Creado en: enero 1, 2024 a las 10:07 am.

La cultura: escudo y espada de la nación (Parte I)

Por Aylin Herrera Reyes

La cultura cubana no ha estado exenta de la compleja situación socioeconómica que atraviesa la nación.

A pesar de carencias materiales, los creadores de La Mayor de las Antillas mantienen el compromiso de llevar el arte a todos los rincones de la geografía nacional, como lo proyectó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hace 62 años en sus «Palabras a los intelectuales».

Ese documento programático fue cimiento para la política cultural del país y marcó pautas para el nacimiento de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), organización que agrupa a la vanguardia artística y que en sus más de seis décadas de existencia ha obrado por la formación, promoción y distribución de lo mejor de la creación nacional.

El diálogo con su presidente, Luis Morlote Rivas, confirma los derroteros que tiene por delante la cultura cubana en tiempos tan complejos para el país.

Ruta crítica hacia el X Congreso

Como establecen los estatutos y el reglamento de la UNEAC llegamos a la preparación del X Congreso convocado desde junio de 2023.

Pretendemos que ese evento se realice justo en los días en que recordamos el aniversario de «Palabras a los intelectuales», explicó Morlote Rivas.

Luego de la convocatoria, la UNEAC inició un proceso de recorridos e intercambios con escritores y artistas para la constitución de las comisiones organizadoras del congreso en todos los territorios del país.

Ese diálogo otorgó la oportunidad a la dirección nacional de la organización de conocer de primera mano preocupaciones, aspiraciones y escuchar cuáles eran las prioridades de trabajo en cada comité provincial y en el Municipio Especial Isla de la Juventud, comentó.

El presidente aclaró que no fueron estas las asambleas de miembros que figuran en el cronograma del congreso previstas para 2024, sino fueron encuentros de trabajo donde no solo hubo miembros de la UNEAC, pues participaron creadores que son reconocidos por su obra y por el aporte y compromiso con la institucionalidad cultural del país.

Se identificaron más de 50 temáticas que pueden ponerse a discusión durante el cónclave, por ejemplo, el papel de la crítica y su carencia en diferentes espacios, por lo cual no se aprovecha su papel orientador.

También se habló de la enseñanza artística, de la necesidad de preparar el presente y el futuro de la creación artística cubana; de los retos que impone la comunicación que trasciende a los medios tradicionales y contempla a las plataformas digitales y de la relación con la cultura y el turismo, apuntó Morlote Rivas.

Desde la UNEAC existen otras preocupaciones, entre ellas el trabajo en la comunidad y la importancia de reconocer y fomentar la presencia cultural en zonas vulnerables para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Saltaron viejos reclamos de la organización como el combate a todas las manifestaciones de discriminación a partir de la existencia de la Comisión Aponte y de la Comisión Cultura, Género y Equidad de la UNEAC que lucha contra ese fenómeno, señaló.

Funcionamiento de una organización necesaria

Para el presidente nacional de la UNEAC, esa organización debe ser, desde las bases, más activa, más participativa y democrática.

El trabajo con el sistema de instituciones de la cultura es importante porque la mayoría de los miembros de la Unión interactúan con esas entidades donde existen insatisfacciones y necesidades, añadió.

Dijo que existe la inquietud sobre cómo el movimiento artístico intelectual puede participar en la toma de decisiones de esas entidades mediante los consejos asesores.

Queremos que el congreso —como foro donde finalmente se reunirá las organización— se construya desde la base y se parezca a los lugares donde se ha desarrollado, que la dirección nacional no imponga los temas, sino que emerjan desde abajo, aseveró Morlote Rivas.

Como particularidad, la UNEAC convoca a las asambleas a la totalidad de la membresía, y en 2024 más de 8 mil asociados serán partícipes de asambleas de base, de las filiales, de secciones y de carácter provincial para finalmente seleccionar los delegados que participarán en el congreso.

La escuela, eje del desarrollo cultural del barrio

Que la escuela se convierta en el centro cultural más importante de la comunidad es, según Morlote Rivas, una aspiración en estos momentos.

Ese planteamiento, recordemos, brotó de alguien que conoció muy bien la educación cubana y el funcionamiento de la cultura como Armando Hart (1930-2017), que condujo ambos sectores del país, expresó.

Consideró que Hart sabía que era esencial que la cultura estuviera en la escuela y que a través de la educación se pudieran promover los valores de identidad y afirmar la nacionalidad.

Tenía muy claro que la calidad de vida de la sociedad pasaba por la cultura, afirmó el presidente de la UNEAC.

Para Morlote Rivas, aunque se ha discutido ese asunto por varias décadas, no es posible afirmar que se ha resuelto en su totalidad, pero refirió que la escuela tiene potencialidades para convertirse en ese centro al que se aspira.

En las instituciones educativas, señaló, confluye buena parte de la comunidad, desde los niños hasta los docentes quienes en cierto modo también involucran a las familias para que estas participen en el proceso de aprendizaje.

Son también los espacios donde permanecen por buen tiempo las nuevas generaciones, a las cuales es preciso llegarle de manera directa con información y transmitir valores e intereses que la sociedad cubana defiende, indicó.

Las bibliotecas, por ejemplo, deberían ir hacia las comunidades o, en su variante, explotar la idea de las bibliocasas como hacen varios proyectos comunitarios, recomendó Morlote Rivas.

Desde su experiencia como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por Villa Clara, el presidente nacional de la UNEAC ha podido constatar que varias escuelas del país han comprendido esa tarea y lo ponen en práctica.

Puntualizó que aún persisten problemáticas que impiden el impulso a la creación en esos centros, como sucede con la formación incompleta de los instructores de arte, a los cuales calificó de influyentes en el movimiento de aficionados.

No obstante, la organización de la vanguardia artística cubana emprende alternativas, como es el caso de su comisión de trabajo permanente Educación, Cultura y Sociedad que interviene en los temas educativos desde la primera infancia hasta la enseñanza superior, junto al Ministerio de Educación.

Eso ha permitido que un grupo de intelectuales importantes de Cuba participe en la selección de textos para incorporarlos a las lecturas en las escuelas y algunos de ellos e integren al III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación.

Se ha conseguido que un grupo de escritores y artistas de renombre interactúen con la escuela mediante talleres y círculos de interés, porque su obra tiene impacto, subrayó Morlote Rivas.

Desde la UNEAC siempre hemos sido muy críticos con la educación porque reconocemos su valor para el país y creemos en que el movimiento artístico e intelectual puede aportar más a ese tipo instituciones, aunque incidamos de forma más directa en la enseñanza artística, acotó.

En ese sentido, precisó que se ha incrementado el número de miembros de la UNEAC y de la Asociación Hermanos Saíz que integran los claustros de las escuelas de arte cubanas.

Nada es más gratificante que nuestros intelectuales y artistas estén también frente a las aulas, aseguró.

(Fin de la Primera Parte)

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La cultura: escudo y espada de la nación (Parte II y final)

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