Creado en: marzo 9, 2023 a las 11:32 am.

La plenitud de un pleno por la cultura

Nadie pone en duda la fuerza de un sindicato cuando cumple su papel a cabalidad. Nadie niega la importante compañía de los representantes del trabajador y que esta compañía debe estar impregnada de solidaridad, comprensión, información oportuna. Una sección sindical, dicho en el lenguaje del éxito, es una familia y si se trata del Sindicato de Trabajadores de la Cultura esa familia impacta en la sociedad toda y es decisiva en su transformación.

Doy fe de ello. Lo pude constatar durante la reunión del Pleno Nacional de este órgano, conducida con experticia por su Secretaria General, Katia Rodríguez Ramos y que fue prestigiada con la presencia del Ministro de Cultura, Alpidio Alonso; el presidente del ICRT, Alfonso Noya; el titular de la Upec, Ricardo Ronquillo; la Vicepresidenta Primera de la UNEAC, Marta Bonet y el Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Rogelio Polanco.

Una suerte de encuentro entre los representantes de los trabajadores de la cultura en el que cada organismo implicado compartió las experiencias, los avances, los retos que se aprecian y donde hubo coincidencia en la idea de que la cultura es esencial para la Revolución Cubana y en materia cultural no se puede pecar de inertes ni de ingenuos.

La importancia de combatir la colonización cultural, de impactar con el arte los barrios y las comunidades, de aprovechar las redes sociales con coherencia, de combatir la seudo cultura y defender las raíces identitarias del cubano, de  utilizar la programación como herramienta para la defensa de la política cultural y de abonar la unidad desde el sentimiento y  el fomento de valores, fueron algunos de los temas en la agenda.

El titular de cultura se refirió a que no se puede secuestrar la cultura en las instituciones. Hay que llegar hasta los barrios. Hay que compartir el arte con el pueblo. Fertilizar  el alma del pueblo con la belleza. Promover y construir el bienestar.

Para lograr ese cometido se requiere que, alrededor de la cultura, exista un movimiento obrero de genuino acompañamiento. En tiempos de complejidad económica se impone optimizar los recursos y poner en práctica la proactividad demandada por la dirección del país.  Es imprescindible transmitir en la misma sintonía, porque no se puede hablar de aplicar la ciencia en el país y que la cultura esté ajena a ese proceso. No se puede hablar de  transformar los barrios y que la cultura esté de espaldas a ese proceso. La primera transformación que necesitamos en Cuba tiene que darse dentro de los cubanos, en su sensibilidad y contra las ideas colonizadoras que intentan plantar semillas de desencanto y desconocer la superioridad del proyecto social cubano y lo que ha hecho.

Procesos asociados a la música, a la programación cultural en el municipio, a la enseñanza artística, a la creación misma, requieren la compañía sindical. La creación de alianzas estratégicas con otros sectores es vital para encontrar espacios que se pueden cubrir con la cultura.

En el Pleno se habló de sindicalización de los trabajadores vinculados a formas de gestión no estatal, de innovación, de perfeccionar mecanismos de trabajo y hacer un uso efectivo de la estimulación moral y material. Se condenó con energía el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba. Se reconoció la necesaria compañía de las administraciones en cada centro para alcanzar  los resultados que se esperan y necesitan en el  sector.

Fue un encuentro esperanzador, con la magia de haberse realizado en el Día Internacional de la Mujer y convertirse en plataforma para el reconocimiento a las imprescindibles Corina Mestre y Lesbia Vent Dumois, por el apoyo, la entrega y el ejemplo como féminas cercanas al sindicato y a los trabajadores de la cultura. También fue  reconocida la cantaora española y amiga de Cuba Pilar Boyeros con la Distinción Raúl Gómez García y se agasajó a los Secretarios Generales más destacados en su quehacer.

Vuelve la idea de cantar y contar esta Revolución grande como es y hacerlo desde la cultura. Los trabajadores y artistas de este sector tienen la madera necesaria e idónea para hacer el país que queremos todos. La fiesta de ser cubano tiene en la cultura y su sindicato una fuerza capaz de contribuir a la producción de sentidos. Nuestro reto es aprovechar esa fuerza y con ella movilizar a todos a nuestro alrededor.

Quienes salimos plenos del pleno llevamos por delante la tarea de replicar su espíritu de creación y optimismo. En el homenaje de este día ocho se repitió la sentencia de Fidel  de que La mujer es una revolución dentro de la Revolución. Dígase también que hay que revolucionar lo que hemos hecho con la cultura porque la Revolución es, esencialmente, una victoria cultural sobre la decadencia y el egoísmo de los seres humanos amenazados por un mundo neoliberal que cosifica su existencia.

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