Creado en: octubre 5, 2021 a las 08:49 am.

Celebrar la vida

Foto tomada del perfil de facebook de la UNEAC en Villa Clara

Por: Roxana Pineda Labairo, presidenta del Comité Provincial de la UNEAC en Villa Clara

Hace unos seis años la vida me obligó a cerrar una puerta para abrir otra. Comenzaba así la experiencia de dirigir mi propio grupo “Teatro La Rosa ” en un gesto iniciático que contenía, como todo nacimiento, la alegría y una lágrima. En la presentación oficial de mi nuevo proyecto dije que no tenía nada que celebrar, porque el jolgorio no se presta para acompañar esas aventuras del alma que estremecen la memoria cuando, delante o detrás de esa puerta, uno no sabe bien lo que vendrá.

Cuando asumí la presidencia de la Uneac en Villa Clara, tras la muerte temprana, injusta y dolorosa de Tony Pérez, nuestro siempre presidente, dije que no tenía motivos de celebración, porque nunca hubiese querido llegar a este espacio de la forma en que ocurrió. Sin embargo, cada día en la Uneac, cada encuentro de su ejecutivo, cada tema que discutimos y cada nuevo empeño para desempolvar lo que se muere, siempre, sin que tenga que decirlo, él está ahí, a mi lado, poniendo su mano en mi hombro y diciéndome bajito: mira, observa desde lo alto y sigue tu impulso espiritual.

El presidente de Honor de la Uneac, Miguel Barnet, intercambia con el inolvidable Tony Pérez, presidente eterno de la Uneac en Villa Clara

Hoy 5 de octubre, la Uneac en Villa Clara cumple 42 años. Una vida larga si pensamos en una institución que desde sus primeros pasos ha querido construir los sueños más increíbles con la esperanza de alimentar el espíritu de los hombres y mujeres que ni siquiera sospechan que esa otra hambre pueda ser también letal.

Ha sido una batalla campal no solo contra los demonios, sino muchas veces contra la propia incredulidad de tantos, contra las piedras más voraces y los escollos innombrables que el camino ha colocado para saber quiénes van a resistir y querrán salvar el legado de aquellos fundadores.

No existe el anónimo, existe la humildad y el olvido. Todos los que con su voluntad han formado parte de esta labor colectiva, han ayudado a que esta Uneac Villa Clara sea una especie de oasis al que deseamos regresar para beber agua fresca y no morir de sed. El oasis a veces padece la sequía, pero sobrevendrá siempre la época de lluvia para que otras aguas laven esos fangos y la Vida vuelva con más brío.

Una vez más, hay que avivar la memoria junto al fuego y reverenciar a los maestros, que es como reverenciar la sabiduría que cura y salva. Nuestros ancianos de la tribu saben bien lo que arde una herida y saben también quéhierbas untar con saliva para que la herida no cierre en falso.

Alrededor de la hoguera nosotros, cual tribu, pensaremos a nuestros muertos, con alegría ahora sí, porque traerlos a la vida con la alegría de saberlos nuestros es la mejor forma de no dejarlos morir. Pienso mucho en los que ya no están, pienso mucho en los que nos han dejado demasiado pronto, en los que repletos de energía creativa y capacidad de soñar, sufrieron la herida mortal y nos dejaron un poco huérfanos. Son muchos ya y este tiempo nos tiene hartos.

Miembros del Comité Provincial de la Uneac en Villa Clara

Por ellos, tengo que repetir que no tengo nada que celebrar. Deseo una vida plena para todos los miembros de la Uneac en Villa Clara. Deseo que juntos, con el más bendito de los afectos, seamos capaces de seguir diseñando ese rostro plural y hermoso que nuestro Tony Pérez nos entregó. Que nuestra no celebración sea el silencio de los sabios, los que callan para sentir el lamento de los árboles o los cantos perturbadores de los pájaros que emigran. Que nuestra presencia en esta institución no sea un pacto cotidiano ni una consigna estéril. Que nuestra presencia sea siempre inquietante, crítica, perturbadora. Que nuestro arte sea obra y pensamiento en acción para hacer de nuestro pequeño entorno un oasis al que muchos quieran acercarse para beber el agua que purifica y salva.

Felicidades queridos miembros de la Uneac en Villa Clara. Y que este brindis sea por la Vida.

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