Creado en: marzo 17, 2022 a las 09:34 am.

La última palabra: arte hecho por y para las mujeres

El papel de la crítica de arte como impulsora de los procesos artísticos ha sido subestimado. Es posible que sea porque la crítica se asocie muchas veces a lo negativo, con tendencia a resaltar lo malo o por el contrario a ensalzar en demasía hechos o procesos culturales. Y es que lograr la objetividad e imparcialidad en el ejercicio del criterio es difícil, pero necesario si se quiere contribuir al desarrollo dinámico y renovador del arte.

La peña La última palabra de la Asociación Hermanos Saíz en Las Tunas está pensada como una zona para la crítica y la investigación. Múltiples temáticas son abordadas desde la óptica de los especialistas, sin obviar los criterios de los públicos que enriquecen el debate. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer fue el día escogido para realizar la actividad con el tema: La mujer creadora, desafíos y metas.

Las invitadas e invitados hablaron del arte hecho por y para las mujeres. A menudo permeado por una visión estereotipada que junto a las dinámicas sociales y los roles de género entorpecen la promoción y desarrollo del arte hecho por creadoras. Y si bien se ha ganado mucho en espacios de reconocimientos persisten brechas de desigualdad que se evidencian tanto en la creación como en la visualización de las obras.

Las escritoras Lismary Fernández y Yuslenis Molina compartieron su poesía en la que aflora la subjetividad lírica femenina, en la primera desde la sutileza y sensibilidad, en la segunda desde el erotismo despojado de ataduras. Por su parte el escritor e investigador Rodolfo Mariño expuso los rasgos de identidad local en la obra literaria de las mujeres que fueron parte del Taller Literario Cucalambé. El profesor resaltó la importancia de la obra de estas mujeres para el arte tunero, sobresaliendo los nombres de Lucy Maestre, Ana Pérez, Marta Rosa Fernández, Hermeides Pompa y la propia Yuslenis Molina.

También el encuentro fue la oportunidad de conocer más sobre la obra pictórica de la artista Lisbeth Avilés, graduada de la Academia de Arte en Holguín. Lisbeth explora el universo femenino a partir de la agudeza formal y conceptual, en cuadros donde la abstracción figurativa tiene protagonismo. Amén de estas diferencias estilísticas, sus cuadros también evidencian temas comunes en el arte visual de las creadoras: violencia, soledad, miedos, prejuicios y las desigualdades genéricas.

La última palabra se erige como un espacio de diálogo y confrontación de criterios en pos del arte tunero y cubano, asumiendo la crítica de arte desde el necesario vínculo con la investigación cultural y el intercambio con el público.