Creado en: junio 19, 2021 a las 12:23 am.

La verdad sobre Cuba y la honestidad intelectual (+Video)

La solidaridad mundial con Cuba se abre paso. Foto: Tomada de Internet

Una clara e inequívoca denuncia de la guerra económica extraterritorial, que pretende estrangular la economía de Cuba al bloquear el comercio no solo con los Estados Unidos, sino también con el resto del mundo, y de la campaña mediática que trata de sembrar en la opinión pública la idea de que el Gobierno cubano viola los derechos humanos, fue suscrita por 40 artistas, académicos y activistas estadounidenses.

La puesta en circulación del mensaje se produjo cuando restan pocas jornadas para que la Organización de Naciones Unidas someta a votación, una vez más, la resolución que condena el bloqueo de EE. UU. contra Cuba, abrumadoramente respaldada por la comunidad internacional.

Los intelectuales remitieron la carta a la revista The New York Books Review, espacio que a lo largo de cinco décadas ha destacado por debatir temas literarios y de pensamiento. A finales de mayo, sus editores habían dado cabida a un texto que tergiversaba la realidad cubana y lanzaba acusaciones infundadas acerca del irrespeto a la libertad de expresión y la integridad física de las personas.

No fue fortuita la intención ni el fichaje de los firmantes del documento difamatorio, entre los cuales figuran artistas y escritores estadounidenses y británicos de origen africano, que no cuentan con información ni conocimiento suficientes acerca de lo que sucede realmente en la isla antillana.

Todo apunta a que fueron llevados a ese punto por una persona de ascendencia cubana, colaboradora de The New York Books Review, que desde hace buen tiempo se ha encargado, con sistemática alevosía, de incitar el odio, la descalificación y la negación de cuanta acción favorezca la creación artística y el enriquecimiento espiritual de la población cubana. Se ha pronunciado contra las bienales de La Habana y en apoyo a plataformas subversivas.

No solo para refutar el contenido del documento publicado, sino también para aportar argumentos acerca de lo que es la Cuba bloqueada pero resistente, 40 artistas e intelectuales enviaron un texto a la revista neoyorquina. De vuelta, recibieron esta respuesta: «no existe ningún fundamento o responsabilidad que se aplique a los editores para otorgar un “derecho a contestar”». Menuda manera de responder la de quienes se presentan como adalides de la libertad de expresión. Si esto no es censura, ¿qué será?

Gente diversa, de amplio espectro profesional e ideológico, muy seria y de prestigio se halla entre los 40. Denominadores comunes, el apego a la verdad y a la honestidad intelectual. Una historiadora como Roxanne Dunbar-Ortiz, autora del imprescindible ensayo La historia popular indígena de Estados Unidos; una realizadora de cine como Catherine Murphy, quien recreó en la pantalla la saga alfabetizadora de 1961; un prominente ecologista como Ajamu Baraka, portavoz de la Black Alliance for Peace. Y junto a ellos, la escritora e investigadora Luna Olavarría; la ensayista Lesley-Ann Brown, valorada por sus enfoques sobre etnicidad y cultura; el pianista y compositor cubano, residente en ee. uu., Nachito Herrera, y el notable historiador indio Vijay Prashad.

Al solicitar a los adherentes al mensaje acogido por la revista, llama la atención cómo hacen juego a los que aspiran a «abrir una brecha entre las personas de color (colored people, es decir, negros, latinos, nativos y asiáticos) en los Estados Unidos y los cubanos, al mismo tiempo que alimentan una campaña impulsada por Miami para presionar a la administración Biden para que mantenga una política de agresión injusta e inhumana hacia Cuba».

Es presumible que la no publicación de la carta tenga que ver con el modo en que desmontan la falacia de San Isidro al mostrar sus vínculos con financiamientos del Gobierno de los Estados Unidos, el apoyo a las políticas de Trump, el respaldo a «las devastadoras sanciones que impuso a Cuba» y el compadrazgo con «el Encargado de Negocios estadounidense designado por Trump».

Recuerdan que «en los últimos años, Estados Unidos ha proporcionado en secreto millones de dólares a artistas, periodistas y activistas cubanos para que lleven a cabo actividades antigubernamentales destinadas a “cambiar el régimen”».

A la vez, hacen saber algo que allá muchos ignoran: «Mientras Cuba sufre una devastadora crisis económica provocada por las sanciones de los Estados Unidos, el Gobierno cubano ha enviado miles de médicos y enfermeras a más de 20 países de América Latina y África en respuesta a la pandemia. Cuba está en camino de convertirse en el primer país en vacunar completamente a toda su población con su propia vacuna, que también planea distribuir a otros países del Sur global».

De esto se desprende un corolario: por mucho que la oculten, la verdad se abre paso.   

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