Creado en: diciembre 22, 2023 a las 05:26 pm.

Inauguran exposición de imágenes históricas de Carilda Oliver Labra

Una exposición permanente con imágenes de la trayectoria literaria de la gran poetisa matancera Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, se inauguró en la casona de Tirry 81, donde nació y vivió hasta su último suspiro,  en muestra patrimonial de su existencia como promotora de la cultura cubana.

Convocados a la tertulia “Al sur de mi garganta” acudieron Maritza Cuba, delegada del Ministerio de Cultura para el Turismo en Matanzas; el director del Centro provincial del Libro y la Literatura, Efrahím Pérez Izquierdo; Leo García Ramos, vicepresidente primero de la UNEAC yumurina y el doctor Ercilio Vento Canosa, Historiador de la Ciudad, quien expresó su apreciación sobre la importancia de esta muestra:

“A veces lo cotidiano nos disuelve la significación que posee coincidir en un momento histórico con una persona trascendente y Carilda es una mujer trascendente.

“Quizás los que vivan en los próximos veinte, treinta, cincuenta años y sepan de la obra de Carilda, lean sus versos, se emocionen con sus versos, hubieran querido concordar en el mismo instante histórico y nosotros, que coincidimos con ella, que la tratamos, nos damos cuenta de lo que significó realmente haber vivido en su mismo espacio.

“Nos hubiese gustado estar en la época de Martí o escuchar a White interpretar el violín, pero el caso de Carilda es muy singular porque, aunque Cintio Vitier dijo que en Milanés estaba la matanceridad absoluta, en mi opinión, la matanceridad absoluta está en Carilda que hace un Canto a Matanzas, en el cual recoge la esencia de la ciudad.

“Milanés vio el San Juan, sus márgenes y laboreo, pero Carilda la percibió en detalles. Creo que su alcance será más apreciado al paso de los años, porque su vida no escapa a su propia leyenda y esa leyenda a veces superpone la historia.

“Los que la conocimos y pudimos hablar con ella, en su casa, de una manera más íntima, sabemos que fue una oportunidad maravillosa. Ella no ocupa un lugar en el recuerdo, lo ocupa en el corazón.”

El proyecto que ostenta el nombre de su primer libro premiado, ideado por la propia escritora y con la colaboración de la UNEAC, el Centro provincial del Libro y la Literatura, el Consejo provincial de Patrimonio Cultural, y la Oficina del Historiador de la Ciudad, propone en la casa-museo, un nuevo espacio para acercarnos a la magnificencia de su obra, resguardada por el poeta Raidel Hernández Fernández, viudo de la destacada intelectual.

Hernández Fernández detalló los objetivos del proyecto:

“La estrategia es conservar su patrimonio desde todos los matices. Hemos trabajado en su legado visual, manifiesto en estas imágenes donde aparece junto a sus padres y en actos cruciales de su vida.

“Son fotos en blanco y negro, al ser galardonada o participar en eventos literarios por las décadas del 50 y el 60  al lado, entre otros, de Max Henríquez Ureña, Nicolás Guillén, Dulce María Loynaz, Agustín Acosta, Néstor Ulloa, Saúl Vento, Manolo García, Delia Carrera; para irradiar de nuevo por los años 80 hasta el segundo milenio junto a Miguel Barnet, Abel Prieto, Nancy Morejón, Eusebio Leal y muchos más nacionales y del patio.

“Carilda salió a hacer cultura a la calle y también la cobijó en su amado hogar, por eso su impronta se ramifica y se protege. Pretendemos ampliar los sets de exposición, de forma tal, que el visitante descubra su andar y conozca, sumado a la colección de sus libros, escritos, objetos personales y obras artísticas, el acervo fotográfico de su presencia indiscutible dentro de la cultura nacional.”

En la cita ofrecieron su arte la narradora oral Talía Méndez, el primer actor Gilberto Subiaurt y el investigador de la música de Ernesto Lecuona y laureado en el Cubadisco 2013, el pianista concertista Franco Rivero Bueno, quien cerró con la brillante música del genial compositor cubano, este encuentro invernal de recordación a la “Novia de Matanzas”.

Abierta exposición permanente de imágenes históricas de la inolvidable Carilda Oliver Labra, en su casona de Tirry 81, en la Atenas de Cuba.

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