Creado en: febrero 21, 2022 a las 09:03 am.

“La historieta en Cuba está casi huérfana, por suerte tiene a la Vitrina de Valonia”

Por Walter Frieiro

La historieta no es solo para niños, es también para adultos y con ella se hace periodismo. Art Spiegelman lo demostró con Maus. 11 años tardó para convertir las vivencias de su padre, un judío polaco, sobre el Holocausto, en una historia de viñetas en papel.

Publicada en la revista independiente Raw, la obra tomó la metáfora del gato y el ratón para relatar la persecución nazi hacia los judíos. La manera de contar de Spiegelman, apegado a lo real de la historia y su singularidad, le llevaron a ganar el premio Pulitzer en 1992.

Si bien la sátira y la caricatura habían sido habituales hasta aquellas fechas en las páginas de los diarios de alrededor del globo terráqueo, el comic había sido explorado con mayor énfasis en la ficción.

Maus abrió el camino y luego le siguieron obras como El fotógrafo, una novela gráfica que describe una expedición de la ONG Médicos Sin Fronteras, a través de las instantáneas de Didier Lefevbre y los dibujos de Emanuel Gibert. En ese mundo han destacado creadores como Joe Sacco, Guy Delisle y Marjane Satrapi.

El periodismo no ha explotado lo suficiente al cómic, sobre todo en Cuba. Tal vez tanto historietistas como cronistas no han encontrado un espacio donde confluir.

Esto puede cambiar. Rafael Grillo periodista y profesor de la Facultad de Comunicación lo tiene claro. Para eso citó el pasado 10 de febrero a varios creadores e interesados en poner en marcha la locomotora con rumbo a la simbiosis entre la prensa y el arte comic en la isla.

El coloquio “Historieta, periodismo gráfico y El Caimán Barbudo” fue la provocación, el sitio escogido La Vitrina de Valonia, casa de la historieta en Cuba. Todo como parte de la celebración del aniversario 16 de esta institución.

A Grillo le gusta hacer el cuento, pero también reflexionar. Sus primeras palabras retumban en el estrepitoso silencio que rodea al pequeño salón de conferencia de estilo neocolonial. “La historieta en Cuba está casi huérfana, por suerte tiene a la Vitrina de Valonia”.

No es la primera vez que habla sobre el comic. Antes de la pandemia dio varias conferencias sobre el tema, algunas en la propia Vitrina. Evita ser repetitivo y para eso se propone narrar la experiencia de uno de los pocos medios en el país que utiliza esta expresión narrativa dentro de su periodismo: El Caimán Barbudo.

Justo en la última edición de la revista en octubre-diciembre de 2021, aparece en sus hojas centrales, casi como una especie de separata, Los Santoral, el laberinto de parque Chas,una historieta con guión de Rodolfo Santullo.

El periodismo gráfico es algo que debería tomar calor en Cuba. Al igual que la prensa que ha ido transitando por un camino lento y azaroso para reconvertirse en algo más moderno, el arte comic debe ser aceptado y propiciado como una vía en pos de contar las historias.

Para Grillo siempre ha sido un sueño formar una especie de colectivo entre narradores e historietistas.

Experiencias latinoamericanas existen en todos los sentidos. Mariconi es un colectivo LGBTIQ argentino que vincula la historieta, la música y el cine con la teoría cuir.

Lograr una articulación similar que trate diversos temas desde la narrativa gráfica en Cuba parece cada día más cerca. Por parte de la Vitrina y el Caimán existen intensiones de hacer nuevos proyectos, desde concursos hasta talleres de periodismo comic donde confluyan todo tipo de creadores para lanzar de una vez esta manera de hacer en el país.

Sin embargo, la experiencia no sería nueva para la revista. En 2011 lanzó el concurso de historietas Caimán a Cuadros. No fue casualidad que el Premio Único lo obtuviera La última campaña, obra que recrea un feroz combate entre mambises y españoles de los espirituanos Osvaldo Pestana Montpeller (Montos ) y el guionista Fermín Vega Boyce.

Y es que el centro de Cuba se ha convertido uno de sus mayores fortines para la historieta. Las Jornadas ArteComic (auspiciadas por el Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Camagüey), las editoriales Luminarias de Sancti Spíritus y Reina del Mar de Cienfuegos, son adalides para promoción de la historieta en Cuba.

Desde aquel entonces Manolo Pérez Alfaro decano y editor del género reconoció que la historieta cubana está en crisis. Para él la causa principal es la falta de una publicación periódica en la que los jóvenes puedan participar.

“Es increíble cuando a veces se hacen cosas que tienen cierto valor y significación para personas cuyos intereses estén en esa sintonía y, sin embargo por no tener los canales correspondientes cualquier iniciativa no logra cautivar al público que originalmente se pensó”

Desde el Caimán se han roto barreras y estereotipos. Irán Hernández ha sido uno de los valientes. Desde la subjetividad metafórica de Hablando con Gato este creador ha resumido en su persona el tándem caricaturista-periodista para vincular las dos ramas en historias gráficas. Entre sus obras del comic-periodismo destaca su entrevista a Ray Fernández, así como su reportaje sobre la peña de La Vieja Escuela.

Rafael Grillo casi culmina la charla. Una hora y 10 minutos muestra el reloj de la grabadora que recogía cada palabra suya. En el coloquio habló del mundo sus experiencias y del boom, internacional, pero también reflexionó sobre Cuba.

“A pesar del movimiento internacional sobre el comic y el periodismo, Cuba(país de otrora fértil tradición en la historieta) se ha quedado casi al margen de esta manera de hacer, tal vez ha mellado la visión de que la historieta es algo para niños y debe tener en sí alguna enseñanza. Hace falta ganas para renovar y no seguir en la propaganda, audacia para acabar con la rutina y darle paso a una convergencia entre reporteros y artistas de la gráfica en pos de dar un golpe de timón y cambiar las cosas”.

Tomado de El Caimán Barbudo: https://medium.com/el-caim%C3%A1n-barbudo/la-historieta-en-cuba-est%C3%A1-casi-hu%C3%A9rfana-por-suerte-tiene-a-la-vitrina-de-valonia-e9e69dc8d436