Creado en: mayo 2, 2023 a las 09:57 am.

En Matanzas, la casa de la memoria escénica exhibe sus triunfos

(Por María Elena Bayón Mayor)

La Casa de la Memoria Escénica y su director-fundador, el dramaturgo Ulises Rodríguez Febles son los hilos de un tejido irrompible, enhebrado hace 29 años, como manto bendito para la cultura nacional, por la trascendencia que posee su labor de conservación de la historia teatral en Matanzas y la nación.

De su intención provincial en los inicios, estimulada por la directora del Centro provincial de las Artes Escénicas, Mercedes Fernández,  la institución creció a límites insospechados por la respuesta entusiasta y concreta que alcanzó la convocatoria, por parte de creadores, teatristas y seguidores de la Isla y de numerosos países.

Más que archivo documental, se ha convertido en fuente de conocimientos y riqueza patrimonial, mediante eventos científicos, talleres y conferencias; concurridos concursos, al encabezar proyectos comunitarios vinculados con el pueblo..

Se suman a sus éxitos, la creación espectacular del primer Museo de Esculturas en Madera de la Dramaturgia Cubana, con las piezas del artista Adán Rodríguez Falcón; la  .la sala Estorino, la galería-café La Vitrina; la biblioteca La Selva Oscura y el Banco de la Dramaturgia Cubana.

En recientes declaraciones, el activo miembro de la UNEAC, Ulises Rodríguez Febles, también renombrado narrador y promotor, me confesó muchas de sus inquietudes y ensoñaciones en torno a la Casa, referidas a necesidades objetivas de este magnífico emporio de sabiduría y amor por el arte:

Manifestó que “se ha logrado reambientar el lugar, crear un espacio atractivo donde las artes confluyan”; pero, ante mi pregunta acerca de las futuras aspiraciones de ese importante centro, de anchura nacional, se mostró inconforme.

En realidad, la dimensión de ese proyecto queda pequeño en el lugar donde reside, le digo.

“El equipo de trabajo es muy unido. Siempre, desde el principio,  enfatizó.  No obstante, el futuro estructural no lo veo garantizado en su estado actual. Lo que sueño es otra Casa, organizada en los rangos contemporáneos de este tipo de institución, con la amplitud del museo, de la biblioteca, con un adecuado escenario y salón. Es una concepción diferente a todo lo demás.

“Incluso se habla del Teatro Principal, primero de la ciudad construido en el siglo XIX, ese local abandonado que tuvo un renacer con Miriam Muñoz y Rolando Estévez,  a partir del proyecto Icarón, pero dijeron que el inmueble se derrumbaba y tuvieron que marcharse, sin embargo está ahí todavía.

“Se trabaja con los planos… pensando el área en su potencialidad, en función de lo que aspiramos, sin invenciones ni aportes irrealizables y costosos por gusto, como ocurre a menudo. Muy específico.

“Quisiera llegar a los 60 años en un espacio independiente. En el  actual, no se pueden aumentar las esculturas y objetos escenográficos a la cantidad que requerimos y es reducido el sitio para especialistas y eventos.”

Observo en su tono ciertos atisbos de amargura y le pregunto interesada:

Dígame, desde el  punto de vista personal, ¿qué es lo que más le motiva en la vida? Porque se le reconoce como un intelectual fecundo, con muchos premios nacionales no solo en el género de teatro, sino también en novela y cuento, además de numerosas puestas en escena de sus textos en la Capital y el extranjero.

“¿A mí?… Lo que más me inspira en la vida, además de mi familia, es la Casa de la Memoria Escénica y es el compromiso con mi origen rural en Guamacaro; me siento atado a quienes han confiado en mi, han donado sus obras para que su patrimonio pueda ser conservado.

“Son lazos invisibles que me unen más allá de la literatura y otras pretensiones terrenales; son los que conforman mi filosofía de vida.”

Si una virtud engalana al versátil creador, es la tenacidad. Se aprecia en sus gestos, en la voz vibrante que identifica sus ansias de vencer las adversidades y lograr el anhelo concreto expresado en este aniversario 29 de su principal obra: estrenar un complejo cultural que reverencie a la escena cubana y al resto de las artes que se nutren de su bregar, aquí, en la bella Atenas de Cuba.

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