Creado en: abril 5, 2023 a las 11:08 am.

Enriquecer con el «Contracanto» la musicología en el país

Foto tomada del Portal Cubarte

El Director del Museo de la Música, Jesús Gómez Cairo, inició un ciclo de conferencias relacionadas con la musicología en Cuba, como parte del proyecto “Contracanto”, organizado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

El Maestro presentó un recorrido por el tema en la Isla, sus realizaciones, insuficiencias, retos y proyecciones, desde que iniciara en Cuba hacia 1891, con el libro del fundador de la crítica artística y musical Serafín Ramírez: “La Habana artística”, publicado 76 años después por la editora del Museo de la Música.

Un poco de historia…

 “La Habana artística”, del violonchelista y critico  Serafín Ramírez es, sin lugar a dudas, una de las fuentes más consultadas cuando se trata de conocer la música y la vida cultural de los salones burgueses de La Habana, de su tiempo, en el siglo XIX. Era un músico calificado, alumno de Manuel Saumell. Por supuesto que fue muy polémico, en su obra “Prontuario del diletante y, por supuesto de “La Habana artística”. No olvidemos que no tomó en cuenta el mundo de la música popular que hubiera sido de enorme utilidad para comprender ese público más natural. Su obra “La Habana artística”, compendia numerosos artículos publicados por él en las páginas de la Revista de Cuba y acompaña el volumen con una selección de programas de concierto y de partituras. Precisamente la segunda edición, editada por el Museo de la Música en dos volúmenes, tiene como valor añadido los comentarios de la Dra. Zoila Lapique Becali, una de las voces más autorizadas en la historiografía musical.

Como especialidad, la musicología se inicia en Alemania en 1840, seguida por Inglaterra, Cuba y España. El iniciador de esta práctica fue un compositor llamado Robert Schumann, cuya formación y aptitud literarias se plasmaban en críticas musicales, en las que, a través de personajes imaginarios, profundizaba en las obras de sus contemporáneos. Es considerado uno de los más importantes y representativos compositores del Romanticismo musical.

Después del libro del habanero Serafín Ramírez, dos años después, se toma en cuenta a Laureano  Matons, quien en 1893 publicó un estudio acerca de diferentes facetas de la vida musical de la ciudad: “Las artes en Santiago de Cuba”, valiosa relación de eventos,  con un matiz autobiográfico, aunque a veces un tanto exagerada y discutida. Estos dos especialistas musicales consolidan la fase inicial de un  pensamiento musicológico criollo, al decir de Zoila Lapique.

Le seguría entonces Laureano Fuentes, Eduardo Sánchez de Fuentes, con  su libro “El folklore en la música cubana”. El compositor de la habanera “Tú” (segundo himno de cuba), hace un cuadro de  los géneros musicales del país, con los errores ya conocidos; pero con  determinados valores que siempre tienen los especialistas musicales..

Otro gran hito proviene del escritor Alejo Carpentier y su libro “La música en Cuba”, algo desactualizado; pero de enorme valor histórico y estilístico, obra de un estelar escritor, considerado un soberano best seller nacional.

 Debe tomarse en cuenta además a Emilio Grenet Sánchez, compositor y pianista. En 1939 publicó su libro “Música popular Cubana”, donde hace un panorama de la más significativa creación musical de esos años, precedido de un serio estudio sobre la música de Cuba. Debemos mencionar a estudiosos de la talla de José María de la Torre, con “Lo que fuimos y lo que somos o La Habana antigua y moderna”, donde expresa un panorama sobre las retretas y la música ambiental.

Enrique González, Raimundo Cabrera, Esteban Pichardo, Francisco Calcagno, José Ardévol, Edgardo Martín, Argeliers León, Antonio Rafffelin, Pablo Hernández Balaguer, Rafael Montoro, Narciso Téllez, Arco, María Antonieta Enríquez, María Teresa Linares, Carmen Valdés Sicardó, Leo Brouwer, Jesús Gómez Cairo, Olavo Alén, Danilo Orozco, Leonardo Acosta, Helio Orovio y otros, quizás no tan difundidos, silenciosamente tienen una obra de mucha profundidad, digna de estudio.

Uno de esos casos es el del santiaguero Rolando Pérez (chelista de la OSN), quien reside en México y, desde allá ha realizado un trabajo investigativo internacional. También hay que tomar en cuenta una galería de inteligentes músicos. Todos serán recurridos por los investigadores musicales.

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Para Gómez Cairo, el concepto de musicología no es solamente válido para los académicos. Alejo Carpentier, por ejemplo, no fue un musicólogo de escuela; pero tenía un dominio altamente cultural de la música. La musicología -plantea Gómez Cairo-, también debe tomar en cuenta la información musical, el trabajo de esos estudiosos que han echado su vida recogiendo datos de enorme utilidad. No hay musicología, sin información musical”.

El Maestro también considera que la historia de la música cubana es una asignatura pendiente y, debe ser colegiada en un trabajo de equipo en colectividad, apoyado por una logística. “La musicología es muy amplia ya que se exigen muchas investigaciones: asistir a conciertos, estar en todos o la gran mayoría de los eventos musicales posibles. Se debe rastrear en los archivos, investigar, echar tiempo en el estudio de la música…”.

Bajo esa perspectiva, el director del Museo de la Música invitó a preparar libros de compilaciones musicales relacionados con  la historia de la música cubana, por lo que el desafío está planteado.

Los próximos encuentros, coordinados también por la Sección de Musicología de la Asociación de Músicos de la UNEAC, se desarrollarán en la sede nacional de la organización, para seguir enriqueciendo con el contracanto, la musicología en el país.

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