Creado en: febrero 6, 2023 a las 08:53 am.

El teatro eminentemente humanístico de Nicolás Dorr (II)

Otro de los grandes éxitos teatrales de Nicolás Dorr fue Vivir en Santa Fe, comedia musical de 1986, con composiciones originales de Juan Formell, la cual aseguraba había escrito para la vedette Rosa Fornés. Se trata de una obra, según me dijo,  por la que sentía particular devoción, no solo porque se refería a esa barriada del litoral oeste de la capital donde había vivido durante muchos años junto con su madre, sino porque, además, la escribió para alguien a quien amaba mucho, su actriz preferida y «la más grande de todos los tiempos». Decía que a ella se debía todo el triunfo de esa puesta en escena. «De toda mi producción dramática creo que fue la obra que más autenticidad ha tenido…», había expresado.

Para esta emblemática actriz Nicolás escribió cuatro títulos, inspiración movida por sus criterios de que Rosita dominaba totalmente la comedia y la tragedia de manera orgánica y estremecedora, como igualmente lo había hecho, en 1984, en Confesión en el Barrio Chino, llevada al cine por la productora mexicana Tabasco Films, bajo el título de Violeta.

La década de los años 80 del pasado siglo fue prolífica en la creación dramatúrgica de Nicolás, con otras obras como Mediodía candente (Premio Revista Diálogo Social, Panamá, 1980) y Confrontación (1989), estrenada en 1992 en Buenos Aires, en el ciclo Voces con la misma sangre, que presentó a los autores más significativos de América Latina; y aunque para algunos críticos su producción teatral experimento una recaída en los años 90, durante esa década escribió Un muro en La Habana (1993), Nenúfares en el techo del mundo (1997) y Los excéntricos de la noche (1999). Con la llegada del nuevo milenio fue considerablemente menor su creación dramatúrgica, no obstante se dedicó a incursionar en otros géneros literarios y en 2016 aparece un nuevo título de su autoría para el teatro: Duelo en el Metropolitan (2016).

Sobre esta pieza apuntó Norge Espinosa: «…esa lucha constante sin la cual el arte o la vida no pueden ser auténticos: el combate entre modernidad y tradición, entre nuevas y viejas tendencias, entre puntos de vista que, emanando del mismo eje (en este caso el amor al teatro) defienden esas verdades desde polos opuestos y que, sin embargo, acaban por reconocer sus muchas confluencias».

También en el cine quedó la huella de este maestro en la asesoría dramatúrgica de los filmes cubanos Clandestinos y Hello, Hemingway, como el guion de Una casa colonial. Asimismo fue jurado del Premio al Mejor Guion Inédito en el XX Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en 1998. Fue fundador de la Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video de San Antonio de los Baños, donde ofreció talleres de Guion y Dramaturgia cinematográfica; en tanto se desempeñó como asesor de la Presidencia del Instituto Cubano del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (Icaic).

En la docencia igualmente fue destacada su participación como fundador del Instituto Superior de Arte (ISA) y como profesor de Historia del Teatro y Dramaturgia, así como catedrático invitado en la Universidad Centroamericana, Nicaragua (1989); en la Facultad de Filología Española de la Universidad de Valencia (marzo-abril del 2000) y en el Instituto Superior de Arte de Gualeguaychú, Argentina (mayo del 2001); en tanto ofreció Conferencias Magistrales en universidades de Bogotá, Colombia (1992); Facultad de Derecho de la UNAM, México, D.F. (1994); en las de Wisconsin, Estados Unidos (1996); así como en el famoso Teatro San Martín, Buenos Aires, Argentina (1992). Impartió cursos de dramaturgia en la Escuela de Literatura de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), 1992 – 1994. Fue Profesor Titular de la Facultad de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte.

Acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional y de la Medalla Alejo Carpentier, Nicolás Dorr subrayaba que se sentía muy feliz de formar parte de la primera generación de dramaturgos formados en la Revolución, como José Triana, Abelardo Estorino, Héctor Quintero, José Brene y Antón Arrufat, entre otros.

Aseguraba que sus personajes están recreados en figuras de la cotidianeidad insular, «en gentes de la calle», muchas veces en sicologías extraídas a través de un diálogo o de una simple mirada.  «Vivimos de las vivencias de los otros y de las de uno mismo también», decía. Para él se trataba de una suerte de transmutación, de la absorción de problemas e inquietudes sociales que pasaban a formar parte de su imaginería.

De vez en cuando rememoraba que cuando escribió La profana familia, estrenada en abril de 2011 en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, introdujo en el texto un fuerte altercado entre cinco personajes, y cuando concluyó esa disputa no logró conciliar el sueño. «Aquella gente permaneció dentro de mí, diciéndose oprobios, durante muchas horas», me había dicho.

«Un autor es una persona capaz de crear otros seres, por eso un autor nunca está solo, siempre está acompañado del personaje que ya creó y de los que le quedan por crear y ya están empezando a aparecer. En algunos personajes está uno mismo, otras veces es un personaje contrario a toda tu manera de pensar y de ser. Por eso yo digo que el autor es el gran actor, porque uno se transfigura en ese otro ser, uno entra en la piel de otra persona que a veces está en contradicción con uno o, quizás, es muy parecido, y le permite decir una serie de cosas que quiere decir y que le viene perfecto a ese personaje», dijo en abril de 2011 a la colega Ivette Fernández en una entrevista publicada en el sitio digital de la Universidad de las Artes bajo el título de Un autor nunca está solo.

Las obras de Nicolás han sido presentadas o publicadas en numerosos países, como España, Estados Unidos, Unión Soviética (Rusia), Francia, Italia, Polonia, Hungría, Nicaragua, Panamá, Colombia, Venezuela, Argentina y Puerto Rico.

En el 2011 la Hispanic Organization of Latin Actor de Nueva York le entregó su premio anual HOLA al mejor texto estrenado en el 2010 por su obra Confesión en el barrio chino, presentada por el Teatro Rodante Puertorriqueño. Igualmente, la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York, lo congratuló con el premio ACE de Dramaturgia 2011, por la misma pieza.

Publicó ensayos y artículos sobre dramaturgia, tanto teatral como cinematográfica, en las revistas Cine Cubano, Bohemia, Cuba en el Ballet, Gaceta de Cuba, Casa, entre otras.

Piezas teatrales

    1961- El palacio de los cartones (Farsa-divertimento)

    1961- Las pericas (Farsa de humor negro)

    1962- La esquina de los concejales (Farsa)

    1962- Tres anécdotas para las trincheras (Teatro didáctico)

    1963- Maravillosa inercia (Farsa)

    1965- Clave de sol (Teatro del Absurdo)

    1968- Cartas sobre la mesa (Teatro didáctico)

    1971- El agitado pleito entre un autor y un ángel (Teatro del Absurdo)

    1972- Un viaje entretenido (Comedia)

    1973- La chacota (Comedia costumbrista)

    1975- Con todas las estrellas encendidas (Cantata escénica, sin estrenar)

    1976- Relatos de campaña (Drama épico)

    1978- La puerta de tablitas (Farsa)

    1978- Yo tengo un brillante (monólogo)

    1979- El hombre de la Edad de Oro (Teatro para niños)

    1980- Mediodía candente (Monólogo)

    1981- Una casa colonial (Comedia sentimental)

    1984- Confesión en el barrio chino (Tragedia)

    1986- Vivir en Santa Fe (Comedia musical)

    1989- Confrontación (Tragedia)

    1994- Un muro en La Habana (Drama)

    1995- Juegos sucios en el sótano (Teatro del Absurdo)

    1996- Nenúfares en el techo del mundo (Alta comedia)

    1998- Los excéntricos de la noche (comedia farsesca)

    2005- El hombre más codiciado del mundo

    2011- La profana familia

    2011- Gran taller de actuación

    2017- Del otro lado del río, Premio Uneac de Novela Cirilo Villaverde 2017.

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