Creado en: mayo 9, 2021 a las 08:30 am.

Cuando la fantasía en Jatibonico encontró dueños y un padre

El proyecto Dueños de la Fantasía fomenta valores humanos en los niños

En su alma de artista se desborda la miel del talento. Esa dulzura la derramó ante los ojos de Caridad, su maestra de prescolar, quien apostó por su destreza y la llevó de la mano hacia el escenario, con tan solo cinco años. El presagio de la educadora, se hizo certeza. Ella se llama Amelia Marrero Alonso, y tiene como carta de presentación, el hecho de ser parte del Proyecto Cultural Dueños de la Fantasía, de Jatibonico.

Se la ve y escucha desenvuelta, conversadora, como la saben sus amigos del aula. Guarda en su pensamiento la totalidad de los Versos Sencillos escritos por José Martí y que se aprendió, al dedillo, tras su participación en el programa La Colmena TV.

“Formé parte del jurado del programa, por mi aprendizaje. Me quedaron muchas experiencias, aunque no haya llegado a la final. Esa vivencia de haber hecho televisión se queda para toda la vida”, cuenta Amelia, quien tampoco olvida La noche de los juguetes, su primera puesta en escena, dentro del proyecto en su pueblo natal, coronada como su obra favorita.

“Éramos 7 niñas y buscábamos un payaso para jugar”, recuerda Amelia, quien ya vive su duodécimo año, y está a punto de decirle adiós al proyecto, porque ha alcanzado la mayoría de edad permisible para mantenerse en esa familia.

Detrás de esa desinhibición y del probado talento de Amelia, se cuentan las horas de consagración de Olisvael Basso, instructor de la Casa de Cultura María Montejo de Jatibonico, y a quien le queda más que ajustado el apelativo de El Padre de la fantasía, en esos predios. Él tuvo la idea, hace casi 17 años, de reunir a niños de todas las edades, incluyendo pequeños con necesidades educativas especiales para, entre juegos y sonrisas, nutrirlos de cultura.

Vanessa Díaz Cedeño también sube a ese escenario que armó Olisvael para que la magia alimente el espíritu infantil. A la pequeña de cinco años, le gustan las presentaciones que versan sobre Martí y su obra.

“Comencé hace dos años. He logrado aprenderme poemas largos, aunque no sé leer ni escribir. Mi mamá me los lee, y luego yo los repito. Se me pegan rápido”, dice con picardía visible la pequeña, que, en su diminuto corazón guarda agradecimientos a quien le incentiva el amor por el arte.

“Le quiero agradecer a todos los profesores: a Karen, Olisvael, Dayana, Gloria, y a todos por hacer su labor tan bien, por ayudarnos a ocupar el tiempo libre”, dice.

Mientras recuerda algunos de sus días más felices, comparte su añoranza.

Amelia Marrero Alonso, del proyecto Dueños de la Fantasía, participó en el programa La Colmena TV incentivada por Olisvael Basso

“Yo deseo que la Casa de la Cultura vuelva a abrirse para reunirme con los otros niños; que se acabe esta pandemia para poder ir a bailar, a cantar, y vuelvan a abrirse los salones de teatro”.

Mientras describe una de sus fotos que circulan en las redes sociales para que logre reconocerla entre tantas niñas con arte para sonreír ante una cámara familiar, Vanessa hace otras anécdotas.

“Un día me vestí para lucir mi pelota que tiene un mapa. Eso fue en saludo al día de la creación del INDER. Me han hecho fotos con ropas que usan las campesinas para trabajar en el campo. Es muy divertido, y también, nos hace pensar menos en que no podemos salir de casa”.

La fantasía que convirtió en padre a Olisvael Basso

Olisvael Basso ya se paseaba por las tablas cuando la Casa del Cultura de su localidad le abrió las puertas como promotor cultural y organizador de la actividad cultural. Estudió en la Escuela de Instructores de Arte, de la Brigada José Martí, y luego se tituló en el Centro de Superación para la Cultura, de Sancti Spíritus, como Instructor de Artes Plásticas.

Le había “picado el bichito” del teatro y creó La carpa de Tin Marín, preludio en el nacimiento de Dueños de la fantasía, el 1 de junio de 2004. Era el Día Internacional de la Infancia, y la fecha sigue tatuada en la memoria histórica de tres generaciones en el referido terruño.

¿Cómo surgió la idea si ya tenías el proyecto?

En una actividad para niños, en el parque de Jatibonico, agrupé a un número de pequeños e hice una actividad de animación sociocultural. Aquí existió una compositora- que ahora radica fuera del país – que tenía un disco que se llama Dueños de la fantasía. El tema sirvió de motivación para la actividad. Los niños y los padres insistieron en mantener el trabajo, dice Olisvael mientras desempolva sus recuerdos de 2004.

¿Cuál ha sido la puesta en escena que más aplausos te han robado?

En la inauguración del parque de Jatibonico, después de una remodelación, los niños presentaron Fábulas de un país roto. El parque estaba totalmente oscuro, y los pequeños venían con faroles alumbrando. Un hada encendió todas las farolas del parque, en medio de la puesta.

Hay veces que imponemos el aplauso, cuando agachamos la cabeza al final de la obra, pero cuando el parque se iluminó, gracias a la magia de los pequeños, apareció el aplauso espontáneo.

También le tengo mucha estima a la última producción. Se llamó Solo la verdad. Esun espectáculo en el que se critica a los adultos, por frases y palabras que les dicen a los niños, por el miedo que le infunden, a veces. Ello ha servido para que ellos venzan sus miedos.

A veces pensamos que de un cajón puede salir algo negativo. Imagina que las luces están apagadas, y comenzamos a imponerle miedo a los niños. Del cajón- en la obra- salió un payaso que jugó con los niños, y les contó historias. Todo quedó en un sueño.

Vanessa Díaz Cedeño es una de las más pequeñas que se encuentra activa en el escenario virtual del Proyecto Dueños de la fantasía

La fantasía jatiboniquense se ha esparcido por otros escenarios y se ha adueñado del cariño del público, como el último Festival Internacional de Teatro Olga Alonso, que fue presencialydonde fueron invitados.

Creo que fue un momento bien emocionante para los niños, porque interactuar con otros grupos de Cuba y de otros países, fue un incentivo”, asegura Olisvael.

“Durante ese evento, el parque de Fomento se convierte en una gran plaza, en la Capital del Teatro en Cuba y en Latinoamérica. Fue indescriptible lo que allí vivieron los pequeños, y lo que sentí yo al verlos felices. Se llevaron los plausos. Esa vez los infantes con necesidades educativas especiales, que tiene el proyecto, fueron protagonistas de la escena”.

Olisvael Basso es consciente de cada centímetro que ha crecido como ser humano, al lado de quienes son la esperanza del mundo. Por eso, los que saben querer, se han hecho dueños, también, del corazón de este hombre que no abandona los pinceles y los colores.

“Son casi 17 años con la fantasía como estandarte. La niña más chiquitica que tenía era de cuatro años, y hoy tiene 21. Es madre de familia, y ahora es Asesora Literaria de la Casa de la Cultura, donde yo trabajo. Se llama Gabriela Ulloa, y con Gaby veo eso: que fue la fundadora del proyecto y continuó los pasos del arte”, revela con orgullo este formador de valores.

“Que el proyecto se convierta en una escuela que forme continuadores del proceso cultural en Cuba, me gratifica. Pero que, entonces, mire para los lados, y vea que muchos de esos niños hoy son psicólogos, doctores, maestros, cuenta propistas, pero sobre todo personas de bien, eso me hace sentir satisfecho”.

“El que los niños y sus padres vean y me llamen El padre de la fantasía en Jatibonico, me enorgullece grandemente, y más aún cuando no soy padre biológico. Las tres generaciones de Dueños de la fantasía, me ven así, y no me lo propuse, créeme”.

“Es algo que se gana. Como decía Martí, yo creo en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud. Yo solo trato, a través del arte, de infundirles que sean mañana hombres de bien. No exijo, ni pretendo, que sean artistas, ni grandes actores, aunque si se logra, pues, ¡felicidades!”

¿Cuánto crees que has aprendido de esos niños dueños de la fantasía?

El niño queda bien con él mismo. Los infantes son sinceros, dicen lo que piensan, y eso es una de las cosas que más me llama la atención. Hay momentos en los que digo que quisiera regresar a mi etapa infantil, y recuperar eso que quizás no tuve.

Los niños no tienen estrategias. Son espontáneos y naturales. Esas cualidades, creo, que nos ayudarían a vivir en un mundo mejor. Cuando los adultos nos reunimos hacemos nuestros grupos por afinidad, pero los niños no. Ellos no sienten diferencias, se ven en igualdad de condiciones, se sientan unidos y, de ellos, quiero aprender eso.

¿Cómo asumes el trabajo de inclusión?

Creo que el trabajo de inclusión no está en que el niño con necesidades educativas especiales tenga que estar delante, o en primera plana, para que se vea como una estadística, como el cumplimiento de un papel, no, no, no. Es el momento en el que los demás niños convivan en igualdad de condiciones, que tengan las mismas oportunidades y que tengan las mismas capacidades para demostrar el arte.

Si hoy Elizabeth, niña Síndrome Down, con 24 años está aún en el proyecto, no es porque tenga mentalidad de niña, sino porque ella ha querido seguir en el proyecto, y por supuesto tiene, y tendrá siempre su lugar.

¿Cómo defiende la cultura cubana el proyecto cultural Dueños de la fantasía?

Creo que el referente que no se puede olvidar es Martí. El apóstol ha sido el guía fundamental de cada una de las puestas en escena del proyecto. A veces una frase de Martí nos lleva a crear una obra, independientemente que tenga un repertorio, o una dramaturgia de carácter universal conocida.

Uno de los últimos espectáculos que realizamos era un taller, donde el profesor no llegaba. Amelia Marrero asume el papel de instructora e imparte el taller a los niños, sobre textos de Martí, como La bailarina española.

Los niños, sentados en el piso, respondían todas las preguntas. Era como una especie de homenaje. Ese espectáculo sirvió de colofón en el Consejo del Movimiento Juvenil Martiano de la provincia.

Me maravilla, y sus padres también, como los ven al Héroe Nacional, como ese hombre que no está alejado de ellos. Ellos lo tienen, como yo, como un referente para demostrar que, decir Martí, es decir Cuba, Cultura e Identidad Nacional.

El proyecto Cultural Dueños de la Fantasía se ha ganado el reconocimiento del público de Jatibonico y extra fronteras

Luces y acción entre telones y escenarios virtuales 

Los likes llueven y alegran los corazones de Olisvael Basso, de los niños y sus familias, quienes han tenido que improvisar un escenario virtual a causa de la pandemia. Guardando las distancias establecidas, Olisvael Basso cosecha ideas emergentes.

¿Sientes que menguó la magia o la fantasía en tiempos de COVID-19?

En las redes sociales tenemos mucho impacto. Las familias han sido muy entusiastas, y han acudido a iniciativas que no han dejado morir el proyecto, reconoce el Padre de la fantasía

El aplauso diferente, y el más controversial ha sido el aplauso virtual. En este tiempo de pandemia hemos sido capaces de aceptar y de adaptarnos a las nuevas tecnologías, en función de presentar una serie de retos y de acciones que mantiene todavía la estructura de la improvisación y de la caracterización de personajes a partir de cada uno de los retos.

Es muy importante el aplauso presencial, pero la carga emocional que hemos recibido, desde las redes sociales, ha sido importante, gratificante.

Yo sigo diciendo que hoy en medio de la campaña que se le hace a Cuba, cuando se impone la crítica a nuestro país, Dueños de la fantasía demuestra, sin grandes slogans políticos, que los niños tienen el respaldo de las instituciones culturales, de la sociedad y el sistema cubanos, y de instructores que están dispuestos a seguir trabajando para ellos, para que sigan en casa cuidados.

Algo importante es que hemos roto los puentes de discordias con aquellos que piensan diferente.

Dueños de la fantasía, en cada uno de los retos, ha hermanado a esos jatiboniquenses ausentes que están por el mundo y sienten la nostalgia por estar lejos, por querer visitar sus raíces y disfrutar de cada una de las acciones culturales con los niños.

A la mayoría le ha quedado claro que son tiempos para unirnos, y de vencer a la COVID-19. Eso, también lo ha logrado Dueños de la fantasía.

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