Creado en: febrero 8, 2021 a las 07:51 am.

La literatura, para mí, es la expresión más completa del hombre

Rebeca Murga Vicens es Máster en Educación. Editora, narradora, poeta, crítica literaria y promotora cultural. Fundadora, junto a su esposo el escritor Lorenzo Lunar, del proyecto La piedra lunar en Santa Clara, un espacio cultural de gran aceptación en el panorama literario.

Por su obra ha obtenido diferentes reconocimientos, entre ellos: Corpes XXI de la RALE; Mención Uneac (cuento); Premio Internacional de Relatos Policíacos de la Semana Negra de Gijón, España (accésit); Premio Ciudad del Che, Santa Clara y Premio Revista Videncia. Dentro de sus títulos más recientes, destacan: El esclavo y la palabra, Olor a canela, Y comieron perdices, Niña, Crimen sin castigo y La enfermedad del beso y otras dolencias de amor.

La conversación con Rebeca es amena y nos proporciona detalles de su vida que indagamos aprovechando esta oportunidad a propósito de su más reciente publicación por la editorial DECO Mc Pherson S.A de su libro, La enfermedad del beso y otras dolencias de amor.

“La palabra más peligrosa es traición (beso de Judas, como metáfora)”. Nos dice  desbordando autenticidad.

Agradezco estas palabras y el tiempo dedicado:

 ¿Háblanos brevemente sobre tus obras publicadas y los premios obtenidos?

Mi primer libro publicado fue Desnudo de mujer y con él no obtuve un premio. Son relatos que tienen como protagonista a la mujer en situaciones límite y la respuesta es el sexo. El libro lo publicó la Editorial Sed de Belleza en 1994. El mejor premio ha sido la reedición, bajo el título de La enfermedad del beso y otras dolencias de amor, por las editoriales Unión (2008) y McPherson (2018) pues eso significa que aún aquellas historias de juventud tienen lectores.

En el año 2009 mi relato Historias al margen (Editorial Capiro, 2008) obtuvo el premio La puerta de papel. Es una historia de amor, venganza y apuestas por el poder que consolidó la ruta hacia la escritura de la novela negra y me facilitó, una vez más, el mejor de los premios: ganar lectores.

Mi novela negra Los aprendices (Atmósfera Literaria, 2012) obtuvo en el año 2013 el premio Corpes XXI de la RALE. La novela cuenta la historia de un grupo de niños que viven en un orfanato y se ven envueltos en un crimen. El escenario, Latinoamérica; por eso la búsqueda incesante con el lenguaje, en un contexto diverso que sabemos cotidianamente violento.

Crimen sin castigo (Unión, 2017 y Atmósfera Literaria, 2018) es un libro de relatos negros que contiene los dos premios que obtuve en la Semana Negra de Gijón.

De rosa a negro (Editorial Capiro, 2018), que obtuvo el Premio Nacional de Diseño, ha sido seleccionado entre los libros más vendidos durante el año 2020 en la librería principal de mi ciudad. Otra vez el interés del lector por las historias que escribo, y es por eso una noticia que recibo con placer y gratitud.

Recientemente ha salido a la luz por la editorial DECO Mc Pherson S.A una nueva edición de tu obra “La enfermedad del beso y otras dolencias de amor” ¿Por qué este título?  ¿Puedes abordar acerca de esta publicación?

Son cuentos de amor; de ahí su título. Sea amor a primera vista o hasta que la muerte les separe, sea calma o locura de atar, vale la pena intentarlo.

La enfermedad del beso y otras dolencias de amor es un libro plenamente femenino. Son historias protagonizadas por mujeres que aman o mienten, son novias o amantes, se casan o se divorcian, tienen sueños por cumplir y más de una frustración. Pero siempre se involucran. Corren el riesgo y sobreviven.

¿Cómo ha sido tu experiencia con esta editorial? ¿Qué opinas de este proyecto?

La experiencia que tengo es la de verlos trabajar. Soy testigo del rigor con que asumen la publicación de un libro, de la misma manera en que fui testigo de la fundación, cuando todo no pasaba de ser una locura romántica que se propusieron sacar adelante con orgullo y valentía.

McPherson es muy profesional. Respeta y es respetable. El trabajo de edición y de promoción que realizan es coherente y sólido. Busca autores a lo largo de la isla y basa su trabajo en la promoción real de la literatura cubana.

¿Cuáles son tus escritores fundamentales, los que han marcado tu obra?

Mark Twain, por la defensa de la libertad y la amistad que hay en Tom Swayer y Huck Finn. Henry James, Kafka y Ernesto Sábato, por el tratamiento de lo angustiante y psicológico. Carlos Fuentes, por su maestría en el manejo de la historia, el poder y lo sociopolítico. Jim Thompson y Chester Himes, lo duro y perverso hecho literatura. Romain Rolland, Carlos Montenegro y Enrique Labrador Ruiz, por la búsqueda en lo vulnerable y lo humano.

¿Cómo estás enfrentando estos momentos de crisis por la situación de la pandemia? ¿Crees que la literatura es un ejercicio paliativo?  ¿Te servirá de trigo para futuras creaciones?

Para sobrevivir a los efectos nefastos de la pandemia lo primero que hicimos mi esposo y yo fue proteger nuestro hogar, rediseñar sus espacios en busca de conservar la armonía toda vez que no debíamos salir de casa. Así fue que, junto a nuestra hija, la ventana y los asientos de la sala se convirtieron en la cafetería Brisas del Capiro, el patio se convirtió en Jardín Botánico y el balcón en el bar mirador El Carmen.

La literatura, para mí, no es un ejercicio paliativo. Prefiero verla como lo hizo el escritor mexicano Alfonso Reyes, al asumirla como la expresión más completa del hombre. Es por eso que los días de pandemia ya han servido de trigo para la creación literaria.

Los días no cuentan es la novela colectiva que escribimos en los días más duros de la pandemia. Catorce autores que integramos el taller literario Carlos Loveira comenzamos a darle vida a un personaje enfrentado al encierro. El intento funcionó; al menos eso creemos los autores. Una vez publicada los lectores dirán la última palabra sobre su calidad.

¿Qué te da miedo?  ¿Qué es lo que más te enfurece? ¿A tu juicio cuál es la palabra más peligrosa? ¿Cuál la más esperanzadora?

Me da miedo la apatía. Me enfurece la mediocridad pues, además, suele ser oportunista. La palabra más peligrosa es traición (beso de Judas, como metáfora). La palabra más esperanzadora: hogar.

¿Qué le aconsejarías a los jóvenes escritores? ¿A los jóvenes en sentido general?

Mejor que decir “Hay más tiempo que vida” es reconocer que “Hoy puede ser un gran día”.

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