Creado en: marzo 21, 2024 a las 11:05 am.

Rissell Parra Fontanilles: “Soy ante todo un ávido lector”

Por Dairon Martínez Tejeda

No recuerda exactamente cuándo nació esa necesidad. Quizá fue resultado de su hábito de leer, de consumir todo lo que en materia literaria veía, de ayer o de hoy.

Lo cierto es que Rissell Parra Fontanilles es un crítico literario hecho y derecho, y narrador también, pero sobre todo crítico, y así se le reconoce entre los guantanameros, que ven en él la guía y orientación necesaria para entender muchos textos de autores locales, nacionales y foráneos.

¿Entonces cuando decidió que quería dedicarse a esa profesión? Risell sabe bien el momento preciso que marcó el comienzo de esa carrera. Justo cuando se decidió a coger filología en la Universidad de Oriente y allí estuvo bajo la formación de uno de los grandes críticos cubanos, un hombre muy inteligente, Ricardo Antonio Repilado Parreño, profesor de Redacción e Investigación Bibliográfica, en la carrera Letras, de la Facultad de Humanidades.

“Él me dio clases de crítica aún sin decirnos que lo era. Con él aprendí composición, análisis de textos… era un hombre severo en sus pedidos. También como tenía yo el hábito de la lectura él me prestaba libros yo iba a su casa y conversábamos de esos manuscritos y así fui formándome, desde la teoría.

“Luego de graduado empecé a trabajar en el sector de Cultura y lo traje en varias ocasiones, aquí dio seminarios, conferencias y ese roce con él fue definidor para mí allá por los años ochenta. Yo era el especialista de literatura y por entonces la manifestación estaba en ciernes, los talleres estaban flojitos y decidí que debía impulsarlos, bueno decirte que hasta creamos eventos.

”Nosotros llegamos a hacer un evento que se llamaba el encuentro de crítica literaria en Guantánamo, con carácter nacional. Aquí vinieron grandes críticos de la academia, de La Habana y distintas provincias, entre ellos el chino Eduardo León, Guillermo Vidal que venía con frecuencia y me apoyó mucho. Él era narrador pero es un excelente crítico.

“También retomamos los encuentros de debate provincial de talleres literarios en Guantánamo, y Baracoa y todo eso propició que yo me acercara a brillantes profesores, maestros de la crítica y la escritura. Así fui moldeando mi cultura, que amplié en mis viajes a La Habana, allí tempranamente entendí que lo mío era la crítica de narrativa, porque además soy narrador.

“Lo que no quita que yo haya hecho crítica de poesía u otro género, pero me siento más cómodo en la narrativa, porque la domino, sé que debo observar en la estructura, en el manejo de los recursos que emplea, los puntos de vista que se usan. Yo en este momento tengo novelas y libros cuento, aunque de los textos que más guardo con vehemencia está La canción de la noria, que habla de la vida de Regino Eladio Boti.

“La figura de Boti es un referente para mí, porque además de poeta, pintor, era ensayista, crítico y muy bueno. La canción de la noria es un tributo que tuve la suerte de conformar tras acceder al archivo del intelectual guantanamero. Lo hice y se lo enseñé a la familia y gustó muchísimo. Por eso es de los textos que más defiendo y muestro como ejemplo de mi crecimiento literario”.

“Claro que no solo Boti representa y dignifica las letras de Guantánamo. Hoy la narrativa tiene exponentes muy buenos como Eldys Baratute, José Ramón, quien también es crítico de otra manera; Ana Luz García Calzada, una excelente escritora, a quien he dedicado varios ensayos, un género que domino y me gusta pues permite utilizar un lenguaje hermoso, poético, con un tratamiento estilístico, épico y preciso.

“En poesía tenemos la obra de Mireya Piñeiro, quien también hace crítica…Yo puedo asegurarte que conozco gran parte de la obra escritural de Guantánamo, de Cuba e incluso muchos autores referenciales del mundo, porque esa es tarea permanente de los críticos, conocer cómo se mueve el panorama, leer siempre, para distinguir y señalar; ella ayuda a dejar una memoria valorativa de la creación artística literaria de cada época”.

Risell posee tres premios Regino Eladio Boti de crítica literaria, como muestra de la consolidación y certeza de su quehacer. También ha sido promotor literario en el Centro provincial del Libro y la Literatura de Guantánamo, fundador de la revista El Mar y la Montaña y miembro de su consejo de redacción desde 1987; pertenece al consejo editorial provincial y es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Obras suyas están incluidas en la antología Kindred Spirits (Ed. Mango Publishing, Inglaterra, (2005); en las publicaciones como los suplementos Debate, Señales, El Mar y la Montaña, Ecos, Blasones, Cultura y Vida, Juventud Rebelde, así como en el semanario argentino Convergencia, además sobre su impronta han escrito figuras de la talla de Rogelio Riverón.

Desde 1987 mantiene el Espacio radial Leyendo y conversando, de orientación y crítica literaria, que sigue de cerca cada texto propuesto e incluso en la calle lo detienen para agradecerlo, decirle que lo escuchan, que siga ahí en esa labor formativa, didáctica, necesaria…

“Y cuando uno escucha eso, pues siente que tiene toda la recompensa que alguna vez necesitó. Los escritores, los buenos de verdad, agradecen siempre el criterio de un crítico, porque sobre todo lo hago con el ánimo de salvar y guiar, porque sé las pautas que debe seguir cada género y eso ha sido el fruto de mi constante formación lectiva, anotado de cada libros que leía, la editorial, año, y miles de notas u observaciones.

“Aún me queda mucho por decir –afirma Risell mirando el estante que está justo en la sala- y más por publicar. Algún día espero hacerlo. No solo por mí, sino también porque siento que se lo debo a Guantánamo y a toda esa gente que directa o indirectamente me condujeron a este destino como crítico, pero ante todo como ávido lector, que es lo que soy y seré siempre”, concluye.

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