Creado en: diciembre 11, 2021 a las 07:38 am.
Grupo Luz Negra, metamorfosis del teatro
Por: Ana Margarita Arada Clavería e Iris Cruz Núñez
Recuerdo la primera vez que vi una obra de teatro que utilizaba como parte de la puesta en escena la técnica de la luz negra. Fue en la obra Pum!! de Teatro Tuyo. La parte en que se usaba la luz negra no era muy larga, pero bastaba para imprimirle un halo mágico, ensoñador, que reforzaba el concepto todo de la obra en sí.
Pasarían dos años hasta enterarme del nombre del recurso utilizado y algo aún más sorprendente: en la década de los noventa del pasado siglo radicó en Las Tunas un grupo de teatro cuyos integrantes fueron pioneros de esta técnica no solo en la provincia sino en toda Cuba. Luz Negra es el nombre del grupo que hace de ese recurso más que una técnica: arte.
Y es que, aunque la Luz Negra en el teatro surgió en la antigua China y su uso se generalizó a partir 1950, en Cuba no se ha sistematizado su empleo en la escena nacional, limitándose a pequeños actos dentro de las obras, en gran medida por el alto costo material que implica la utilización de este procedimiento.
Luz negra es aquella lámpara que es capaz de emitir una radiación electromagnética ultravioleta a distancias y sus aplicaciones, en su mayoría, se encuentran relacionadas con la presencia de materiales fluorescentes. Esta técnica es usada en la medicina, la criminología, autentificación de dinero, detención de enfermedades y en la recreación de espectáculos artísticos. En este último, también conocido como teatro negro, suele producir un efecto onírico, cuando incide sobre cualquier pizca de pintura fluorescente en medio de la oscuridad.
Es conveniente tener en cuenta a la hora de hacer un montaje de este tipo, que la luz negra permite esconder en la oscuridad a los actores vestidos de negro, aun cuando se encuentran frente a los ojos de los espectadores moviendo un objeto o muñeco cualquiera, también es un buen recurso para disfrazar trucajes que son necesarios para lograr un mayor acercamiento a lo deseado.
La capacidad e ingenio creativo del actor Ivo Dovale posibilitaron la introducción de la técnica de luz negra en Las Tunas, luego de que el artista la viera por primera vez en una representación del Grupo Guiñol de Remedios.
Surgido en 1994, bajo el calor del Guiñol Los Zahoríes el Grupo Luz Negra, integrado por los actores lvo Dovale Alarcón, Rafael Argüelles Dovale, José Bañobre Álvarez y Jesús Rodríguez Morel (fallecido en 1995), representa la cubanía en la escena teatral desde expresiones auténticas como el arte clown, la música tradicional y el teatro de títeres.
Durante esos años tan difíciles los actores del grupo lograron no sólo hacer teatro, sino aplicar a la escena una técnica sorprendente y renovadora que transformó el escenario teatral del país.
Aprovechando estas potencialidades que brinda el teatro negro para crear personajes e ilusiones originales, el Grupo Luz Negra ha desarrollado una trayectoria artística de 30 años que ha impactado el quehacer teatral de la provincia y continúa arrojando luces sobre escenarios internacionales.
El comienzo experimental en el uso de la luz negra, fue con la obra el Pequeño Príncipe, si bien la puesta en escena no marca una fecha precisa su montaje fue en el año 1990 a propósito de la evaluación de los actores.
El Pequeño Príncipe impactó por los diseños de los muñecos de la obra, que en su mayoría se encontraban ineludiblemente vinculados a los elementos escenográficos, fueron cuidadosamente elaborados. Rompiendo con todas las convencionalidades, Ivo ideó una extraña desigualdad en las proporciones de los elementos, (títeres y escenografía), dándole una perspectiva que resultó increíble, creando una ilusión óptica, que parecía como si esos elementos tuviesen un mayor volumen.
Distinguidas personalidades de la cultura reconocieron favorablemente la puesta. El destacado escritor tunero Carlos Tamayo refiriéndose al diseño y la confección de los muñecos expresó: “el día en que esa obra se quite del repertorio habrá que poner esos muñecos en un museo.”
El Pequeño Príncipe aún perdura en la memoria de muchos, al igual que otras dos puestas que incursionaron en el uso de esta técnica: La pereza y Las Brujas, de Emelia González; pero sin dudas Metamorfosis marca el despegue creativo con el uso de esta técnica en los escenarios del país.
Metamorfosis, concebida por José Bañobre en los primeros años de los 90, adaptada por Ivo Dovale todo el escenario y la puesta escénica con pintura fluorescente y luz negra, en un aforo completamente oscuro, fue la primera obra de teatro en Las Tunas en ganar el premio Villanueva en 1995.
En Metamorfosis la luz negra no es solo parte del discurso, es el discurso mismo, constituyó la primera puesta en escena cubana realizada íntegramente con la técnica de la luz negra. El efecto de estos mecanismos y trucajes causaba gran impacto tanto en el público como en los creadores e hizo de ella una obra merecedora de muchos premios.
Desde el estudio de Metamorfosis, la obra no llevaba palabras, era solo apoyada en efectos y sonidos, asistidos por Luis Acuña, sonidista del Teatro Guiñol. Fue un proceso innovador, al utilizar dos reproductoras alternando la música, pues no había un tiempo exacto para las escenas. Una composición de 45 minutos, del compositor cubano Ernesto Márquez daría la perfección a la obra escénica.
Durante los años 1995 y 1996 con la obra Metamorfosis lograron situarse entre las mejores instituciones teatrales de Cuba, logrando participar en importantes Eventos y Festivales de carácter nacional, entre ellos: Festival Internacional de Teatro; La Habana 1995, Festival de Teatro Máscara de Caoba, Santiago de Cuba, 1995, Festival Teatro sin Fronteras de Ciego de Ávila, 1995, Taller Internacional de Títeres, Matanzas 1996, Festival de Teatro de Camagüey en 1996, Festival de Teatro “Tetaron”, Granma 1996.
También lograron importantes premios y reconocimientos como: A la mejor actuación colectiva, Premio a la obra de mayor comunicación con la comunidad, Premio al mejor Diseño, Premio Villanueva otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Uneac, colocándose con esta, entre las seis mejores puestas en escena de todos los géneros durante el año 1995.
Los integrantes del Grupo Luz Negra, viajaron a México, en 1996 a un Festival de Títeres, a raíz de haber alcanzado el Premio Villanueva de la UNEAC, en 1995. En varias ocasiones fueron invitados por el Museo El Chopo, para participar en la V Bienal de Poesía Visual y Experimental, visita que se repite a finales del mismo año al ser seleccionados por la Unión Internacional de Marionetas para participar en el Festival de Títeres de Humantla y el Festival del Títere de Morelos .Luego de estas presentaciones se establecen definitivamente en la tierra azteca, sin dejar de representar en sus obras el arte cubano y lo más genuino de sus tradiciones.
Su obra artística no solo se limita al uso de la luz negra o el empleo de títeres y el clown, sino que constituyen verdaderos espectáculos en los que se combinan la música que luego del surgimiento de un trío (Pepe, Felito e Ivo), derivó en Grupo Obatalá y Luz de Cuba con la madurez interpretativa y perfección de piezas de la canción cubana y composiciones de Rafael Argüelles.
Múltiples son los aportes de éste grupo al teatro tunero, su influencia es innegable en la historia de las artes escénicas y la cultura cubana. Por éstos días sueñan con concretar proyectos y presentaciones en su terruño. Esperamos ávidos este momento en que la Luz Negra ilumine otra vez nuestros teatros.