Creado en: octubre 16, 2020 a las 09:44 am.

ANIVERSARIO 60 DE DANZA CONTEMPORÁNEA DE CUBA

Por Jorge Brooks

No es un secreto para nadie que el triunfo de la Revolución cubana, signó todo el desarrollo del arte contemporáneo en la Isla. En esa etapa fundacional se crean instituciones emblemáticas como Casa de las Américas, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), la Imprenta Nacional, y el Teatro Nacional de Cuba. Alicia Alonso, como Prima Ballerina del Ballet, se convierte en el alma de la llamada escuela cubana de este arte.

Ramiro Guerra, concreta sus aspiraciones de desarrollar la danza moderna en nuestro país, para ello, aglutina a una veintena de jóvenes, algunos con conocimientos de cualquier tipo de danza, aptitudes físicas y deseos de bailar, “con todos los colores de Cuba” para fundar el Departamento de Danza Moderna del Teatro Nacional, sus principios iniciales eran y son revolucionarios en toda la acepción de esa palabra.  

Danza Contemporánea de Cuba (como se le conoce desde el año 1987) nace del Departamento de Danza del Teatro Nacional de Cuba el 25 de septiembre de 1959 (1). En el año 1962 se convirtió en el Conjunto Nacional de Danza Moderna, y en 1974 se le nombra Danza Nacional de Cuba.

Antes del triunfo revolucionario de 1959, Ramiro ya había experimentado el rito iniciático de la creación danzaria. Sus inquietudes se habían manifestado desde años atrás, cuando rompiendo todos los convencionalismos hegemónicos de esa época crea Toque (1952) para el Ballet de Alicia Alonso, con Música de Argeliers León y Diseño Escenográfico de Luís Lastra.

En el año 1955, Guerra vuelve a la escena habanera, con una propuesta de vanguardia.  Edgardo Martín en la revista Nuestro Tiempo referencia El recital de danza de Ramiro Guerra y destaca las inquietudes de este creador por la identidad cubana en El son para turistas con música de Juan Blanco y Fermín Borges, y con diseños escenográficos de Servando Cabrera. Entre las intérpretes se encontraba Menia Martínez. (2)

En el año 1956 el coreógrafo y bailarín funda el Teatro Experimental de la Danza. En la sección Balcón de Nuestro Tiempo, en los comentarios sobre Ballet se reseña que: “El Teatro Experimental de Danza tuvo su presentación el 28 y 29 del pasado julio. Esta vez en la Sala Hubert de Blanck” (3).

Ya en 1957 con su espíritu fundacional, de investigación y búsqueda de una nueva forma de danzar moderno en Cuba, Ramiro sigue experimentando y funda el Grupo Nacional de Danza, con el cual logra estrenar Tres Danzas Fantásticas en la Sala Teatro El Sótano.  De sus presentaciones el intelectual cubano Luís Amado Blanco, escribió: “La cubanidad interior sube al tablado sin trampas ni subterfugios, desafiándonos hacia la dirección de sus arterias”. (4)

Como figura insigne de esta Academia, Ramiro traza y define la Técnica de la Danza Moderna Cuba, las coordenadas de lo que luego devendría en el movimiento de esta manifestación artística en nuestro país: con la asistencia de  Lorna Burdsall quien impartió las clases de Graham y Limón; con la colaboración de Nieves Fresneda, bailarina, demostradora e informante de folklore; de Orestes Suárez (Papo) organizador de la orquesta de la compañía y del personal que más tarde trabajaría en Suite Yoruba, de Trinidad Torregosa, artista y fabricante de Batá,  y de Jesús Pérez, cantante y Director de la Orquesta de Percusión del Conjunto de Danza Moderna, el primero en tocar los Batá con una orquesta sinfónica. Esta singularidad de presentaciones dio un vuelco a la puesta en escena de la danza moderna con toques cubanos.

En los años 60, desde la investigación, siempre en función de la danza, se produce un acercamiento a los Estudios Culturales, cuando entran en contacto directo con los ambientes religiosos, observan las danzas de santería, los ritos abakuá, y hacen converger a autores, obras, y practicantes del folklore afrocubano, con las técnicas de Graham y José Limón, para mezclarlas con nuestra cultura en función de una práctica danzaria contemporánea, cubana, que hasta ese instante fue imposible.

La danza, a partir del 59, es la materialización histórica cultural de la capacidad intrínseca del cubano de bailar, rasgo definitorio, en buena medida, de nuestra  idiosincrasia; con la correspondiente diferenciación de práctica y género, la especialización de roles, la estratificación de público y la distinción de espacios, dentro de la nueva práctica y experiencia social, y símbolos renovados con la tendencia a la unión de la síntesis de todas las artes.

El 19 de febrero de 1960, en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, comienza la primera función, condicionada por el desarrollo alcanzado por los bailarines hasta ese momento con los estrenos sugerentes para la ocasión de Mulato y  Mambí (7). 

Danza Contemporánea de Cuba, como su nombre lo indica, es la génesis de la línea contemporánea cubana desde aquel entonces, y es referente del proceso posterior a su aceptación, disfrute y práctica dentro y fuera de nuestra nación. Establece la interpretación estructural de la variante nacional y de las maneras personales que nos estratifican. Sin sobrevalorarlos, da primicia a los aspectos nacionales y considera lo tradicional para la diversidad de esta expresión estética de la vida en la cultura cubana.

Las líneas estratégicas del desarrollo y la continuidad de Danza Contemporánea de Cuba, han estado marcadas por los 60 años de Revolución, acorde a los conceptos de cubanidad (8) y transculturación (9) de Don Fernando Ortiz.  Ramiro Guerra los puso en práctica para legarnos una cosmogonía danzaria, vigente en esta contemporaneidad globalizada, con el compromiso de bailar “en cubano” cuando se tomó lo de afuera para desarrollarlo dentro, cuando el cuerpo del danzante tomó el movimiento externo y lo hizo suyo en el interior, mezclando todos los estratos raciales que conforman nuestra nacionalidad.

En el Aniversario 60 de la fundación de su compañía la hoy Danza Contemporánea de Cuba, Ramiro se despidió de nosotros, pero se mantiene vigente su legado fundacional y el compromiso de bailar a Cuba por los escenarios del mundo. 

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

1.- Sánchez M. Esa huella olvidada: El Teatro Nacional de Cuba (1959-1961). La Habana, Cuba: Editorial Letras Cubanas; 2001.p. 245.

2.- Martín E. Tres historias de Ballet. Revista Nuestro Tiempo.  1955, enero, Año II (3): 9-10.

3.- M.A.H. Teatro Experimental de la Danza (T.E de D). Revista Nuestro Tiempo, 1956, sept. ago. III(13) s/p.

4.- Blanco LA. Retablo. 1957, abril 7. Año XXI (84): B-3.

5. – Monal, Isabel. La Jiribilla. 2012, agosto 4-10, año XI (587). Disponible en: URL: http://www.lajiribilla.cu/2012/n587_35.html.

6. –Burdsall. Lorna. Más que una nota al pie. La Habana, Cuba: Ediciones UNION; 2012. p 210.

7.- Programa de Mano del debut de la Compañía, con el estreno de “Mulato”, “Estudio de las Aguas” “La vida de las abejas”, “Mambí”. Sala Covarrubia del Teatro Nacional de Cuba. 18 de febrero de 1960. Tomado de los Archivos históricos de Danza Contemporánea de Cuba.

8.- Ortiz, Fernando. Los factores humanos de la cubanidad. Conferencia leída en un ciclo organizado por la fraternidad estudiantil <<Lota-Eta>> en el Anfiteatro Varona de La Universidad de La Habana, el 28 de noviembre de 1939, y publicada en la Revista Bimestre Cubana  1940 mar-abr, 19(2).

9.-Ortiz Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. La Habana, Cuba: Edit. Ciencias Sociales. 1991 pp 85-90.

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