Creado en: diciembre 31, 2022 a las 10:00 am.
El paso de Villa Manuela en el 2022 (+ Fotos)

Se ha ido el 2022. Un año en el que, poco a poco, se regresó a la tan añorada normalidad, imprescindible para el goce de los sentidos. La cultura como tal, potenció el restablecimiento del conjunto de sus líneas de acción a implementar.
Dentro de estas, las artes plásticas necesitaban ya de esa presencialidad. Nuevamente la contemplación de las obras en sus más variados formatos y el roce social que emana de una muestra expositiva.
La Galería Villa Manuela, recinto expositivo de la Uneac cumplió ese cometido y otros tantos como son la promoción del talento de la vanguardia artística del país. Artistas de diversas generaciones y tendencias ocuparon lugar en este
llamativo espacio de probada riqueza estética. Particular la promoción de los nuevos talentos.

Estévez. /Foto del autor.
Enero, mes prístino del año, acogió la muestra Ex libris: La huella de Eva, del reconocido artista de la plástica y poeta Rolando Estévez. El también diseñador y fundador de Ediciones Vigía, propuso desde el libro-arte, la poesía, la instalación y
la resignificación del objeto, una lectura lírica y circundante sobre siete importantes mujeres de la cultura.

Abril reservó cartas para el pintor matancero, aplatanado en La Habana José Omar Torres. Las Memorias de un tiempo, nos mostró remembranzas sobre una ciudad onírica, pero, con fusta real. Según palabras de Virginia Alberdi, directora de Villa Manuela, Omar “explora la subjetividad para compartirla con la percepción de los espectadores, no para imponerla”.

Tal vez, a mi juicio, una de las más espectaculares muestras del 2022, la exposición de grabados Una realidad aparte, del joven pintor y grabador Osmeivy Ortega, impactó por la audacia de su propuesta. Versada en la experimentación gráfica, el creador mostró especie de ensayo visual en el que, a través de animales y plantas, cuestiona al individuo y su accionar sobre el entorno natural.
El contraste entre el grabado y la plantilla o matriz, llevada a la galería como una obra más, resultó impresionante. Logró más de un diálogo: el de cada pieza independiente y el del conjunto. Igualmente, provechoso y revelador su intervención en dialogo con el público.
El Arte Pop engrandeció los silencios, lo común y comercial. Aquello que parecía no tener valor encontró espacio en las galerías. Detrás de esta apotema estaban los desplazados, la gente sin voz; a la vez, el dibujo de una sociedad abyecta. Mucho de ello hubo en la muestra Estudio/Trabajo, del pintor pinareño Elvis Céllez, aunque haya utilizado en gran medida el neoexpresionismo.

Para discursar, el creador se valió de seis piezas de gran formato y una instalación con nueve obras más pequeñas. Llamó la atención la intensidad de los colores en la paleta utilizada, otro personaje más en esta exposición.
Cuando la curadoría y la museografía armonizan dentro de una galería, se logra disfrute y acercamiento del espectador a las piezas. Independientemente que la obra plástica de Alfredo Sosa Bravo brilla por sí sola, en la exposición Retratos Italianos, se logró consenso estético en el conjunto de los más variados formatos de su obra. Se inauguró para celebrar los 92 años de vida del artista, en octubre.

Un total de doce obras bidimensionales y dos esculturas de su producción artísticas, no vistas nunca antes en Cuba, fueron expuesta para la ocasión. Nos acercaron a una particular mirada del reconocido creador sobre Italia, llevada también a esa individual figuración y uso del color característica en él.
Si bien a la bestia, como personaje de ficción, se le ha signado maldad, terror y desprecio, en Los hijos de la Bestia, muestra del Ángel Ramírez, es el ser humano quien en sí deshumaniza a esta. Fue inaugurada en diciembre.

Las relaciones de subordinación, dadas por el poder, y las líneas que estratifica este, son abordadas en las piezas. La parodia y la apropiación de fuentes diversas –la filosofía y la ética; las culturas egipcias y griegas, la religión cristiana— confluyen en el conjunto de obras de varios formatos aquí agrupadas.
Villa Manuela también estrenó, con el crítico y curador Nelson Herrera Isla y como para completar un ciclo, su espacio para la reflexión y el debate, el tan necesario intercambio bidireccional; además del análisis estético de las obras expuestas y el “desnudar” público del artista.