Creado en: noviembre 3, 2022 a las 09:04 am.

Iniciativas, proyectos y políticas de cultura (1889-1958) en el Sábado del Libro

En la última edición del Sábado del Libro correspondiente al mes de octubre de 2022 se presentó el volumen Cuba. Iniciativas, proyectos y políticas de cultura (1889-1958) en la calle de madera de la Plaza de Armas, publicado por el Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello en colaboración con la Editorial Caminos, presentado por Rodrigo Espina, Vicedirector de Investigación de dicha investigación, en compañía de la investigadora Ana Suárez, Doctora en Ciencias de la Comunicación Social y coordinadora de esta compilación.

Se trata de un texto que tomó como punto de partida un encuentro organizado en septiembre de 2003 por la Cátedra de Estudios Juan Marinello sobre el estudio y promoción de los procesos de cultura en la República neocolonial (1902-1958), titulado “Vanguardia, modernidad, contemporaneidad: El siglo XX cubano en sus proyectos culturales”, que tuvo como uno de sus principales resultados ofrecer un examen crítico sobre el devenir de proyectos, ideas, tendencias, debates, propósitos, acciones, así como también movimientos artísticos y sociales que signaron el multifacético panorama de la cultura cubana en ese período de la historia de Cuba, tomando como estrategia, según lo expresado en la nota de contracubierta del libro, el hecho de “colocar en situación de copresencia, de interrelación en un breve espacio de tiempo, a un conjunto diversificado de especialistas –y de temas, problemáticas, criterios y enfoques-, quienes debieron asumir como eje conceptual a sus actores”, para de este modo mostrar una mirada que abarcara con amplitud, no solo el entramado cultural de la época , sino también su propio devenir social.    

Durante la presentación, Rodrigo Espina se refirió a los valores del título, que aborda desde un punto de vista complejo y abarcador múltiples aristas de la cultura cubana durante la primera mitad del siglo XX y lo calificó como “difícil de comentar por su espesura conceptual” a partir del abordaje que hace de aspectos tales como: La República, ámbito de consumo cultural; la institucionalización de la cultura entendida como políticas de cultura; la inclusión de veteranos del proceso revolucionario de los años 30 en la gestión y dirección de instituciones culturales –Fernando Ortiz y Raúl Roa García, entre otros-; amén de la dicotomía Cultura-Dictadura, tomando como referente la actuación del Instituto Nacional de Cultura (1955-1958). Asimismo, destacó la profundidad y el rigor de los textos que surgieron a partir de un evento desarrollado en el ICIC Juan Marinello, donde participaron como ponentes, entre otras personalidades, Eduardo Torres Cuevas y Graziella Pogolotti, Luz Merino y Mario Coyula.

Por su parte, Ana Suarez rememoró el hecho de que la génesis del evento que sirvió de base para la posterior publicación del libro tuviera como base la investigación de un contexto específico relacionado con la vida y obra de Juan Marinello, a partir de un acercamiento a diferentes políticas de cultura llevadas a cabo por diferentes grupos de intelectuales cubanos por esos años, lo que según su punto de vista no permite hablar de la existencia de una política cultural coherente a nivel oficial en la etapa republicano-neocolonial. También destacó el carácter experimental que en su momento tuvo este encuentro, porque en la práctica se buscaba el aporte de una mirada potencialmente relacional (horizontal), respecto a la participación de los ponentes involucrados. Además, resaltó la importancia de investigar los fenómenos, grupos creativos y políticas de cultura en el periodo republicano-neocolonial cubano de la forma más integral posible, para comprender mejor los fenómenos del presente. Finalmente, recalcó en la necesidad de enriquecer este tipo de estudios con investigaciones capaces de abarcar no solamente lo que acontecía en materia cultural en La Habana, sino también los aportes a la cultura cubana de esos años desde el interior del país, pues según su criterio en ese detalle radica una de las insuficiencias del libro; lo que por otra parte y según el criterio de quien escribe estas líneas, lo convierte en un punto de partida para los futuros investigadores de las temáticas socioculturales cubanas de ese período histórico.

A pesar de la relativa distancia temporal existente entre el momento de la realización del evento (2003), que finalmente fuera recogido en una compilación publicada en 2016 y resultó ser protagonista de este SL, se puede afirmar que su contenido no ha perdido vigencia en la esencia de la propuesta que ofrece a un público capaz de buscar y hallar las interconexiones que rebasan el texto y nos adentra en una de las facetas menos conocidas del acontecer social cubano durante la neocolonia.    

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