Creado en: noviembre 27, 2021 a las 01:51 pm.

En Artemisa los libros van a la academia

Artemisa, Cuba. – ¿Cómo lograr que los jóvenes desarrollen una recreación sana y enriquecedora de su espiritualidad? ¿Cuánto pueden aportar el libro y la lectura a ese propósito? Esas y otras preguntas encontraron espacio en la Universidad de Artemisa, que acogió la sede de la XIV edición del Festival Universitario del Libro y la Lectura, organizado por la Dirección Provincial de Cultura y la Federación Estudiantil Universitaria.

Los miembros de la filial de escritores de la UNEAC, Cecilia Valdés Sagué y Miguel Terry Valdespino, ocuparon el centro de las actividades al presentar algunos de sus títulos, editados por el sello Unicornio. No me hables de la ira, La noche del hombre mono, Conga Rusa y la novela testimonio América Lontana se abrieron para los jóvenes en una suerte de provocación que dio testimonio de la calidad de los autores que pertenecen al catálogo provincial.

Los autores dialogaron con la comunidad universitaria sobre el escritor, la literatura y su legado histórico y sociológico y convocaron a los interesados en ese apasionante mundo a acercarse a espacios provinciales como el movimiento de talleres literarios y el curso de Literatura Creativa que se imparte en la sede de la UNEAC artemiseña.

Los jóvenes Suleh Milán, Dana Enríquez Padrón y Juan Manuel Méndez, miembros de la Asociación Hermanos Saiz en la provincia, realizaron para los brigadistas y profesores una lectura de poemas y minicuentos y relataron su experiencia como miembros de la vanguardia juvenil de la cultura, los retos y derroteros de la organización.

De gran aceptación fue la pequeña feria realizada en el plantel, donde se ofertaron textos de escritores locales y piezas de artesanía utilitaria. A propósito del encuentro los jóvenes declararon que su mayor mérito no es el de estar dedicado al centenario de Cintio Vitier, el aniversario 60 de la Campaña de Alfabetización y el quinto de la partida Física del Comandante en Jefe Fidel Casto Ruz, sino lo que aporta de manera concreta a su formación y preparación, permitiéndoles hacer realidad lo que representan esos dos intelectuales cubanos y llevar la cultura a su máxima expresión comunitaria como nos enseñó la gesta por el conocimiento librada en 1961.

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