Creado en: julio 20, 2021 a las 08:48 am.

Rumba con bandera (+Video)

Foto: Endrys Correa Vaillant/ Granma

Por: Pedro de la Hoz

Cuando Gonzalo Asencio, en el maltrecho cuarto de una cuarta de vecindad en el barrio de Atarés, supo que en el Parque Central, en la noche del 11 de marzo de 1949, dos marines estadounidenses en estado de ebriedad habían mancillado la escultura de José Martí, clamó: «¡Dónde están los cubanos! … ¿Cómo es que los americanos / pueden venir desde afuera / a pisotear la bandera / y la estatua de un mártir cubano?». Lo hizo desde lo que mejor sabía hacer; un guaguancó bien sonado.

Nunca se despintó Asencio, Tío Tom. Ni la pobreza, ni la marginación hicieron mella en su firmeza, en su ingenio para la improvisación, en su vocación creadora. A la rumba aportó piezas clásicas. ¿Quién no conoce Consuélate como yo, y sus muchísimas versiones? En su cosecha posterior a 1959 figuran los guaguancós La Reforma va, Camilo Cienfuegos, Este es mi país y Viva Fidel.

Pero volviendo a Dónde están los cubanos, al entonar «Cuba no debe favores / a ninguna extraña tierra», el Tío cantó adelantándose en el tiempo, como para ahora mismo. Como para empatarse con la actual hornada de rumberos de ley, entre los que se encuentra Ronald y Explosión Rumbera.

A Ronald y su gente los escuchamos y vibramos con ellos durante las primeras luces del pasado sábado a un costado del Hotel Nacional, en el Malecón habanero, en el preludio del medular discurso del Presidente Díaz-Canel, y luego al despedir a la muchedumbre que allí dio testimonio de la decisión de seguir en Revolución, desbrozando caminos, deshaciendo entuertos y poniéndole corazón al empeño de conquistar toda la justicia.

En la rumba todo cabe cuando se es fiel a ella. Por eso la trova encaja en claves, cajas, coros y tumbadoras. Así sucede con la emblemática canción de Amaury Pérez, No lo van a impedir, compuesta en 1979. Así también La era está pariendo un corazón, incorporada al repertorio de Explosión Rumbera, o con El necio, de Silvio Rodríguez, cantada por Ronald en sus días de integrar el frente vocal de Yoruba Andabo, la legendaria agrupación liderada por el inolvidable Geovani del Pino, que en 1985 adoptó ese nombre tras presentarse como Guaguancó Marítimo Portuario en la Peña del Ambia, de la Uneac. Téngase en cuenta la colaboración de Ronald y Explosión Rumbera en una canción que se ha convertido en una de las pistas más luminosas de la banda sonora en la lucha contra la pandemia, La fuerza de un país, de Israel Rojas.

Mencionar a Geovani y a Eloy Machado, El Ambia, contribuye a fijar valores en el ámbito de la rumba. Geovani trazó una ruta de eticidad para quienes lo acompañaron en sus avatares artísticos y en los públicos que en la más humilde locación solariega o el escenario más deslumbrante compartieron sus entregas. El Ambia afirmó más de una vez: «Quien ama de verdad la rumba no se raja».

De tal manera responden en diversas partes los auténticos cultores de un complejo músico danzario visceralmente arraigado a nuestro modo de ser. En Camagüey, Rumbatá se implicó en Convicción, canto de Reinaldo Echemendía a la resistencia en época de pandemia, junto al Ballet Folclórico de la ciudad, el dúo Voces y la orquesta Maravillas de Florida. Para entender cómo y por qué Rumbatá, y su director Wilmer Ferrán, defienden sus raíces y sueños, por encima de trabas e insensibilidades, hay que ver el formidable documental que la reconocida actriz y cineasta Isabel Santos filmó, el cual se alzó con el Premio Cubadisco 2021.

En La Habana, Francis del Río, quien da color y sustancia a la banda Interactivo, estrenó a fines del año pasado Maceo, en un videoclip rodado por Roly Peña, que debía penetrar con mayor frecuencia en las autopistas audiovisuales. En Roma, el proyecto Timbalaye, fundado por Irma Castillo y Ulises Mora, se halla más vivo que nunca en estos meses en la promoción de la rumba como plataforma emancipadora y de solidaridad en la batalla contra la guerra económica, comercial y financiera de Estados Unidos contra Cuba.

Rescatemos entre todos, a tono con la hora, un tremendo guaguancó de Florencio Calle, fundador de Los Muñequitos de Matanzas, que terminaba diciendo: «Si yo sostengo la bandera / de los rumberos de mi tierra / ya tú ves… / Con la bandera en la mano vengo yo».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *