y su comparación con otras de varias ciudades; la riqueza de medios puntos, vitrales y lucetas, rejas y guardavecinos, que rematan desde el punto de vista constructivo ese siglo, ilustran un estudio abarcador y profundo sobre una ciudad activa en sus comercios y almacenes, que saludó la centuria siguiente con una sólida y amplia casa, hecha “típica” para las clases pudientes, con patios interiores, espaciosos salones de amplios ventanales y mamparas que separaban áreas dejando pasar la luz y el aire, vitrales coloridos que dialogan con los rayos solares, ricas escaleras de carácter escenográfico…”.

Como asevera en la introducción el arquitecto Irán Millán Cuétara, la Doctora en Ciencias sobre Arte García Santana es “alma de este sueño” hecho libro. Por modestia, el Conservador de la Ciudad de Cienfuegos omite que él también lo es, como igual lo fue de gran parte de lo acaecido en relación con el Bicentenario de Cienfuegos. A Irán debemos la investigación La vivienda de madera cienfueguera, el Eclecticismo: esencial a efectos de justipreciar e interpretar ecos e impronta del signo arquitectónico de la villa; así como los rasgos de un distintivo signo de identidad local.

Añádense a Cienfuegos, la perla de Cuba, otros textos de peso factual, capacidad analítica e incluso aporte referativo inédito, escritos por el prestigioso arquitecto Aníbal Barrera Barcia (La arquitectura Art Decó, el movimiento moderno, la obra de la Revolución); el joven investigador David Liestter Martínez Ramos (La Plaza e Historia de casas notables: apéndice 2 del volumen) y la arquitecta Roxana Labairu Batista (La Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos: apéndice 1). Es este un libro que se merecía la Perla del Sur, un libro a la altura de la ciudad que lo reclamó; tan galano, primoroso e inteligente. Fraguado gracias al concurso de muchos, con el respaldo del Gobierno Provincial, Cienfuegos, la perla de Cuba puede mostrarse, con orgullo, a propios y extraños. Los primeros corroborarán mediante su lectura la grandeza de cuánto son, algo no por sabido menos conveniente de reafirmar en el camino de proseguir empeños; y los segundos aquilatarán, mejor, el halo legendario de esta ciudad contada por escribas, cantada por poetas, levantada por nuestros ancestros y necesitada de preservarse en el tiempo en virtud del esfuerzo de sus hijos del presente.    

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