Creado en: mayo 25, 2022 a las 09:41 am.

África, origen y destino

La conmemoración entre nosotros del 25 de mayo, Día de África, no se limita a destacar un punto de origen, sino un destino común y toda la esperanza. Foto: José M. Correa

Desarraigados por la fuerza, sometidos, encadenados, llegaron a nuestra tierra. Sangre, látigo y barracón en las plantaciones, rudos golpes para levantar palacios, escarnio y sumisión en las tareas domésticas. Si la riqueza material de la colonia fue posible, se debió a ellas y ellos. Si la nación, en su proceso de fragua y consolidación, adquirió el rostro en el que nos reconocemos, a ellos y ellas se lo debemos. Esclavos, cimarrones, libertos; en primera fila en las contiendas libertarias, jefes, oficiales y soldados, Maceo y Esteban Montejo. En el nacimiento de la rumba y las músicas de concierto, en el monte, en los sones y los ritos públicos y secretos.

Origen compartido con otros orígenes. Las palabras de Nicolás Guillén, dichas tempranamente en 1931, dieron en la diana: «(…) la inyección africana en esta tierra es tan profunda, y se cruzan y entrecruzan en nuestra bien regada hidrografía social tantas corrientes capilares, que sería trabajo de miniaturista desenredar el jeroglífico. Las dos razas  que en la isla salen a flor de agua, distantes en lo que se ve, se tienden un garfio submarino, como esos puentes hondos que unen en secreto dos continentes. Por lo pronto, el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá: color cubano».

¿Cómo no devolver a África lo mucho con que nos ha nutrido? ¿Cómo no concebir un permanente diálogo, una unidad que desde la diferencia y la diversidad enlace recíprocos e indestructibles vínculos? ¿Cómo no contribuir a restañar las heridas de la explotación colonial de un continente cuyos ancestros son nuestros abuelos?

En la naturaleza misma de nuestra historia se halla la vocación internacionalista de la Revolución. Combatientes, médicos, maestros, constructores y técnicos han dejado sus huellas en la mayoría de los países africanos a lo largo del último medio siglo. Las universidades y escuelas cubanas han estado abiertas a hermanas y hermanos de ese continente.

El 4 de septiembre de 1998, en Ciudad del Cabo, Fidel expresó un sentimiento entrañablemente asumido y que, en lo adelante, nunca dejará de ser una pauta: «Sin África, sin sus hijos y sus hijas, sin su cultura y sus costumbres, Cuba no sería lo que es hoy. El pueblo cubano tiene por ello una deuda con África que se acrecienta con la historia heroica que hemos compartido».

Por esa y otras tantísimas razones, la conmemoración entre nosotros del 25 de mayo, Día de África, no se limita a destacar un punto de origen, sino un destino común y toda la esperanza.   

Tomado de: https://www.granma.cu/cultura/2022-05-24/africa-origen-y-destino-24-05-2022-23-05-02

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