Creado en: noviembre 11, 2022 a las 09:01 am.

La habanera es la madre de la música americana

Tomado de PL

El Encuentro Conocer la habanera 2022, dedicado a uno de los géneros emblemáticos y más universales de Cuba, tendrá lugar en esta capital del 14 al 20 de noviembre, con sedes en la Casa Museo Eusebio Leal Spengler y la Casa de las Tejas Verdes, el evento forma parte de las actividades por los 503 de la villa de San Cristóbal de La Habana. Organizada por el Instituto Cubano de la Música y el Museo Nacional de la Música, el encuentro teórico aproxima a la habanera como ritmo musical que contribuyó a la formación y definición de la identidad cultural.

        LA HABANERA

La habanera es la primera música cubana que se internacionaliza y logra influir en muchas de las músicas de toda América. Su ritmo fascinante, su poder de sugestión alcanzó en la etapa colonial cotas insospechadas. Se caracteriza por su fuerte “melodismo” expresivo de ambiente criollo unido al cadencioso balance de su ritmo de vivos movimientos, de estribillos, a veces tristes, con esa mezcla de alegría y melancolía, que le otorgan un suave, dulce lirismo y elegancia.

¿Los oyentes musicales de hoy saben que la habanera está presente en casi todas las músicas de América; incluso en algunas de las formas del rock y hasta el debatido reguetón? ¿Qué magia tiene esa música que penetró desde la etapa de la colonia en América y Europa?

La omnipresencia de la habanera, su ideal sonoro a diversas culturas se basa principalmente en un fenómeno que convenimos en llamar validez general, esto es la facilidad con que este patrón rítmico entra a formar parte de las más diversas culturas musicales.

Les voy a hacer el cuento completo: El patrón de la habanera (ritmo de tango) por citar algunos de repercusión internacional: El tango argentino, el pasodoble español, gran parte del repertorio de la canción napolitana, la danza y numerosas canciones mexicanas, el merengue dominicano, el ragtime estadounidense. Debemos agregar su inserción en la ópera y la zarzuela, a la cual llegó como baile de figuras a fines del siglo XVIII, a través de la tonadilla escénica española, desde Nueva Orleans y Jamaica se incrementó a partir de de 1762 por la toma de La Habana por los ingleses y por la llegada de los negros franceses que huían de la Revolución de Haití y la ópera y de muchas danzas latinoamericanas.

Seguramente que, muchos amantes del jazz quieren saber más de esa influencia de la habanera: Jelly Roll Morton, cultivador de este género a fin es del siglo XIX y Louis Moreau Gottschalk aseguran que la habanera constituye la base rítmica del ragtime.

De nuestra etapa colonial tres piezas han logrado la inmortalidad: La bayamesa (1951, Céspedes-Fornaris y Figueredo); la habanera La bella cubana (1853 de José White) La habanera “Tú” (1892, Eduardo Sánchez de Fuentes); este es el segundo himno nacional, con letra de su hermano Fernando (1994).

Aparecieron habaneras en Raimundo Valenzuela (La mulata Rosa); Ignacio Cervantes (El submarino); Manuel Pérez de la Presa (Los Saltimbanquis); José Marín Varona (El hijo del Camagüey); y en el Siglo XX Ernesto Lecuona (La Plaza de la Catedral); Gonzalo Roig en la salida de Cecilia Valdés, utiliza una orquestación coherente con el ritmo en ritmo de habanera. Donde adquiere mayores dimensiones es en el contexto de la canción lírica cubana de fines del Siglo XIX e inicios del XX. En esa lista hay que mencionar a José Marín Varona, Luis Casas Romero, Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig y muchos más.

En tiempos más recientes Miguel Matamoros compuso una habanera titulada: Mariposita de primavera; Oscar Hernández: La rosa roja; María Teresa Vera junto a Guillermina Aramburu: Veinte años; Silvio Rodríguez: En el claro de la luna.

La habanera constituye un punto crucial, integrándose en muchos países de Europa. En las habaneras españolas los textos aluden, principalmente a la añoranza que por Cuba sintieron los marinos de las flotas comerciales del siglo XX. Luego de la pérdida de la colonia, quedaron las habaneras como signo de nostalgia. En griego nostalgia quiere decir “volver”.

Es indiscutible que el acontecimiento más espectacular de la música en la colonia en todo el continente fue la habanera de La Habana, de Cuba. Fue tal la fuerza mágica de esta música que solamente mencionar el nombre ya remitía a la más famosa ciudad de los tiempos modernos.

Es lo que Cristóbal Díaz Ayala menciona como una marca comercial que remite al café, el azúcar, el ron sabroso, el tabaco (Habano). No olvidemos que, desde el siglo XVI, La Habana se convierte en la gran encrucijada por donde pasaba todo el oro tomado de América. Por tanto La Habana se cataloga como una civilización, como hoy se menciona a Mesopotamia, Sevilla, Atenas, Roma, París, Nueva York.

En un momento como este de zic zac de la música, de falta de fisonomía, de desorientaciones: como siempre se hace, hay que ir a la búsqueda de los orígenes, a la conga y la rumba, que siempre viene a levantar nuestra música.

Yo quisiera vivir en La Habana,

A pesar del calor que hace all,

A pesar del calor que hace allí,

Y allí salir, al caer la tarde,

De paseo en un triguilín,

De paseo en un  triguilín.

Allá en La Habana

Como en Tampico,

}en Puerto Rico,

Y en Veracruz,

La más bonita,

La más galana.

¡Ay que placer,

Quien no haya visto habanera,

Que venga a ver!

FUENTE

Sobre la habanera escribieron con mucho acierto: Alejo Carpentier, Laureano Fuentes, Argeliers León, Emilio Grenet, Natalio Galán, Zoilla Lapique, B. R. Rosemond, Helio Orovio, Faustino Núñez, Peter Gradevitz, Jelly Roll Morton, Louis Moreau Gottschalk, Cristóbal Díaz Ayala, Radamés Giro, Hamilé Rosada, Gilbert Chase.

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