Creado en: junio 4, 2022 a las 10:52 am.

El viaje a los orígenes de NC Dance

Para quienes dudan que la danza es un lenguaje, una forma de decir y transmitir emociones, parece estar concebido Orígenes, el espectáculo escénico musical de la compañía caimitense NC Dance, que los artemiseños pudieron disfrutar en una reciente presentación en la capital de la provincia.

Se trata de un singular recorrido lleno de simbolismo, plagado de señales y modelado de manera tan profesional, que cada elemento del discurso escénico parece estar cuidadosamente colocado con un fin que lo vuelve imprescindible. Percibe quien disfruta de la obra un preciosismo en los detalles y un estado de sorpresa que va in crescendo  mientras transcurre la representación, sin que deje de notarse el equilibrio en el conjunto.

Orígenes cuenta la historia de NC Dance. Una historia narrada desde varios recursos que van desde las coreografías, las piezas musicales y el relato que se cuenta. Habla del cubano, de sus credos, su génesis como cultura. Habla también de la identidad que se va conformando  con el tiempo, del desarraigo de los matices coloniales y de la búsqueda de una manera nueva de decir.

Supo, por su experiencia en estas lides, el director de la compañía Jonnie Martínez Nieves, director artístico y general también de la puesta, generar en la misma la atmósfera de un progreso que se evidencia en la técnica y en la complejidad formal. Quiso economizar los ejercicios para que no se tratase de una pasarela cargante y en sus momentos de clímax Orígenes exhibe tanta coherencia como en las escenas más íntimas.

La selección de la música habla de un gusto refinado. Desde una danza negra que nos aproxima a la fuerza de los esclavos y su sufrimiento hasta un danzón, unas estampas del campo cubano, un mambo de Pérez Prado o una rumba que hace saltar al público de los asientos en el afán de convertirse en parte del espectáculo.

Orígenes no descuida lo local. Encuentra espacio en su mosaico la pieza Veinte años de las guanajayenses María Teresa Vera y Guillermina Aramburu. Inspira el fragmento de Ella, él y yo, del desaparecido maestro bautense Isbel García.

De la misma forma que Artemisa se construye aún por quienes la habitan va surgiendo una nación entre los gestos, los movimientos y las expresiones de los bailarines. Quizás el cierre, con la interpretación de Patakí, del dúo Buena Fe recordando que Lo peor del pasado recorre, lo mejor del futuro demora. Caminamos mujeres y hombres  entre la espada de Damocles y la caja de Pandora, resume este carácter de sedimentación cultural que nos devela incompletos pero sin lugar a dudas mejores e indiscutiblemente únicos.

Entre las muchas luces de Orígenes destaca la representación. Los rostros de los bailarines encarnan a la perfección la historia que cuentan. La mujer que se ofrece o se yergue, el negro que se subleva, el joven que sufre o quienes perdieron la razón o la sobriedad. Todos se ejecutan con maestría y ese es el complemento para cada frase, se trate de los hondos textos  de Bola de Nieve o el ululato de Síntesis en la pieza Asoyín.

NC Dance  conquista la preferencia del público. Se la ha ganado a fuerza de trabajo y sudor. A fuerza de representar a Artemisa y a Cuba en la arena internacional y criolla y salir de esas empresas por la puerta grande. Pero algo igual de grande multiplica su valía y es que no olvidan sus orígenes. Llegan a la plaza artemiseña recordando las palabras del sabio Don Fernando Ortiz  cuando dijo que la cubanía es esencia, voluntad y raíz de patria, nació primero entre las gentes de aquí nacidas y crecidas, sin retorno ni retiro, con el alma arraigada a la tierra.

Hermoso  el espectáculo de los caimitenses. Enhorabuena a NC Dance. Aunque esta agrupación  danzaria nació un 28 de enero. Con un origen así no podíamos esperar otro resultado que la excelencia.  

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